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"Puede haber sorpresas en la detección de vida"
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Entrevista al responsable de investigación en el Observatorio de la Costa Azul (Francia) Tristan Guillot. El experto
investiga planetas extrasolares
Hace poco más de una década, la existencia de planetas fuera del Sistema Solar sólo era un planteamiento teórico para
los astrónomos o material de inspiración para los autores de ciencia ficción.
La situación cambió en 1995 cuando los suizos Michel Mayor y Didier Queloz anunciaron el descubrimiento del primer
planeta extrasolar. Desde entonces, se han encontrado más de 300 y el hallazgo de un nuevo exoplaneta ha dejado de
ser algo extraordinario.
Ahora, el objetivo de los astrónomos es comenzar a conocer de verdad esos cuerpos (de la mayoría de ellos se sabe
poco más que su localización y su tamaño) y, en último término, encontrar vida.
Tristan Guillot (Francia, 1970), responsable de Investigación en el Centre National de la Recherche Scientifique
(CNRS) en el Observatorio de la Costa Azul (Niza, Francia), será uno de los investigadores que lideren durante los
próximos años un campo científico en expansión.
Recientemente ha sido invitado por CosmoCaixa, el Museo de la Ciencia de la Fundación la Caixa, para hablar en
Madrid sobre estos nuevos mundos.
Encontrar un planeta extrasolar es ya algo bastante común. ¿Cuáles son ahora los retos para los buscadores de
exoplanetas?
Por una parte, queremos descubrir una gran cantidad de planetas porque así, con una muestra más grande que la que
tenemos, podremos comprender en qué condiciones se formaron, si sucedió cerca o lejos de la estrella... y entender los
problemas en su formación.
Por otra parte trataremos de caracterizarlos mejor, estudiar su atmósfera y saber de qué están hechos. Y por último,
intentaremos descubrir planetas más pequeños, que por ahora son muy difíciles de localizar. Querríamos hallar los más
parecidos a la Tierra para después estudiar su atmósfera, observar si contienen agua líquida y ver si en ellos hay señales
de vida.
Con las técnicas actuales y considerando las condiciones más favorables, ¿qué se puede llegar a saber hoy sobre un
planeta que se encuentra a años-luz del nuestro?
Al principio, cuando se descubrieron los primeros planetas, sólo se podía tener una idea de su masa. Éstos se
encontraron mediante observaciones indirectas, estudiando las anomalías que causan en los movimientos de su estrella.
Después, con el sistema de tránsitos, observando los ligeros oscurecimientos que produce en el disco de una estrella el
paso frente a ella de un planeta que la orbita, y cuando la luz de la estrella atraviesa la atmósfera del exoplaneta, fue
posible mirarlo en diferentes frecuencias de luz para identificar los distintos componentes químicos en su atmósfera.
Así se pudo detectar la presencia de sodio en uno de ellos, un elemento raro pero que absorbe mucha luz. Después
hemos llegado a descubrir moléculas, como el agua o el metano. Y gracias al telescopio Spitzer, que trabaja en
infrarrojo y ve el calor emitido por el planeta, ha sido posible ver la circulación atmosférica de éste.
De esta manera hemos sido capaces de comprender la meteorología de algunos planetas extrasolares. Los instrumentos
actuales tienen tan buenas prestaciones que podemos medir una estrella que se encuentra a cientos de años-luz y que se
desplaza a sólo unos pocos metros por segundo, la velocidad a la que una persona se desplaza por la calle.
De los más de 300 planetas extrasolares conocidos, ¿de cuántos se puede llegar a lograr ese grado de
conocimiento?
Hay unos 40 conocidos por tránsitos y entre éstos hay tres o cuatro de los que se han podido hacer mediciones
adicionales: detectar un elemento en la atmósfera, diferencias de temperatura entre el día y la noche, o su meteorología.
¿Y detectar vida?
Aún no somos capaces. De momento sólo encontramos planetas gigantes y que están muy cerca de su estrella. En la
mayor parte de los casos la orbitan en unos pocos días y están más cerca de ellas que Mercurio del Sol. Esperamos que
con nuevas misiones, como el satélite COROT, sea posible descubrir los más alejados que estén en tránsito con sus
estrellas. Así podremos observar objetos más parecidos a los que encontramos en el Sistema Solar.
Sin embargo, para detectar indicios de vida, como en la Tierra, serán necesarios instrumentos más potentes, ir al espacio
y tener varios telescopios juntos. No obstante, lo que nos ha enseñado el descubrimiento de exoplanetas es
precisamente que hay muchas sorpresas.
No pensábamos que seríamos capaces de estudiar la atmósfera de un exoplaneta apenas una decena de años después
del descubrimiento del primero, porque creíamos que necesitaríamos una tecnología muy superior.
Hay planetas que son como una especie de piedra Rosetta, que nos permitirían recoger más información sobre otros y
saltar etapas.
¿Cuándo cree que podrá detectarse vida en alguno de ellos?
Espero que podamos descubrir planetas más parecidos al nuestro en los próximos años y después, en unos 10 años,
caracterizar algunos con agua líquida en la superficie, algo que es posible que ya exista en los identificados hasta ahora.
La detección de señales de vida, como una atmósfera fuera de equilibrio que indica que hay unos procesos biológicos
que mantienen la atmósfera en ese estado, requerirá quizá unos 20 años, pero es posible que tengamos sorpresas.
¿Es el Sistema Solar una rareza dentro del Universo?
Cuando se descubrió el primer exoplaneta, uno gigante que estaba más cerca de su estrella que Mercurio, nos
quedamos muy sorprendidos. Creímos incluso que los autores habían cometido algún error porque teníamos una idea
sobre la formación de planetas con nuestro Sistema Solar como modelo.
Pensábamos que debería haber planetas rocosos como la Tierra próximos a la estrella, y más lejos, donde el hielo
puede condensarse, unos planetas gigantes. Pero no fue así. Nos hemos dado cuenta de que, como se había predicho a
finales de los '70, los planetas, aunque se hubiesen formado lejos de su estrella, podían después migrar, acercarse a ella
e incluso caer sobre ella.
Entre los planetas extrasolares se han encontrado algunos con comportamientos muy poco habituales. Hay muchos
sistemas muy exóticos. Tenemos planetas que tienen órbitas muy elípticas, como los cometas. Esto no sucede en el
Sistema Solar, donde son más circulares. También hay planetas como los tres descubiertos en 1992, que giran en torno
a una estrella muerta.
¿Cuáles son los próximos pasos en el estudio de exoplanetas?
Uno de ellos es continuar descubriendo exoplanetas para tener una estadística importante. Hemos encontrado más de
300, pero estaría bien tener varios miles o decenas de miles para caracterizarlos y ver su tamaño. Esto nos permitiría
saber dónde se forman, cuál es su historia y así saber dónde hay más posibilidades de encontrar planetas con agua
líquida.
Fuente: Público. Aportado por Graciela Lorenzo
Tillard
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