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El saltamontes robótico
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El prototipo podría servir para explorar lugares de difícil acceso en rescates. Su desarrollo está basado en los principios mecánicos de locomoción del insecto.
Tiene el tamaño de una langosta, pesa tan sólo siete gramos y puede saltar 1.4 metros o 27 veces más su propio tamaño, 10 veces más lejos de lo que alcanza cualquier otro robot con la
capacidad de saltar.
Estas son las características del 'saltamontes robótico', la nueva invención de la biomimética, una ciencia que desarrolla prototipos de diseño orgánico o de inspiración natural.
Investigadores del Laboratorio de Sistemas Inteligentes (LIS) de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL) han presentado el curioso modelo que imita las acciones de un saltamontes en la Conferencia Internacional de Robótica y Automatización del Instituto de Ingenieros
Eléctricos y Electrónicos (IEEE), que tiene lugar en Pasadena, California.
El sorprendente microrobot, cuyo desarrollo está basado en los principios mecánicos de locomoción de los insectos que tienen la habilidad de saltar, es capaz de brincar diez veces más lejos para su
tamaño y peso que cualquier otro prototipo antes construido para realizar esta actividad.
Los investigadores han explicado que existe la posibilidad de encajar diminutos sensores en el robot que permitan explorar terrenos ásperos e inaccesibles o ayudar en operaciones de búsqueda y rescate.
Exploradores de áreas remotas
"Esta forma biomimética de saltar es única porque permite a los microrobots viajar sobre muchos tipos de terrenos difíciles a los que ningún otro robot que camine o ruede ha podido llegar", asegura el
profesor Dario Floreano, director del LIS, cuyas investigaciones se centran en el desarrollo de sistemas robóticos y métodos de inteligencia artificial inspirados en principios biológicos de
auto-organización, es decir, que pueden imitar el proceso de aprendizaje del cerebro humano.
"Estos diminutos modelos pueden ser ajustados con células solares para que logren recargarse entre saltos y despliegues, lo que amplia y posibilita su uso para la exploración de áreas remotas sobre la
Tierra o sobre otros planetas", añade Floreano.
Los pequeños animales saltarines como las pulgas, las langostas, los saltamontes y las ranas utilizan mecanismos de almacenaje de elásticos que cargan lentamente para luego liberarlos con rapidez a
través de sus brincos. De este modo, logran alcanzar saltos muy poderosos y altas aceleraciones. El saltamontes robótico usa exactamente el mismo principio, cargando dos mecanismos de
torsión a través de un pequeño motor de 0.6 gramos y una cámara.
Para optimizar el funcionamiento de sus saltos, es posible ajustar la fuerza que utilizan las piernas del robot, al igual que el ángulo de despegue y el perfil de fuerza que aplica durante la fase de aceleración.
La diminuta batería que carga el prototipo le permite conseguir hasta 320 brincos en intervalos de tres segundos.
La biomimética considera que la mayor parte de los diseños y las tecnologías de las que hacemos uso los humanos son susceptibles de ser comparadas con estrategias naturales. Por tal motivo, esta
ciencia se propone observar la naturaleza e intentar extraer conclusiones para aprender de sus estrategias y sus formas.
Fuente: El Mundo. Aportado por Gustavo Courault
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