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GORODISCHER Y BODOC LE SACAN LUSTRE AL GÉNERO
por Alejandro Alonso

A mediados de octubre, Angélica Gorodischer y Liliana Bodoc fueron invitadas a participar de una nota en el suplemento cultural del diario La Nación (adn Cultura), a propósito del resurgimiento del género fantástico. El 6 de noviembre, en el Centro Cultural Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires, esta experiencia se recreó en vivo y ante medio centenar de personas. La charla estuvo moderada por Graciela Melgarejo, periodista que colabora en dicho suplemento y tuvo a su cargo la entrevista original.

Si bien más contenida que en otras oportunidades, pero yéndose por las ramas cada vez que la ocasión lo ameritó, Gorodischer (horas antes de su partida hacia Caracas, Venezuela, para participar de la tercera edición de la Feria Internacional del Libro) sacó a relucir su particular visión de la literatura y del género fantástico en particular, haciendo hincapié en "la marca" que este género impensadamente deja sobre otras formas de literatura. Bodoc, en cambio, habló del porqué del resurgimiento del género fantástico, entre otros tópicos, llevando a la audiencia a través de cuidadosos (y lúcidas) reflexiones.

Consultada acerca de donde radica el placer de escribir literatura fantástica, y en directa referencia a la trilogía de la Saga de los Confines, Bodoc explicó: "Me parece que es muy estimulante y muy gratificante este doble juego de o sentirse con la libertad de no depender de las leyes naturales o la realidad histórica. Pero ojo con eso, porque al lado de eso está también la necesidad de trabajar en un texto riguroso, creíble y verosímil. Hacer fantasía no tiene nada que ver con escribir ñoñerías o desprolijidades, donde todo pasa porque sí. Creo que es casi un doble desafío trabajar en un texto eficiente, donde además lo fantástico no es un decorado, sino una esencia autosuficiente y genuina".

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En referencia a Kalpa Imperial, Gorodischer señaló: "Uno no sabe nunca lo que escribe o lo que habla. Si yo lo supiera, mi psicoanalista se quedaría sin trabajo. Pero después, cuando una vuelve a leer el texto terminado, se pregunta ´¿qué es lo que he escrito?´ Con Kalpa… muchas veces me han dicho que es el manual del buen gobernante. Y sí, en realidad es el manual del gobernante, porque eso se escribió bajo la dictadura militar, y cuando terminé con el libro, que me llevó cinco años […], comprendí que yo había escrito la metodología: los milicos ávidos, los traidores, los gobernantes, las cortesanas, todo lo mismo. Pero ese mundo termina, cada tantos miles de años el imperio muere. Es la historia del imperio […]. Lo que pasa es que resucita […], vuelve a morir y vuelve a resucitar, y generalmente lleva consigo todas esas leyes y previsiones que tenemos nosotros en nuestro mundo. Están aplicadas a otros mundos, de otras maneras, pero son las mismas, porque no inventamos nada. Si pudiéramos inventar algo totalmente desconocido no lo veríamos. ¿Qué le van a decir nuestros sentidos al cerebro? No pueden transmitir ese mensaje. De manera que podría ser (no se asusten) que alrededor de nosotros hubiera otro mundo que no alcanzamos a ver. No sólo después, no antes, no en otro planeta, sino acá y ahora. Por todo esto, el lector o la lectora tienen que hacer con el autor un pacto mucho más fuerte que el que se hace con la literatura, entre comillas, realista".

La realidad es "fantástica"

Graciela Melgarejo calificó a los artistas como "esos vigías, esa avanzada que está viendo lo que pasa mucho más adelante, y muchas veces les pasa como a Casandra, que cuando lo cuentan no se les cree. Pero el lector les está diciendo ´escribí eso que lo necesito, algo está pasando que no termino de entender´".

"Lo que pasa es que el mundo en que vivimos no nos gusta —acotó Gorodischer—. Una novela, fantástica o realista, no es un reflejo del mundo en que vivimos, sino una modificación. Y mucho más fuerte cuando se trata de narrativa fantástica".

"Y además me parece que cada tanto se verifica el agotamiento de un paradigma de conocimiento. Uno busca un poco de aire, abre una ventana, porque este pensamiento racional está empezando a enrarecerse, y hace falta la entrada de cierto pensamiento mágico que renueva la manera de comprender la realidad", agregó Bodoc.

"Lo que pasa es que la realidad es fantástica —resumió Gorodischer—. Esto lo dijo Borges."

La guerra, la memoria y el Premio Nobel

Citando a Doris Lessing (la última ganadora del Nobel de Literatura, a la sazón también escritora de literatura fantástica), Melgarejo dijo. "La guerra y la memoria nunca se acaban". Esta frase, parecía estar directamente conectada tanto con Kalpa Imperial como con la Saga de los Cofines.

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Sobre los otros autores

Ante una pregunta del público —una pregunta que parece repetirse una y otra vez: ¿Cuáles son los autores o textos de la literatura fantástica que no deberíamos dejar de leer?—, Gorodischer citó a Poe, Borges, algunos cuentos de Cortázar, Philip Dick, Ursula LeGuin, Robert Silverberg o R.A. Lafferty. Bodoc citó a los clásicos, como Homero, "y a Tolkien". Gorodischer aclaró: "A los hijitos de Tolkien no, les prohíbo que los lean. Pero a Tolkien si, era un académico de primer orden. Tiene unos ensayos sobre literatura que son extraordinarios, parecidos a los de Forster". De hecho, la escritora estaba leyendo por quinta vez un ensayo de Forster (Los aspectos de la novela).

"A la lista de Angélica agregaría a Chesterton, a Howard (porque a Conan hay que leerlo), a Lewis Carroll. El último libro que he leído y me gustó mucho fue el de Yann Martel, La vida de Pi, donde lo fantástico juega un poco como epifanía, lo fantástico aparece en el momento de plena comprensión del personaje. Yann Martel ha hecho una novela muy original y que me sorprendió", comentó Bodoc.

En este punto, Angélica Gorodischer hizo una mención especial de Plop del escritor Rafael Pinedo (fallecido el año pasado). "Es una de las novelas fantásticas más estupendas que he leído en mi vida. Es cruel, negra, terrible, pero si aguantan… Lean Plop".

Gorodischer explicó que hay mucha gente que escribe literatura fantástica "y que probablemente llegaremos a conocer dentro de unos años. Están haciendo sus primeros escarceos y algunos de ellos son realmente apreciables".

Bodoc añadió al respecto: "Me pasa que me van llegando al mail mensajes de mucha gente joven que está queriendo empezar, y habrá que esperarlos. Es bastante importante la aparición de gente que está queriendo incursionar en el género fantástico". En este orden, las autoras citaron la tarea realizada por la Fundación Ciudad de Arena, que preside Gabriel Guralnik.

La ocasión fue propicia para que las autoras firmaran algunos ejemplares.

Alejandro Alonso para Axxón.


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