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P O E S I A

LOS JINETES DEL RECUERDO
Antonio Mora Vélez

Colombia
LOS JINETES DEL RECUERDO

Van como espectros
Deambulando por las praderas desérticas
De la vieja comarca de los francos
Tienen los ojos hundidos y oscuros
El cuerpo magro y pálido
Cubierto de andrajos
Y largas y delgadas las manos
(como espigas marchitas)

En las noches estrelladas
Salen de sus cuevas a buscar el aire
Y el agua de los cactus
Y a verse las arrugas de sus rostros
Con la claridad de la luna

Son los jinetes del recuerdo
Que cabalgan camélidos
                             Mutantes      
Por las dunas y las ondas
Repensando la vida y el camino

Dicen que sus voces susurran
Los buenos viejos tiempos
        Anteriores al retorno de los ángeles
Y que relatan los sonidos del horror
Las carnes desgarradas
La tierra asolada por el fuego
Que vino del segundo círculo
Más allá del cielo de las naves  

Ellos cuentan que fueron los
Mensajeros radiantes de los dioses
(quienes ayer les dejaron el pan
la luz sagrada y el sueño)
Los autores del estruendo

Y refieren que regresaron silbando
Extrañas melodías de arena
Y que se sintieron defraudados
Y que decidieron
(con el dolor de sus antenas)
Quemar las páginas mal escritas
De esa historia
Y comenzar de nuevo

 

APOCALIPSIS XVII
A Hollywood, factoría de ilusiones

Primero fue una inmensa ola
Que ahogó toda la vida de esa orilla
Después el alarido de la tierra
Que sepultó las esperanzas de
Los Ángeles
Y el aire se llenó de lamentos
Y de nubes de polvo y muerte
Y en la visión apocalíptica
                              Del bardo
Los sembrados amarillos
Fueron enlodados por el trueno

Años más tarde
La visión del poeta dijo
Que todo fue cercenado limpiamente
Por el fuego
Que la nostálgica playa de los astros
Desapareció montada en una cresta
                                              Diluida
Y que desde el borde del acantilado
                                           Tenebroso
Que limitó el trayecto de los sueños
Los jinetes del recuerdo aún perciben
Las sonidos de la furia
Y el olor embriagante
                     De los naranjales en flor

Sincelejo, marzo de 2002

 

LA HOJA QUE SE MUERE

La vi caer suavemente sobre el césped
                 De la alameda de los últimos días
Mientras observábamos la soledad del mar
En esa playa del pasado
Que fue sol, amor y alegría

Yo leía los versos dolorosos del adiós
Que le decían al mundo que la vida
Tendría una segunda oportunidad
                                        En otra parte
Y la vi caer segura de su suerte

Tú estabas a mi lado ¿lo recuerdas?
Te dije entonces que una hoja sin sol
Era la muerte
Como una mujer sin amor
O una cometa sin brisa
Y tú me preguntaste
Por las razones escondidas de la nube
Y por la desaparición de las mañanas

Y yo te contesté que la noche se acercaba
Para vestir de negro los colores
Y almacenar las ilusiones de los hombres
En el sueño eterno de Hiroshima
Que la vida podía reverdecer
En otras hojas
En otros tiempos
Y que había que grabar en la retina
(Para no olvidar su brillo y su mensaje)
La luz de la última estrella

Sincelejo, marzo de 2002

 

¡QUE GRAN DESPERDICIO!
A Carl Sagan, autor de "Contacto",
in memoriam

Si esa luz que nos llega de Sirio
O de Andrómeda
No alumbra el sueño de otros seres

Si en todo el universo
(como dicen los escépticos)
La vida es ausencia
En medio de la noche

Y si la palabra reside solo
En este valle del cosmos
Y el infinito es arena y gas
Y una que otra hoguera
En el tapete azabache
De los dioses

Qué gran desperdicio de espacio
Señor...
¡Qué falta de visión la tuya!
¡Cuánta soledad!
¡Cuánta tristeza!

Sincelejo, diciembre de 2001

 

SATURNO

Inmensa burbuja coronada
Por el polvo residual
De alguna luna disgregada

Me embelesan
Tu corona rielante
                       De roca y hielo
Y tus bandas de nubes paralelas

Contemplo tus veloces pastores
Abrir en tus anillos surcos reservados
Para mantener el control de tus
Corceles diminutos
Y pienso en la esperanza de encontrar
La arquitectura de la vida
En las aguas embriagantes de Titán

Saturno tiempo achatado
De color naranja
En el pozo del recuerdo
Pareces una nave que se acerca

Sincelejo, febrero de 2002

 

ATLÁNTIDA

En las profundidades del lago Titicaca
Las piedras cuentan tu presencia
Y confirman la tragedia
                        Del agua y del fuego
Que ocultó a los talladores del tridente
De la bahía de Paracas
Y a los dibujantes del aeropuerto
De los pájaros

De Tiahuanaco y de Atlantis
(Los puertos de los dioses
                                Del ancestro)
Salió la nave del rey Toth
Rumbo a Tartessos
Cargada de maíz
De oricalco y de tabaco
El aciago día del desastre

Entonces la memoria de Toth
Se asiló en el valle de las moles
Que apuntan hacia el cielo
Y su sabiduría se expandió
Por las costas de Ugarit, Tiro y Sidón
Y el eco de sus naves ancló en Jonia
Y surgieron las ciudades del hierro
Y el pensamiento dio un salto de gigante
Y en Atenas la pluma del filósofo
Dejó constancia de su gloria

Atlántida mil veces sumergida
Imperio fabuloso
De murallas transparentes
De cristales de fuego
Y navegantes pelirrojos
Que trillaron los caminos
De los dioses
De oriente y de occidente

Atlántida edénica
De palacios, canales y vergeles
Estás allí dormida
En el regazo de Los Andes
En el folclor y en las palabras
De los jinetes del recuerdo  
Y en la sangre del hombre
De Indoamérica

Sincelejo, febrero de 2002

 

LA ESFINGE

Estás allí
Con tu mudez de piedra
Conservando el mensaje de los signos
Y la gloria de otros tiempos

Estás allí
Coloso astral con rostro de mujer
Y cuerpo de león
Indicando la fecha del diluvio
Que sepultó la isla de las letras

Estás allí
Soportando la arena del desierto
Y la ceguedad del hombre
Que te mira y no comprende
La angustia de tu rostro

Sincelejo, marzo de 2002

Antonio Mora Vélez

Antonio Mora Vélez nació en Barranquilla, Colombia, en 1942, estudió la secundaria en Montería y la carrera profesional de Abogado en la Universidad de Cartagena. Trabajó durante veinte años en la Universidad de Córdoba como docente, Secretario General, Decano de Educación y Jefe del Departamento de Humanidades. Reside en Sincelejo desde 1993 y se desempeña como Vicerrector de Bienestar Universitario, Director de la Revista Institucional y miembro de la Junta Directiva de la Corporación Universitaria del Caribe (CECAR), institución de la cual es Miembro Fundador. En reconocimiento a su labor literaria el diario El MERIDIANO de Montería lo escogió como uno de los personajes del siglo XX en el departamento de Córdoba y "The Internacional Writers and Artists Association" con sede en Bluffton, Ohio, USA, le otorgó un pergamino por su contribución al humanismo desde la literatura.

Es ampliamente conocido como escritor de ciencia ficción en su país. Ha publicado los libros de cuentos "Glitza" (Ediciones Alcaraván, Bogotá, 1979) "El juicio de los dioses" (Casa de la Cultura, Montería, 1982), "Lorna es una mujer" (Centro Colombo Americano, Bogotá, 1986) "Lorna is a woman" (Colombian Cultural Center, New Delhi, 1990) y "La Duda de un Ángel" (Ediciones e-books de CECAR, 2000) siendo éste el primer libro electrónico que se edita en Colombia. Ha publicado también el libro de ensayos "Ciencia Ficción: el humanismo de hoy" (CECAR, Sincelejo, 1996) que fue reproducido en México y los poemarios "Los caminantes del cielo" (CECAR, Sincelejo, 1999) y "El fuego de los dioses" (Ediciones CECAR, Sincelejo, 2001) próximo a ser lanzado. Ha sido antologado varias veces. Destacamos la antología internacional "Joyas de la Ciencia Ficción" (La Habana, 1989) y en la cual figura al lado de los mejores narradores del género en el mundo y la antología colombiana "Contemporáneos del porvenir: Primera Antología de la Ciencia Ficción Colombiana" (Bogotá, 2000) y en la cual el antologista René Rebetez le reconoce su condición de precursor de la ciencia ficción colombiana. Ha ganado varios premios de literatura y su nombre figura en "The Encyclopedia of Science Fiction" de John Clute y Peter Nicholls (New York, 1995, página 696). Sus cuentos y poemas han sido traducidos y publicados en revistas impresas y electrónicas y en suplementos literarios, nacionales y del exterior. Axxón publicó su libro "Los caminantes del cielo" en el número 105.



Axxón 127 - junio de 2003

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