F i c c i o n e s |
82 FICCIONES APOCALÍPTICASVarios |
Tal vez todo sea una broma de mal gusto, o un chiste casi sin gracia, pero cuando hace un año convocamos a los escritores para que imaginaran finales apocalípticos y que los desarrollaran en un número muy limitado de palabras teníamos en vista que a la vuelta de la esquina nos aguardaba agazapada una de esas fechas ineludibles, significativas y emblemáticas que disparan asociaciones, inspiran rumbos y provocan deseos de sentarse a escribir. No hace falta creer o no creer: la fecha estaba y está ahí, seis de junio del año dos mil seis, o más sencillamente expresado, la cifra de la Bestia, el temido y risible 666. Esto que van a leer es el resultado, 82 ficciones muy breves en las que el asunto es el final apocalíptico del mundo que conocemos. Algunas son pequeñas joyas, otras son temibles exabruptos; todas son expresiones genuinas porque fueron pensadas para esta actualización especial de Axxón. Disfrútenlas, si pueden, o si sobreviven para contarlo. Aunque yo no tengo dudas de que sólo son ficciones, que el siete de junio el Demonio se sentará a leerlas, contrariado, pensando en mejorar su eficacia para la siguiente oportunidad. ¿Otro seis de junio, dentro de cien años, quizá?
CABLE URGENTE
(ANSA, France Presse) Con tranquilidad, y en medio de un alto dispositivo de seguridad, se desarrolló el anunciado Apocalipsis. Numeroso público se congregó en el evento, que contó con excesivas fallas organizativas. Los ángeles no pasaron la media docena. Hubo sólo una plaga. Foto: La Bestia (gentileza United Press).
Marcelo Difranco - Argentina
LA CRITICA
Deficiente, sin estructura y muchas veces errático, se nota su espíritu de divertimento. La obra sólo logra flotar en los últimos segundos, con un mar de criaturas fantásticas en océanos de fuego, como una explosión para un final glorioso. Sin embargo no deja nada para reflexionar. Prescindible.
Claudio Navarro - Chile
LAS PUERTAS DEL FIN DEL MUNDO
Y ante mí estaban todas las puertas, innumerables, infinitas. Todas la salida para un único ser vivo. Todas el Apocalipsis de nuestro universo, la transformación final de la materia. Resueltamente busqué la mía y la abrí.
Jorge De Abreu - Venezuela
EL BUNKER
Había estudiado el libro de las Revelaciones durante años y sabía que el día siguiente era la fecha elegida. Se encerró en su bunker. Era hermético, resistente al fuego y a los terremotos. Tenía agua y provisiones para años. Era el refugio perfecto.
Llegado el momento sintió el temblor de la catástrofe. Cuando quiso salir no pudo, la puerta estaba atascada. Había construido la tumba perfecta.
José Vicente Ortuño - España
SISENEG
Seis días antes, murieron los animales. Cinco días antes, la lluvia mató toda vegetación. Cuatro días antes, la niebla borró cielo y firmamento. Tres días antes, el caos mezcló las aguas y la tierra. Dos días antes desapareció el hombre. En el último día, dije "apáguese la luz". Después, descansé.
Daniel Frini - Argentina
SEIS, SEIS, SEIS
Nubes negras ocultaron el sol. Una oscuridad completa inundó el planeta. Todas las máquinas dejaron de funcionar. De los cementerios empezaron a emerger los muertos. La gente empezó a volverse loca de pavor ¿Es éste el último día de nuestras vidas? El fuego cayendo del cielo no deja lugar a dudas. La bestia de siete cabezas con el 666 grabado con tu sangre lo confirma.
Erath Juárez - México
TELÓN
Acaeció, imprevisible: un Apocalipsis Lacaniano. Primero, una simétrica Babel en retroceso. No más diversidad. Los símbolos, refusionados al avatar original. Game Over era Jeu Fini era Final del Juego. Luego, la retirada. Telón y afuera, uno por uno. Ordenada, gradual: hubo miedo, luego resignación, más tarde simple tristeza, levedad, nada.
Ricardo Castrilli - Argentina
SORPRESA
El Apocalipsis nos pilló por sorpresa, porque creíamos que nosotros teníamos razón. Jinetes, trompetas, terremotos, plagas, ríos de sangre, eso sí, claro. Incluso dragones y la prostituta de Babilonia. Pero ¿quién hubiera imaginado que ese maldito lobo se iba a comer el Sol? ¿Eh? ¿Quién?
Ah, es verdad. Putos vikingos.
Raquel Froilán García - España
AL FINAL, EL APOCALIPSIS
Maldito por la impiedad de los gentiles de Cádiz, Colón flota boca abajo en el océano. Vociferamos gritos de alivio que trocan en terror cuando Rodrigo de Triana grita abismo y la nao se estremece, gira y se precipita en la catarata del fin del mundo.
Jorge De Abreu - Venezuela
FINAL # 8
El sol se expande, furioso. La Tierra muere, aullando.
Bernardo Fernández "Bef" - México
EL NÚMERO
El anciano Juan, sentado bajo la higuera en el patio de su casa, en Patmos, escribió: "El que tenga inteligencia, que calcule el número de la bestia salvaje, porque es número de hombre, y su número es seiscientos sesenta y seis." Satisfecho dio una honda calada al porro de marihuana que tenía entre los dedos. "Es buena esta hierba", pensó satisfecho, y continuó escribiendo sus Revelaciones.
José Vicente Ortuño - España
JUICIO
La multitud esperaba su llamado al juicio, sin hambre, sed o frío. Todos pensaban en sus pecados con angustia, reales o imaginarios. Temerosos de la ira del Señor. Sólo uno estaba tranquilo, sonriente entre ellos, ¿un santo, un puro?, "A mí no me van a enjuiciar" anunció ostentoso, "Estoy amparado".
Carlos Flores Gutiérrez - México
INICIO APOCALIPSIS INICIO
Nunca nadie, ningún ser vivo, había llegado tan lejos en el universo. La nave inmaterial, sutil y veloz había devorado parsecs y eras, insaciable. Ante mi se extendía la nada, negrura sin fondo, ni forma. Había llegado al fin del mundo y se hizo la luz.
Jorge De Abreu - Venezuela
APOCALIPSIS PECAMINOSO
Las densas nubes ardían sin dejarme ver el más allá. Los otros habían desaparecido. Ya no se escuchaban sus gritos, sólo el crepitar. Era tan vigoroso que no me permitía oír mis propias súplicas. Si la soledad y el abandono no hubiesen sido tan crudos... Pero, no. Entonces, en la Eternidad, pequé por la tentación: "si esto es el cielo, desearía más estar en el infierno".
Darío Del Olmo y Alejo Kasulin - Argentina
VHEMT
"Usted puede evitar la destrucción del mundo, de una manera fácil y segura, uniéndose al movimiento que está dando una solución real a todos nuestros problemas: VHEMT (Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria). Con VHEMT, usted no solo asegurará un mejor futuro para el planeta, sino que también eliminará el hambre, la pobreza, y la enfermedad que nos aquejan. ¡Viva el VHEMT! Obtenga mayor información en: http://www.freewebs.com/vehemente/".
Sue Giacoman Vargas - México
LA COSECHA
Silencio.
Es lo único que queda.
Las explosiones cesan. Los gritos se apagan hasta desaparecer. Las agonías por fin se vuelven muerte.
Recogemos lo que nos interesa y partimos.
Así es la vida de los recolectores: eliminar la maleza y cosechar lo que sirve, día tras día, planeta tras planeta.
Solos.
Y lejos de casa.
Claudia De Bella - Argentina
LA RECOMPENSA
Los ciento cuarenta y cuatro mil elegidos seguían al Cordero con siete cuernos y siete ojos.
—¿Qué va a pasar ahora, Señor? —preguntó el más osado.
—Sois los Elegidos por mí —dijo el Cordero—. Y ahora recibiréis la recompensa.
—¿Y en qué consiste Señor? —inquirió el preguntón.
—Lo habitual en estos casos —respondió el interpelado—, quince días en Cancún con todos los gastos pagados.
José Vicente Ortuño - España
TRAICIÓN
Fue socorrista en cada terremoto, auxilió a los inundados como voluntario, donó sangre, ocultó a los refugiados, marchó contra la guerra. Y cuando él apareció rezumando ira, dijo:
—¿Qué esperabas, padre? ¿Acaso no está escrito que esta es una lucha perdida?
Sin más explicaciones, el anticristo continuó vendando heridas.
Néstor Darío Figueiras - Argentina
INVIERNO
La nieve radiactiva dejó de caer. Las nubes fueron desapareciendo, arrastradas por un viento cálido. Salió del refugio y el tibio sol calentó su cuerpo. Activó el contador, y la lectura fue la misma que antes de la guerra. La hierba empezaba a crecer entre las grietas en el pavimento. Se inclinó y sus dedos rozaron la verde superficie de las cuatro hojas de un trébol.
Adelaida Saucedo - España
EL PERIODICO DE MAÑANA
Espectáculo magnífico, y gran éxito de público. Se destaca la calidad de los efectos especiales y el empeño de los actores por representar cabalmente sus papeles hasta el final. Lo que el cronista lamenta es que no haya quedado nadie para leer su reseña. Sergio Gaut vel Hartman - Argentina
CUENTO APOCALÍPTICO
El ordenador no se cierra. El botón suprimir no obedece. Pruebo autorecuperación y aparezco reflejada en la pantalla. He entrado en el programa. Aprieto eliminar. ¡Mi imagen está desapareciendo del ordenador! Ya no soy, ya no existo, estoy desvaneciéndome. No tengo cuerpo ni original ni copia ni plantilla personal ni...
Adriana Alarco - Perú
MEMORIA
El primer día del Cataclismo me acordé del libro del místico del siglo XVI que creía que el Apocalipsis ya había sucedido. Decía que los que rezaron a Dios pidiendo que evitara el fin fueron condenados. Se salvaron los que aceptaron el Juicio con el alma pura y los que rogaron a Satanás que protegiera el mundo. Era de sabio pedirle que intentara preservar su reino.
Gustavo Fernández Riva - Argentina
APOCALIPSIS RECURSIVO
Escribe, Juan, todo lo que veas. Escribe los eventos del fin. Escribe, Juan, todo lo que oigas. Los estertores de la humanidad. Escribe, Juan, todo lo que huelas. El hedor de la pestilencia. Ahora que todo acabó, Juan, debes comenzar de nuevo por el Génesis. Jorge De Abreu - Venezuela
EN LA CALMA
Fuera hace calor. La última vez que vi la televisión dijeron que habría una ola glacial. Yo no la siento. Mi cuerpo termina de salir del edificio en ruinas, piso la arena fresca y húmeda de la playa. Levanto la vista. El mar está tranquilo y hermoso. Voy hacia él.
José Manuel Sala Díaz - España
LA MUERTE
Dejo tras de mí un desierto de seres inermes. Los que sobreviven sólo pueden llorar y temblar, porque saben que un día les va a llegar el turno, el día último, el del juicio final. El que se cruza en mi camino siente que un frío inacabable le atraviesa la carne. Sé que me odian, pero nadie pudo detenerme aún. Mi mano gélida sujeta la hoz.
María del Pilar Jorge - Argentina
JINETES
A quienes corresponda:
A pesar de que los tiempos que corren pueden ser malos, queremos que sepan que no es nada personal, sólo estamos cumpliendo órdenes.
Firmado: Los Cuatro Jinetes
Ricardo Germán Giorno - Argentina
PRÁCTICA
Cuando llegó el Apocalipsis, las trompetas sonaron desafinadas por la falta de práctica. Había pasado mucho tiempo desde la última vez.
Raquel Froilán García - España
APOCALIPSIS PERSONAL
Pistola pólvora ignición bala trayectoria piel músculo corazón ruptura hemorragia disfunción caída golpe asfalto frío desvanecimiento oscuridad entropía muerte.
Jorge De Abreu - Venezuela
EL RUEGO
Los nubarrones rojos parecían rasgar el cielo naranja. El fuego bailaba en las torres y muchos nos encontrábamos desnudos tras el cerco. Miré hacia arriba y el caballo me hizo temblar aún más. Cerré los ojos rogando, esperando que esta vez me escuchara. Aunque ya es muy tarde.
Claudio Navarro - Chile
APOCALEGALIPSIS
Los cielos se abrieron y hordas de seres alados descendieron sobre la Tierra.
—¡Abogados! —gritaron arcángeles y querubines, retrocediendo horrorizados al llegar al suelo.
Nosotros nos parapetamos tras los leguleyos, sonrientes, sabiendo que nuestra defensa en aquel Juicio Final sería encarnizada.
Santiago Eximeno - España
EL PREDICADOR
Los perros, aún agitados por los disparos nocturnos, ladraron más de lo usual al hombre de traje negro, quién, sosteniendo una Biblia, lo instaba a arrepentirse antes del Apocalipsis.
Miró cansado el barrio, arrasado por la miseria, el hambre y las balas.
—Llegaste tarde, hermano —dijo cerrando la puerta.
Marcelo Difranco - Argentina
TERRA NULLIUS
El Fin nos llegó sin avisar, como un amante recién llegado a casa. Nos golpeó en las mejillas y, aún sangrantes, lo besamos en la boca, temblando. Fue entonces cuando el dragón nos sonrió con nuestra propia boca, y supimos que La Nada no acababa sino de empezar.
Víctor Miguel Gallardo Barragán - España
HUELLAS
Verbos sin sujeto. Marcas de fuego, cielo siempre gris, lenguas de hielo. Huellas viejas, huellas menos viejas, barridas por lo que fue apenas viento, en tierras secas y retiradas. Sujetos sin verbo.
Alejandro Schweitzer - Argentina
APOCALIPSIS RECARGADO
Hopkins de pronto se sintió demasiado virtual. Sus manos se deshicieron en infinitas cadenas de ceros y unos. Su pecho y su vientre se disiparon en cálida radiación electromagnética. Al final sólo quedaron sus piernas y éstas, trémulas, se diluyeron con el final del clic del interruptor.
Jorge De Abreu - Venezuela
AMANECER
El dios barbudo lanzó al último alquimista fuera del bar. Bajó la persiana metálica y ordenó las mesas de la terraza. Ya no quedaba nadie. Puede que así fuera mejor. Levantó un dedo y amaneció de nuevo, lentamente.
Alfredo Álamo - España
TERMINADO
Afuera, la tierra se estremecía entre sollozos, lágrimas de roca fundida caían en el valle incinerando pecados y pecadores, fortalezas y chozas caían sepultando a sus moradores, pocos vieron bajar a los ángeles... Dentro, el niño miraba los pedazos del florero preferido de su abuela. El mundo se había terminado.
Carlos Flores Gutiérrez - México
JUAN, SIERVO DE DIOS
Yo, Juan, enterrado por Domiciano en esta horrible isla de Patmos, dispongo mi espíritu para ganarle al futuro. Él domina la espada, yo el cálamo. Escribiré un libro que será el terror de los simples, el arma definitiva, mi venganza suprema. Los escribas lo copiarán por miles. Su título... Apocalipsis.
Diego Márquez García-Cuervo - España
UN DÍA DESPUÉS DEL APOCALIPSIS
—¿Dónde están mis niños? ¿Dónde los dejé? ¡Dónde están mis niños!
Gabriel Caicedo - Venezuela
EL FINAL DE TODO
Nunca pensé que le tocaría verlo. Ahí está, aunque no le importa. Frente a sus ojos las estrellas se apagan, poco a poco, silenciosas, dando paso a la oscuridad eterna. Le da tristeza ser el último que queda para presenciarlo.
Carlos Wilfredo Trejo - México
GRIS
Estoy aquí, mientras todo se llena de gris y los gritos son ahogados sistemáticamente. Es tarde, duelen las piernas y no logro distinguir los árboles de la gente, extraño, por decir lo menos. Siempre pensé que este momento nunca llegaría y encima, en otoño.
Armando Rosselot - Chile
¿POR QUÉ?
¿Por qué hemos de acabar así? Merecemos algo mejor, evitamos la guerra nuclear, la guerra por el agua, unimos las naciones, las gentes, crecimos en el amor y en el respeto, forjamos nuestro destino. ¿Y ahora va a estallar el planeta? No lo entiendo, y espero que Dios me lo explique.
Javier Díaz Carballeira - España
GUERRA
El túnel es más largo de lo que me habían dicho. El control de misiles no está donde debe. La Última Guerra comenzó hace meses, pero por primera vez el enemigo nos ataca en forma directa. El túnel sigue, y yo siento una urgencia enorme por entrar en la luz.
Marcelo Dos Santos - Argentina
UN DIA DESPUÉS DEL APOCALIPSIS II
Hoy es el Apocalipsis, ¡por fin llegó! Los ángeles de fuego están barriendo la tierra con un estruendo divino. No importa su forma, castigarán el pecado de la tierra. Escribo con mi sangre en la pared: Soy pecador. Los veo venir. En mi angustia pienso: ¿Quedará esta memoria sin quemar?
Gabriel Caicedo - Venezuela
APOCALIPSIS NOW
Tras el Apocalipsis y antes del anteúltimo Big Bang yo, ateo irreconciliable, incrédulo aún, oía inquisidoramente a Dios:
—¿Fuiste buen creyente?
—Usted, ¿fue buen dios?
Él rió sarcásticamente.
—Vivimos sufriendo hambre, pobreza y ahora destrucción —agregué.
Extrañado, Él preguntó: —¿De qué planeta venís?
—De la Tierra.
—Disculpame hijo. Jamás oí hablar de ese lugar.
Horacio Ramos - Argentina
CICLOS
La tierra yerma, los cadáveres desparramados, el nauseabundo olor de las aguas, los vientos fétidos esparciendo su mortal mensaje. No quedaba nadie, ningún ser vivo sobre la Tierra. Todo cambió desoladamente: minerales, rocas, ríos, montañas. Tras eones, el caldo primigenio recibe la radiación ultravioleta y comienza el ciclo, de nuevo.
Javier Díaz Carballeria - España
RESISTENCIA
Domenech tiembla. Rozenbaum tiembla. Yo tiemblo. Entornamos los ojos y vemos venir el fulgor quemante, precedido por las trompetas de los siervos alados. Apostado en el terraplén, acaricio el gatillo y pienso: que vengan. Sí, nos echarán al lago de fuego. Pero antes tendrán que llegar a nosotros.
Andrés Diplotti - Argentina
UN PEQUEÑO ACCIDENTE
Nos sobresaltó el ruido. Sonó como algo frágil chocando contra el suelo y rompiéndose en trocitos muy, muy pequeños.
—¡Oh, no! —exclamó Gabriel—. Se me ha caído.
—¿Caído? ¿Qué era? —pregunté yo.
Él tardó en responder.
—El séptimo sello.
Raquel Froilán García - España
RECETA
Tómese un mundo y llénese de gente. Agregue diferencias, pasiones, algo de ceguera. Sazónelo con disposiciones que beneficien a algunos en perjuicio de los otros. Guárdese los jinetes, que sobran, y espere nada más hasta que todo esté en su punto justo.
Carlos Daniel J. Vázquez - Argentina
EL BAILE
Suena la canción en un gramófono casi a trompicones. En la lejanía, se aprecia como una persona danza en la penumbra. La pared se desploma. El disco salta por los aires... El hombre está solo. Tararea: "Ansiedad... de tenerte a mi lado". El suelo se agrieta, el bailarín se aferra con fuerza a su alma y prosiguen bailando en el venerado día del Armagedón.
Eugenio Barragán - España
PERSISTENCIA
El último hombre del mundo está sentado en su habitación. Afuera, el Apocalipsis hunde la tierra, seca los mares, abrasa el aire. Alguien golpea a la puerta... El último hombre la abre, como es natural, y se encuentra con un sonriente Testigo de Jehová, incansable hasta el final.
Fabio Ferreras - Argentina
ECCE HOMO
—¡Bájense los pantalones! —Gruñó, salpicándonos con su saliva sucia y purulenta.
Se acercó amenazante, mostrando sádico su descomunal argumento, duro, enhiesto y presagiante en toda su largura de infinidad de parcas y suplicios.
Entonces, ante el apremio de su mirada brutal y su inexorable pujanza, hubimos de obedecerle.
Raúl B. Sánchez Pérez - Cuba
INCOHERENCIA
Es de noche pero está más claro que día soleado. Un resplandor inimaginable envolvió a todo el planeta con su mortal abrazo de radiación. No sabíamos cuando, pero sabíamos que sucedería. Estamos muertos, aún no nos alcanzó la ardiente desintegración, pero es cuestión de minutos. Explotó. Nuestro sol, nuestra nova.
Daniel Antokoletz - Argentina
REVANCHA
Él esperó pacientemente. Los sellos. Las marcas en la frente de los hijos de Israel. Las siete trompetas. Los cuatro jinetes. El Juicio. Abbadón y el Ajenjo. El número de circo de la Bestia.
—Bien —dijo Luzbel, cuando todo hubo terminado—. Ahora me toca a mí.
»Hágase la luz.
Raquel Froilán García - España
PERVERSIDAD
El fin de los tiempos había llegado. Satán y sus legiones salieron furibundos de su encierro milenario para recorrer la tierra y erigir en ella un imperio de maldad. Sin embargo, pasaría poco tiempo para que regresaran al averno: la perversidad humana los había derrotado.
Iñigo Fernández - México
DECEPCIÓN
Llegado el fin de los días, el Creador liberó a los cuatro Jinetes del Apocalipsis. Hambre, Guerra, Enfermedad y Plaga cabalgaron prestos a poner fin al reinado del Hombre. Pero, alcanzado su destino, sólo un yermo desierto hallaron. El hombre había borrado toda vida de la faz del planeta.
Antonio Cebrián - España
LUNA ROJA
Inicia el fin. Despejada media noche de luna llena que se torna roja. Muerte del mundo anunciada en los mares ensangrentados; así reflejan el rojizo resplandor que preside el fin de todo. Con el mundo como escudo contemplo en la luna el preludio de un apocalíptico sol convirtiéndose en supernova.
Samuel Carvajal - México
LA LENTITUD DE LA JUSTICIA FINAL
—¿Agua? —preguntó la mujer que me precedía en la cola.
—No, gracias. Últimamente no tengo ganas de beber nada.
—Yo igual —dijo ella—. Desde ese día, ni hambre ni sed. ¿Sabe si va para largo?
Asentí.
—Ojalá nos hubiera tocado la fila de los Justos. Esos acabaron hace meses.
Raquel Froilán García - España
PUROS DE CORAZÓN
El Papa tenía razón: los buenos y los justos se salvarían del fuego eterno. Tal vez por eso reía viendo a los puros de corazón mientras él, lentamente, se iba hundiendo.
Carlos Daniel J. Vázquez - Argentina
RETRASADO
El cordero degollado, con siete cuernos y siete ojos, rompió los siete sellos. Los ciento cuarenta y cuatro mil elegidos fueron llamados. Los siete ángeles hicieron sonar sus siete trompetas y el castigo divino se derramó sobre la humanidad en forma de terribles plagas.
Eleuterio Ramírez llegó tarde, como siempre. El día del Apocalipsis se perdió el espectáculo y se quedó solo en el mundo.
José Vicente Ortuño - España
GRANIZABA Y OÍ CABALLOS
Cerré la puerta y partí bajo la lluvia. Helada y roja.
Vi al colectivo y lo corrí. Es un 59 ramal La Lucila y estaba lleno. Como siempre.
—Hasta Florida.
Empujé otra humanidad dentro de la muchedumbre. Una señora me preguntó:
—¿Demorará mucho?
—No sé
Trompetas.
Granizaba y oí caballos.
Alejandro Ferreyra - Argentina
EL DIA DESPUÉS
El granizo de sangre y fuego quemó la tercera parte de la vegetación. La caída de una montaña en llamas convirtió los océanos en sangre. Una estrella cayó y destruyó la tercera parte de los ríos. Otra abrió un abismo en la tierra del que brotaron terroríficas langostas que remataron la masacre.
Menos mal que al día siguiente nadie tuvo que limpiar los residuos.
José Vicente Ortuño - España
HUEVOS
Salió del refugio.
Observó el cielo.
Las extrañas nubes producidas por las explosiones seguían allí y estarían durante mucho tiempo.
Sintió hambre y frío.
También soledad.
Movió sus antenas llamando a otros.
No recibió respuesta.
Caminó por la yerma tierra buscando algo de basura olvidada.
Y lugar para sus huevos.
Jorge Balej - Argentina
EDITOR
El editor se rascó la cabeza y volvió a mirar el título: "Apocalipsis, por Juan".
—¿Y dices que esto te lo dictó un ángel?
Raquel Froilán García - España
DENTRO DEL BUNKER
Se optó por asediar Japón hasta que el Emperador se rindió ante los soviéticos. Quizá la bomba que los estrategas tenían destinada para Hiroshima nos hubiera enseñado algo, quizá nos habría hecho dudar ante el botón. Ahora la lluvia negra golpea con fuerza las ruinas, aquí y en cinco continentes.
Germán Núñez López - España
BASTA UN BOTÓN
El Malo se materializó ante el guardián del botón rojo.
—El botón, apriételo.
—¿Qué botón?
—El rojo.
—¿Rojo, no veo ningún botón rojo?
El Malo se desesperó. —Ese botón, apriételo. —¿Se había equivocado? Miró el reloj; faltaban pocos segundos para la hora.
—No veo ningún botón. ¿Usted ve alguno?
—¡Maldición! ¡Tendré que hacerlo yo!
—Es tarde —dijo el guardián—. Cero siete; mejor suerte la próxima.
Sergio Gaut vel Hartman - Argentina
ESPEJO
Estados Unidos se esforzó durante lustros por realizar fotografías de la superficie terrestre y todos los seres vivos. Nadie supo la razón hasta que cien satélites en el espacio proyectaron esas imágenes consiguiendo un perfecto holograma del planeta.
Poco a poco, todas las almas fueron absorbidas hacia ese lugar.
Santiago Aguilar Alvarez - España
ÚLTIMO
Corrió hacia ella evitando charcos de lava y árboles caídos. ¡Era preciso salvar a la última mujer sobre la tierra! Aunque sólo veía su pelo arremolinado, sus jadeos agónicos lo apremiaron. Llegó, pero con el cráneo partido de un mazazo comprendió, ya tarde, que el último hombre no era él.
Raúl B. Sánchez Pérez - Cuba
REBOBINADO
La puerta parece medir cuatro metros, la habitación se agiganta vertiginosamente. Sus pies bailan dentro de los zapatos. Funciona. Su madre, con cara de espanto no entiende por qué su estómago se abulta, por qué se siente llena. La Tierra cruje en llamas, a él no le importa, todavía no ha nacido.
Luciano Rodríguez (Luxx) - Argentina
APOCALIPSIS DE BARRO
En 1914, el padre de mi abuelo desaparece acribillado en una trinchera, entre hedores de pólvora y barro. La locura es la misma, las formas, ahora sofisticadas de la masacre, la embajada de Israel en Buenos Aires, las Torres, después los trenes de Madrid, Londres, una lluvia interminable de bombas sobre Irak. Otros abuelos, otro padre, trincheras trampa, manos, otras formas de barro y de miseria.
Julia Bohorquez - Argentina
DEUDORES
Robé, bebí, maté. En resumen, disfruté ese maravilloso tiempo llamado vida, sin preocuparme siquiera del puñetero libro negro de grandes letras doradas.
En él, el hijo del hombre decía: «pagaréis justos por pecadores al final de los tiempos», y aquí me tenéis, sumido en una interminable fila de morosos.
Javier Torres - España
OPERACIÓN APOCALIPSIS
—¡Atención! ¡Urgente! Inicio operación Apocalipsis. Abandonen la zona. ¡Ya!
—¿Por qué, Señor? —preguntó Lucifer, mientras lo ayudaba a dirigir hacia el Sol un cometa cargado con un detonador estelar.
—Lo de siempre, relación costos beneficios. Ordenaron abandonar el proyecto y esterilizar la zona convirtiendo la estrella en nova.
Ángel E. Milana - Argentina
SALVADORA
Iniciado el siglo XXI, el Macho Dominante había llegado a la cumbre de su poder. Fueron los pecados del hombre la causa final del exterminio preventivo de toda la humanidad. El horror comenzó, pero se detuvo. Una Mujer salvó a los hijos de los hombres. El Macho Dominante jamás la perdonó.
Germán Núñez López - España
DESEOS
Pudimos evitarlo. Como primera medida le cortamos las patas a los caballos. Acto seguido decapitamos a los jinetes. Por las dudas mantengo el disparador en mi poder, no sea cosa que alguien intente contradecir mis deseos.
Carlos Daniel J. Vázquez - Argentina
EL DÍA
Luzbel contempló, antes de despertar en el día elegido, a su ejército de gárgolas que esperaban una señal para alzarse. Movió la cabeza, estiró primero un brazo y después el otro para impulsarse, con sus piernas de cabra, de la pared de la catedral. En el aire, no pudo desplegar sus alas petrificadas y se estrelló contra el suelo.
Nadie se explica el suceso.
Eugenio Barragán - España
REVELACIONES
El cenit revelaba una flama danzante del verde, al naranja, al azul, Debajo de las sandalias soplaba una brisa helada, elevando el cuerpo liviano. Era bellísima pisando su cola levemente. Deliraba cuando oí la voz omnipresente que me arrebató del ensueño.
—¡Despierten!
—Puta madre por enviarme al colegio interno.
Rita Llanes - Puerto Rico
¿APOCALIPSIS?
¿No lo veis subir desde la tierra, desde lo más hondo de las entrañas? Nos atrapará. Aquellos que no luchen, serán los primeros en ser poseídos. Utilizados contra sus semejantes. Perderán la conciencia y la esencia de su ser. Vivirán experiencias desgarradoras. Todo desaparecerá. ¿Servirá de algo luchar?
Chelo Torres (Arwen) - España
DESOCUPACIÓN
La imprevisión de los jerarcas produjo un serio descalabro en el Cielo. ¿Nadie pensó que después del Juicio los ángeles se quedarían sin trabajo? ¿No se te parte lo que te pusieron en reemplazo del alma al ver a Gabriel frotando vasos y a Miguel prostituyéndose por monedas?
Sergio Gaut vel Hartman - Argentina
APOCALIPSIS LÚDICO
Con un gesto de hastío, Dios se incorporó del asiento desentendiéndose del juego.
—Miguel —ordenó a su ayuda de cámara—, recoge el tablero y guarda las fichas.
—Señor, son demasiadas —objetó éste—. ¿Qué hago con las que sobran?
—Arrójalas al incinerador. Total, ya no sirven para nada...
José Carlos Canalda - España
PECADOR SUPERLATIVO
Degolló monjes y monjas, se mofó de lo sagrado; orinó en el Zamzam, escupió el Muro y defecó en el Ganges. Trepado a un andamio raspó la bóveda de la Capilla Sixtina. El Día del Juicio, Dios lo intentó todo pero se declaró vencido. Tuvo que aliarse con el Demonio por primera vez en siglos. Inútil. Esa y no otra fue la causa del Fin.
Sergio Gaut vel Hartman - Argentina
DESPERTAR
Hay días en los que una desearía no haberse levantado. Sobre todo hoy. No fue el despertador lo que oí esta mañana. Eran las Siete Trompetas del Apocalipsis.
Y yo con estos pelos.
Raquel Froilán García - España
BALANZA
—¿Anubis?
—¿Que pasa?
—¡Anubis!
—¿Eres tú, Ra? ¿Qué quieres? Sabes que me gusta dormir hasta tarde.
—Es el día del Juicio, Anubis.
—Creí que eso sólo concernía a los cristianos...
—También nosotros hemos sido incluidos. ¡Espabílate! ¡Tenemos que pesar los corazones de siete mil millones de personas!
—Demasiado difícil. Dirígete al gobierno: ¡ellos han creado la balanza de pagos para hacerlo!
Giampietro Stocco - Italia
SIN VUELTA
El fin del mundo. La gente espera que sea algo apocalíptico, con lluvias de fuego y cielos de sangre. Y no. Ni lo uno ni lo otro. Tantas ideas para lograrlo, pero ninguna hizo falta. Ya todo está encaminado. Como Hijo de las Tinieblas tengo el mismo valor que una gota en el mar. El punto de no retorno ha pasado hoy, ya no hay vuelta atrás.
Eduardo E. Laens - Uruguay
Axxón 163 - junio de 2006
Cuentos de autores de habla hispana (Cuentos: Fantástico: Ciencia Ficción: Fantasía: Apocalipsis: Varios países).