Los pulpos robot irán donde ningún submarino fue antes
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Invierta 10 millones de euros en un pulpo robot y podrá revisar el fondo marino con la misma destreza que el verdadero cefalópodo de ocho patas
Por lo menos ése es el plan, dicen los que están intentando desarrollar un robot con brazos que trabajen de la misma manera que los tentáculos de los pulpos.
Sin ningún esqueleto sólido, será el primer robot en el mundo completamente blando.
El problema con los submarinos a control remoto de hoy, dice Cecilia Laschi del Instituto Italiano de Tecnología en Génova, son sus cascos grandes, y los
brazos robóticos metálicos no pueden llegar a los rincones y grietas de los arrecifes de coral ni a las formaciones rocosas sobre el fondo marino. Eso significa
que son incapaces de tomar una fotografía de objetos en estos lugares o de recoger muestras para su análisis. Y es una desventaja muy importante para los
oceanógrafos que buscan señales de cambio climático en los océanos y en los arrecifes de coral.
Como que el tentáculo de un pulpo puede doblarse en todas direcciones y adelgazar rápidamente y alargarse casi al doble de su longitud, pueden alcanzar,
agarrar y manipular objetos en espacios diminutos con una extraordinaria destreza.
"De modo que estamos copiando la estructura muscular de un pulpo y haciendo un robot sin estructura rígida; y eso es totalmente nuevo en robótica", dice.
El equipo no tendrá que hacer un excesivo trabajo. Los pulpos han desarrollado una atractiva arquitectura muscular maniobrable. Cada tentáculo tiene cuatro
músculos independientes que corren a lo largo. Estos músculos longitudinales están separados por músculos transversales que abarcan el ancho del miembro con
un nervio controlador axial que pasa por su centro.
Esta combinación mantiene constante el volumen del tentáculo, de modo que cuando extiende uno por elongación de los músculos longitudinales, reduce los
transversales, o sea que se vuelve más angosto.
Lo más cerca que los ingenieros han llegado a imitar esta combinación es con un tentáculo parecido a una serpiente, cuyos segmentos se inflan con aire
comprimido. Pero mientras esta máquina podía moverse bien, no se ponía más angosta cuando se estiraba, ni se podía trabajar debajo del agua por la
flotabilidad de aire.
De modo que Laschi y sus colegas en el Reino Unido, Suiza, Turquía, Grecia e Israel están probando tecnologías de músculos artificiales que imitan tentáculos
con mayor exactitud (Biomimetics y Bioinspiration, Doi: 10.1088 / 1748-3182/4 / 1/015006). El equipo planea imitar los músculos longitudinales con silicona
blanda mezclada con un tipo de polímero
electro-activo (EAP) llamado elastómero
dieléctrico. Si se aplica un campo eléctrico a este material, comprime a la
silicona, haciéndola más corta (vea el diagrama).
Mientras Laschi pone grandes esperanzas en el robot, los otros son más escépticos. Claire Little, un experto en cefalópodos en el Weymouth Sealife Center en
Dorset, Reino Unido, cree que los investigadores han subestimado la magnitud de la tarea. "¿No se dan cuenta de qué flexibles son los pulpos? Pueden meterse
por el más pequeño de los agujeros. Este plan suena un poco descabellado", dice.
Pero Laschi está decidida. El equipo todavía tiene que desarrollar un tentáculo pero ha construido un simulador mecánico que imita la fuerza que producen los
EAP. Esto prueba que los raros movimientos de un tentáculo de pulpo pueden ser copiados, dice.
Fuente: New Scientist. Aportado por Graciela Lorenzo Tillard