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AxxónCINE

Por Silvia Angiola


PAPRIKA: EL REINO DE LOS SUEÑOS

Dirección:
Satoshi Kon

País:
Japón

Año: 2006

Duración: 90 minutos

Género
Animación para adultos. Fantasía, ciencia-ficción

Intérpretes
Megumi Hayashibara, Tôru Furuya, Kôichi Yamadera

Guión
Seishi Minakami y Satoshi Kon,basado en la novela Paprika de Yasutaka Tsutsui

Producción
Jungo Maruta, Masao Takiyama

Estreno en DVD
18 de Septiembre de 2007


PAPRIKA: EL REINO DE LOS SUEÑOS

El anime (palabra francesa que los japoneses utilizan para referirse a todo medio animado y los occidentales asocian sólo con la animación japonesa) es una forma artística de contar historias apenas explorada por nuestra cultura. Durante años el sello Disney impuso en Occidente un modelo de dibujo animado destinado al público infantil que presenta un mundo idealizado, evita cualquier exhibición realista de la conducta humana y abunda en finales felices. Por el contrario, la animación japonesa ha evolucionado en un contexto de mayor libertad en lo que se refiere a la selección de temáticas y audiencias. Su aproximación al relato es más madura y no hay género literario o cinematográfico que no tenga su representación animada: fantasía, terror, suspenso, melodrama, comedia, romance, drama histórico, pornografía. Las aventuras de ciencia-ficción son muy abundantes debido a sus inmensas posibilidades creativas.

El artista del manga Osamu Tezuka, autor de Astroboy; entró al universo de la animación en los años '60 con la idea de emular a su admirado Walt Disney, pero no tardó en comprender que ese tipo de caricaturas estaba fuera de su alcance con el presupuesto que le habían asignado. Concibió una técnica de animación limitada pero económica en la cual sólo se movía una parte de la imagen, como la boca o los ojos, y comenzó a reunir transparencias o "capas" con gestos faciales típicos y fondos que se podían utilizar una y otra vez. El sistema de Tezuka se convirtió en el modelo básico de la animación japonesa: a partir de ese momento, sus autores se abocaron al guión y al desarrollo emocional de los personajes en lugar de esforzarse por conseguir los movimientos fluidos y realistas privilegiados por los cartoons americanos. Los inconfundibles ojos redondos, anormalmente grandes y brillantes, también se deben a una elección estilística de Tezuka: el autor acostumbraba a usarlos en sus manga como recurso para mostrar las emociones de los personajes, reducidos a la austeridad del dibujo plano en blanco y negro.

Paprika, una historia que trabaja sobre el espacio onírico y el inconsciente, está basada en la novela de igual título del multipremiado escritor japonés Yasutaka Tsutsui. Tsutsui utiliza la ciencia-ficción como método para deconstruir la realidad y sus textos, muy influenciados por el surrealismo, se apartan de los discursos tecno-científicos que obsesionan al género. Un ejemplo es el poético relato Mujer de Pie, pequeña obra maestra en donde el autor narra cómo los seres humanos pueden llegar a convertirse en vegetales, física y espiritualmente. El mismo Tsutsui eligió al acreditado director de animé Satoshi Kon para llevar a Paprika a la pantalla y le concedió una total libertad en el trabajo de adaptación de la novela.

Paprika es el alter ego de la Dra. Chiba, una reservada psiquiatra que utiliza un dispositivo experimental llamado DC Mini para interactuar con sus pacientes mientras duermen. La sospechosa desaparición de algunos prototipos obliga a la mujer a iniciar una pesquisa dentro del mundo onírico, secundada por uno de sus colegas, el hiperobeso y genial Dr. Tokita, y uno de sus pacientes, el detective Toshimi Konakawa. Mientras ellos entran y salen de sueños propios y ajenos tratando de encontrar al culpable del robo, el empleo malicioso de los aparatos trastorna a la población y los sueños de miles de personas se van sumando a un caótico desfile que amenaza con inundar la realidad.

Una de las principales subtramas de la película implica a la figura del Capitán Konakawa: el policía está obsesionado con un caso de asesinato que no logra resolver y con su propio pasado reprimido. En terapia con Paprika al comienzo del film persigue en sueños a un criminal a través de diferentes escenarios cinematográficos. La pesadilla se repite hasta que el detective comprende que el haber postergado su ambición de ser director de cine le ha causado una crisis de ansiedad. El film propone afinidades entre el mundo de los sueños, Internet y el cine al mostrarlos como espacios análogos e intercambiables en donde la conciencia puede liberarse de las represiones.

Satoshi Kon utiliza la animación para romper con todas las convenciones y derribar las barreras de la lógica. Qué es real, qué es ficticio, quién sueña a quién, dónde termina la locura exterior y empieza la interior: el director evita deliberadamente las explicaciones y el film se abre a múltiples significados.

Aunque la animación en Occidente está destinada casi por completo al público infantil, obras como Paprika demuestran que también es un medio ideal para el relato fantástico maduro y que cuando su ejecución es eficiente y fluida no hay nada que no pueda representar.

                       
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