LA CUARTA PARED
"¿Hasta qué punto es verdadera la verdad?
¿Hasta qué punto es falsa la mentira?
¿Hasta qué punto es falsa la verdad?
¿Hasta qué punto es verdadera la mentira?"
Tristán Tzara
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Resulta bastante confuso hablar de teatro dadaísta (o Dadá) cuando consideramos que este rechazaba toda noción de Arte o distinción de géneros aunque mas allá de esto y tal vez sin proponérselo es irrefutable que gracias a Dadá se pudo crear una nueva relación entre el escenario y la sala, entre el actor y el espectador.
Remitiéndome a fechas históricas imagino a Tzara ese 14 de julio de 1916 en lo que fue la primera reunión "Dadá " quien, según sus propias palabras, querían "mear en muchos colores". Los nuevos artistas entraban a los gritos, con bombos, cascabeles, protestas, rotura de cristales, boxeo y.... policía el caos total con el afán de quebrar con todo convencionalismo y hacer reaccionar al público, inducirlo a manifestarse y luego (cuando el desconcierto era el rey del lugar) insultarlos a toda voz con el solo objeto de idiotizarlos y cretinizarlos. A partir de este momento el público debía darse por aludido, debía intervenir más allá de su predisposición ya que el espectáculo que transcurre se trata, ni mas ni menos, que de su propia vida.
En cuanto al escenario era desconcertante, objetos colocados al azar sin sentido alguno (no olvidemos que el teatro dadaísta es el precursor del absurdo).
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Remontémonos a estos hermosamente desquiciados espectáculos: al comenzar se suceden los manifiestos Dadá incluyendo todo tipo de insultos y ataques hacia el público donde la injuria más leve era "sois todos idiotas". Obviamente el público de esta época era en su gran mayoría gente adinerada que solo valoraban el "arte correcto" (por llamarlo de alguna manera) y desechaban toda nueva idea sin mencionar la época bélica por la que transcurrían sus vidas. Los mejores manifiestos Dadá (según los propios dadaístas) se desarrollaban siempre ante un público vanguardista, que desea comprender de arte moderno (y comprender no significa entender), se cree saber las reglas del juego. Creían tratar con gente de su clan pero descubre tardíamente que con Dadá no hay acuerdo posible porque "Dadá no es moderno" sino más bien salvaje quien arremetía contra los valores burgueses, contra una concepción burguesa de la cultura. No cabe duda que el masoquismo era una fuerza suprema en el espectador ya que se los injuriaba, insultaba y aún así salían de cada función exaltados o agotados pero dispuestos a empezar otra vez.
En definitiva, los dadaístas habían logrado lo esencial del teatro (desde mi perspectiva); esa comunicación colectiva, ajena a la intriga y al decorado, se acude a todos los sentidos del espectador tratando de lograr la participación y el compromiso implícito. Lo que ocurrió fue que el publico de la época vio en los gestos de los dadaístas una ofensa a su sentido común y junto a la critica de turno lograron destruir a Dadá ("pero su ideología sería la veta principal del surrealismo...¡magic!")
NOTA: la primer obra dadaísta fue "Ubu Rey" de Alfred Jarry, digna de ser leída
MOONY Hola chicos ¡Como están?
Axxón 123 - Febrero de 2003