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Por qué volar si puede flotar
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Imagine que planea en un hotel flotante sobre el Serengeti, observando abajo las manadas de cebras o elefantes; o que
flota sobre París mientras el sol se pone y las luces parpadean a través de la ciudad mientras pasa junto a la Torre Eiffel
Vista dentro de la cabina de un Zeppelin NT durante un vuelo sobre el sur de Alemania. El dirigible puede llevar a 12
turistas.
Una nueva era de dirigibles para vuelos de fantasía pueden un día ser posible, si el sueño de Jean-Marie Massaud, un
arquitecto francés, se hace realidad. Cuando el coste del combustible se dispara y crece la presión para reducir las
emisiones de dióxido de carbono, varios planes para una nueva generación de dirigibles están siendo considerados por
los gobiernos y las compañías privadas. "Es un proyecto romántico", dijo el Sr. Massaud, 45 años, sentado entre
diseños de mobiliario en su estudio en París, "pero entonces miren a Jules Verne".
Han pasado más de 70 años desde que el gigante dirigible Hindenburg explotara en una espectacular bola de fuego
sobre Lakehurst, New Jersey, y matara a 36 tripulantes y pasajeros, terminando abruptamente una temprana era de
dirigibles. Pero con nuevos materiales y sofisticados medios de propulsión, un diverso elenco de emprendedores le está
echando otra mirada a los monstruos del aire.
El Sr. Massaud, diseñador de hoteles en California y un estadio en México, no ha resuelto los detalles técnicos, ni ha
encontrado a los financieros o patrocinadores para su proyecto -crear un zeppelín de 690 pies de largo con la forma de
una ballena, con un lujoso hotel anexo, que ha llamado Nube Tripulada.
Pero no todos los proyectos son tan extravagantes como el del Sr. Massaud. Por ejemplo, una nueva empresa francesa
de tecnología, Aerospace Adour Technologies, está trabajando con el correo francés para estudiar la factibilidad de
transportar paquetes en un dirigible. También en Francia, Theolia, una compañía especializada en energía renovable, está
financiando un dirigible y planea un vuelo de prueba a través del Océano Atlántico.
En Alemania, Deutsche Zeppelin-Reederei, el sucesor del operador del Hindenburg, ha tenido éxito con una nueva
generación de dirigibles que utiliza para transportar turistas y carga científica.
La tendencia no es completamente nueva. Zeppelin-Reederei llevó a 12.000 pasajeros en viajes de turismo durante el
año pasado sobre el sur de Alemania. Aerophile, una compañía francesa que resucitó los globos atados, que compite
con los dirigibles como transporte de pasajeros, publicidad e instrumentos científicos, fue fundada por dos jóvenes
ingenieros franceses en 1993.
La industria de aeronaves no está exactamente preparada para un combate aéreo. El Sr. Massaud dice que los Emiratos
y Air France han expresado interés en su Nube Tripulada. Pero con velocidades máximas de unas 100 millas por hora y
una capacidad máxima de apenas unas docenas de pasajeros, la mayoría de los expertos en aviación esperan que los
dirigibles sigan siendo naves para transportar turistas, publicidad y ocasionales cargas científicas. "Un dirigible es algo
mágico", dijo Jérôme Giacomoni, que tenía 25 años cuando fundó Aerophile con un amigo. "Pero la mayor parte de las
ideas son descabelladas".
Los dirigibles, dijo, "son muy sensibles a las tormentas. Su tamaño requiere grandes espacios de aterrizaje;
económicamente no son factibles".
No todavía, dicen los soñadores como el Sr. Massaud. Pero los precios de la gasolina están presionando a que las
aerolíneas reduzcan la cantidad de vuelos y retiren a las aeronaves más viejas, con menor rendimiento de combustible.
Los fabricantes de aeronaves como Boeing y Airbus han respondido con la promesa de aviones que usen menos
combustible y produzcan menos dióxido de carbono.
Tales cuestiones llevaron al Sr. Massaud a empezar a pensar en dirigibles. Hace cinco años trabajó en el diseño de una
comunidad vacacional en Palm Desert, California. Pero el resultado fue tan radical, con carpas en vez de edificios fijos,
que los desarrolladores lo rechazaron. "Me dijeron: ¡Ustedes franceses, son todos comunistas!". De modo que el Sr.
Massaud concibió su Nube Tripulada, un dirigible lleno de helio con la forma de una ballena, con una velocidad de
crucero de 80 millas por hora y una cabina para 50 invitados con camarote y una tripulación de 25. "Las grandes
ballenas hicieron la elección en la evolución de vivir en armonía con su ambiente", dijo. "Son símbolos de la vida en
armonía con la naturaleza".
El Sr. Massaud presentó su diseño a la agencia aeroespacial francesa, cuyos expertos sugirieron que redujera la
cantidad de pasajeros a 15 e hicieron otras recomendaciones, pero ocultaron su opinión sobre la viabilidad de su
diseño.
"Hay espacios donde los dirigibles todavía podrían servir", dijo Philippe Guicheteau, consejero especial para sistemas
aeronáuticos militares en la agencia, que se conoce como Onera.
En Estados Unidos, la investigación respecto a los dirigibles continúa, pero principalmente para propósitos militares. En
2005, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de la Defensa, DARPA, brevemente analizó el uso de los
dirigibles para transportar mercadería a largas distancias. Otros dos proyectos que involucran dirigibles a gran altitud,
principalmente para comunicaciones, continúan.
El servicio postal de Francia, La Poste, tiene usos civiles en mente. Los funcionarios del correo han buscado durante
mucho tiempo alternativas a camiones y aviones, apuntando a reducir las emisiones en un 15% para 2012. En una
reunión de estrategia el año pasado, los funcionarios decidieron analizar el uso de dirigibles en rutas entre Francia y
Córcega, o los territorios franceses en las Antillas.
Una nueva era para dirigibles
"Los dirigibles de una nueva generación son parte de nuestra estrategia y representa una área de estudio para nosotros",
dijo Patrick Widloecher, director de desarrollo sustentable en La Poste. El servicio postal está trabajando con
Aerospace Adour para estudiar el uso de dirigibles.
"En el mediano plazo, al correo le gustaría probar algunas rutas piloto con dirigible, en cuanto un prototipo haya sido
desarrollado y producido", dijo el Sr. Widloecher. Dijo que Aerospace Adour estaba estudiando un modelo de 420
pies de largo con una velocidad de crucero de 96 millas por hora.
Un dirigible, o nave rígida, tiene un marco de metal, en estos días generalmente parte de aluminio, parte de fibra de
carbono, cubierto con un lienzo sintético. Un zeppelín, por contraste, es un gran saco con aspecto de globo, inflable,
lleno de gas liviano. Los zeppelines son mucho menos maniobrables que los dirigibles y pueden elevarse menos.
Los dirigibles de hoy vuelan con helio, como el Hindenburg hasta que Estados Unidos impuso un embargo sobre lo que
era entonces un producto primario bastante valioso. Por lo tanto, el Hindenburg tuvo que empezar a usar el inflamable
hidrógeno en sus vuelos. Hasta la época de la explosión, los zeppelines había llevado unos 405.000 pasajeros a través
del Océano Atlántico.
Hoy, los dirigibles todavía tienen sus escépticos. En Gran Bretaña, un esfuerzo para revivir la industria de dirigibles sufrió
un revés en 2005 cuando el Advanced Technologies Group, que planeaba construir dirigibles llamados SkyCats, con
una carga útil de 22 toneladas, quebró. Un grupo inversionista ha tratado de revivirlo recientemente. El Cyclocrane, un
gran dirigible semirígido, iba a ser construido en Alemania por la Cargolifter, pero la compañía se quedó sin dinero en
2002 después de construir un hangar inmenso. Thomas Brandt, presidente de Zeppelin-Reederei y su casa matriz, ZLT
Zeppelin Luftschifftechnik, en Friedrichshafen, Alemania, se burlan de la idea de dirigibles como hoteles o aviones de
carga. "Ilusiones", dijo. "Los dirigibles son inestables, dependen del clima, de modo que hoy volamos desde marzo hasta
noviembre".
La compañía del Sr. Brandt tuvo éxito al reducir sus ambiciones, llevando a miles de turistas y, ocasionalmente, cargas
científicas. La compañía fabrica un zeppelín que cuesta unos 15 millones; acaba de entregar su cuarto modelo, a Airship
Ventures, en Moffett Field, cerca de Stanford, California. Los boletos costarán unos 500 dólares para un viaje de
turismo sobre el área de la Bahía de Monterrey.
Los dirigentes políticos franceses están entre los que creen que las naves pueden hacer más que llevar turistas. Durante
dos años, Jean-Marc Brûlé, líder del Partido Verde y alcalde de Cesson, cerca de París, ha presionado para financiar la
investigación sobre dirigibles a través de enmiendas de presupuesto.
"Con el calentamiento global y la crisis del petróleo", dijo, "es de sentido común concretar este sueño".
Fuente: NY Times. Aportado por Graciela Lorenzo
Tillard
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Artículo original (inglés)
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