Revista Axxón » Cartas axxónicas, septiembre de 2009 - página principal

¡ME GUSTA
AXXÓN!
  
 

INTERNACIONAL

 

Querido Edu.

 

Me siento muy feliz de que Axxón haya llegado al número 200. Y el pensamiento más claro respecto de ese hito es «es importante que Axxón exista».

Durante décadas (dos para ser exactos) la existencia de Axxón permitió que buena parte del movimiento argentino de género fantástico tuviera continuidad. Sin la revista y sin el sitio, todo hubiera sido más precario y más difícil.

Mi primer acercamiento a Axxón fue con el número 21. Doce números después, en un número especial sobre leyes físicas raras, vos publicarías mi primer cuento, que con el tiempo se transformaría en la base de la novela corta con la que en 2002 gané el UPC. Nada menos.

En Axxón también empecé a ensayar mis dotes de periodista, aún antes de saber que terminaría transformado en uno.

Y ésos son sólo dos recuerdos de centenares que guardo con cariño y agradecimiento (los cumpleaños, las tertulias en casa de alguno de los miembros de Axxón, las lecturas que fueron moldeando la forma en que entendía la CF, el trabajo en las secciones de la revista, los amigos… la lista es interminable).

Así que muy feliz 200 números. Son una bendición.

 

Saludos. Alejandro Alonso

 

Alonso siempre ha sido parte importante de Axxón. Y como prueba, en este número podemos ver la novela más «axxonita» que ha creado.

Eduardo J. Carletti

 


 

Domingo 6 de Septiembre de 2009
Ciudad de Maebashi, Gunma
Japón
Asia
Planeta Tierra (3er planeta de Sol, Via Láctea)

 

Querida Axxón,

 

Creo que es la primera vez que te escribo, aunque muchas veces empecé alguna que otra cartita, que siempre terminaba descartando por timidez. Te encontré por allá por el ’94, junto con un grupo de gente a la que sigo queriendo mucho. Un tiempo antes de encontrarte ya había escuchado rumores de tu existencia, vía la Virus Report de Fernando Bonsembiante. ¡Una revista Argentina, de Ciencia Ficción, en disquette! Sin teléfono no tenía acceso a los BBS, ni a Fido, así que para encontrarte iba a tener que ir al CACyF…

Bueno, la cuestión que un día de ¿enero? ¿febrero? del ’94 dejé a una amiga cubriéndome en el trabajo y me subí a un tren que ya estaba arrancando, en la estación de Morón. Todavía me acuerdo el salto que pegué para no pifiarle a la puerta que alguien sostenía abierta tan amablemente. ¿O por ahí la puerta estaba rota? No sé, lo que sí me acuerdo es como el corazón me latía a mil por hora y estar parada en el vagón, acabada de aterrizar. A veces pienso qué hubiera pasado si hubiera perdido ese tren (no, no había otro hasta quién sabe cuando, esas eran las épocas más oscuras del Sarmiento).

Un subte y un rato más tarde estaba en el bar de San José 5, donde se reunía el CACyF, charlando con Andrés Urtubey, qué empezó a decir cosas como historieta, rol, taller literario, hablar de libros de CF que habíamos leído y en algún momento dijo ‘Axxón, ah, sí, te la puedo copiar en disquette, son como…’ (eran muchos ya). Casi me muero de la alegría. Ese día ya me debo de haber ido con algún disquette en la mochila. Era la época de las secciones en Axxón, con ‘Crónicas desde la garrafa virtual’, de Ale y Andrés, el ‘Tour Macabro’ de Labeau y Brunás, el ‘Portal Fantástico’ de Carlos Ferro. Así que no solamente tenía para leer un montón de cuentos nuevos (algunos que se traducían por primera vez al castellano, me acuerdo de tener que salir corriendo de casa al trabajo con un impreso de ‘El método de la respiración’ de Stephen King porque no podía dejar de leerlo), sino que además había una meta-historia rodeando esas historias.

Esa noche, estaba escuchando a Mónica, Susana, Daniel, Diego, etc, leyendo y criticando textos. Fué toda una revelación, el descubrimiento de que había más gente a la que le apasionaba la ciencia ficción como a mí. Y que había gente que escribía ciencia ficción en Argentina. Ya hace quince años de ese día, casi la mitad de mi vida viene orbitando Axxón.

Me acuerdo una vez que paniqueé porque, mientras estaba leyendo en la computadora, se ‘cayó’ una parte de la barra de la ventana de Axxón y se partió en mil pedacitos contra el ‘piso’ del monitor (esto era en la versión para D.O.S.)… pensé que me había agarrado un virus hasta que vi que era algún tipo de anuncio. Ay, qué julepe.

Los fractales de Contín, que dejaba corriendo en el monitor y copiaba imprimiendo la pantalla, sabiendo que nunca más iba a ver otro igual a *ése* que me gustaba tanto.

Las fiestas de cumpleaños… las tortas de Gladys. Las tortas de Gladys… las tortas de Gladys. Ñam. Fabián llamando a todo el mundo para que vieramos como se parqueaba un disco rígido. Dany disfrazado de esa cosa rara, una especie de mosca mutante.

 

y Querido Eduardo,

 

Un montón de años de esfuerzo, Eduardo. Quizás es algo tan obvio que a veces una se olvida de que estas cosas no salen de la nada, que salen de pequeños y grandes esfuerzos que todo el equipo hace y que ese esfuerzo se ve y se palpa (no demasiado de cerca, los bitios muerden) en cada número. El esfuerzo podrá parecer transparente (si una no se detiene a pensarlo por más de tres segundos), pero el resultado no. La prueba es que la revista ya llegó a su número 200 y lleva hoy veinte añitos de vida. Veinte años, sobreviviendo también a dos crisis económicas de esas donde se acaba el mundo. En realidad, hasta parece que las crisis le hacen bien a Axxón… digo, nace en el ’89 y pasa a formato web en el 2001… hay alguna relación extraña en todo esto ;)

Veinte años de publicar ciencia ficción en Argentina. Ciencia ficción de calidad, ciencia ficción gratuita. De darle cabida a escritores nuevos y de promover y educar. Talleres literarios virtuales. Noticias diarias, crítica de cine y literatura. Una enciclopedia. Y hay todo otro montón de cosas que Axxón significa y sobre las que no podría escribir. Visto así, es casi casi de ciencia ficción.

Bueno, así que, en resumidas cuentas: MUCHAS (INFINITAS) GRACIAS Eduardo y a todas las personas que hacen, hicieron y harán Axxón.

 

Un abrazo,
Lau Nuñez

 

Gracias, Laura. Gracias. Estas cosas son de las que se responden con un abrazo, más que con palabras… ¡Pero estás en Japón! Espero que igual te llegue.

Eduardo J. Carletti

 


 

Edu:

 

Cuando Carlos Alberto García Moreno escuchó por primera vez a Los Gatos una puerta más se abrió en su cabeza. Los Beatles le habían abierto el portón principal, pero Los Gatos representaron para él algo mucho más simbólico: la idea de que era posible hacer lo mismo que hacían Los Beatles pero en español y en Argentina. Pasaron por lo menos cincuenta años; hoy, Carlos Moreno es Charly García, uno de los máximos representantes del rock en América Latina.

Imagino que Axxón habrá significado lo mismo para muchísimos escritores latinoamericanos: una revolución. Imagino a muchos amantes de la ciencia-ficción, a muchos que, como yo, soñaban con escribir sobre naves espaciales y batallas intergalácticas y cruzar los confines del espacio y el tiempo para escapar a nuevos mundos, increíbles, maravillosos. Imagino a todos aquellos que, tras leer una novela de Ray Bradbury o de Isaac Asimov, corrían al lápiz y el papel (o a la pantalla monocromática de una XT) y volcaban sus fantasías en palabras; como salía, no importaba, lo importante era seguir soñando. Axxón se encargó de abrir la segunda puerta en cientos o miles de escritores de habla hispana. Axxón es la prueba de que también se puede soñar en español y, sobre todo, también se puede soñar en Argentina, donde los sueños están condenados a vivir en las glorias del pasado y en la lucha por la supervivencia, donde soñar sale demasiado caro.

Por supuesto Axxón no está hecha con magia. Que el resultado parezca mágico no significa que Axxón no esté hecha con muchísimo esfuerzo. En una época sombría, Axxón nos permite ser chicos felices otra vez, chicos que se animan a expresarse y que pueden disfrutar de lo que otros expresan. Parece que en el mundo moderno todos son adultos grises. La rutina, la desesperación por llegar con la plata a fin de mes, la preocupación por mantener una familia y que no venga un chorro un día y le meta un tiro en el pecho a un ser querido; todo eso nos va convirtiendo en almas mustias, en almas vacías; los adultos grises no se pueden dar el lujo de soñar. Pero Axxón nos demuestra lo contrario. Axxón es una bofetada que nos obliga a despertarnos y a mover nuestros engranajes para soñar. Soñar con un mundo lleno de nuevos grandes Maestros, nuevos grandes referentes, que armados con su pluma, reemplacen preocupaciones por fantasías. Si todos soñáramos, seríamos más felices. Axxón es felicidad y quizás, gracias a las montañas y montañas de material que publica a lo largo de los meses, no haya que esperar cincuenta años para ver ese futuro.

Quizás un nuevo mundo esté naciendo ahora.

 

¡Muchas gracias, Axxón! ¡Feliz Aniversario!
¡Por muchos doscientos números más!

 

Adrián M. Paredes

 

¡Bueno, bueno! Qué lindo eso de la magia, de los hombres grises, de los sueños, de las almas mustias, lo de «no se pueden dar el lujo de soñar». Si hemos despertado palabras —sentimientos— así en una persona, podemos sentirnos felices de trabajar en esto. A mí me hace feliz.

Eduardo J. Carletti

 


 

Hola Edu,

 

Es imposible dejar que este número doscientos de Axxón pase y no decir nada. Es imposible, cuando todo lo que sostiene a este gigante (es prácticamente imposible arrancar hoy y recorrer todos los caminos que Axxón construyó) es sólo el amor y la tozudez de su impulsor de siempre, y unos cuantos locos lindos que, de vez en cuando, hacemos algo por acompañarte.

Sé, por experiencia propia, que mantener vivo ese buen monstruo que es Axxón es durísimo. Lleva mucho tiempo y esfuerzo hacerlo a conciencia, que no es soplar y hacer botellas, y más cuando prácticamente el único recurso que abunda es la imaginación.

Axxón ya no es (hace rato) lo que era. Su formato digital fue prácticamente el resultado de la necesidad, y cambió tanto que nada tiene que ver con aquel número cero que conocí en el subsuelo de la librería Gandhi durante una entrega de los premios Más Allá. Ya no es aquella de los cumpleaños, cuando copiábamos disquettes desde que llegábamos hasta que nos íbamos. Ya no tiene las entrañables tapas algorítmicas, con la cantidad justa de azar, arte e imaginación, que mes a mes preparaba Rodolfo Contín (a quien siempre voy a extrañar y a quien creo le debemos ese premio que lleve su nombre, como homenaje, para los artistas digitales).

Tampoco tiene la Garrafa Virtual, ni el Portal Fantástico, ni el Tour Macabro, ni todas aquellas secciones que nacieron y vivieron en sus páginas…

Jé. ¿Todo tiempo pasado fue mejor?

¡No, qué va! Esta Axxón de hoy, transformada, enorme, imprescindible si te interesa la literatura fantástica en nuestro idioma, fue y es cuna de muchos, tiene en su infinidad de vericuetos el aprendizaje de estos doscientos y un números. Uno no puede pasar tantos años por la vida sin transformarse, y Axxón lo ha hecho bien, adaptándose, estando cada vez más en nuestras manos (y no te digo qué pasará cuando esté disponible ese papel digital que tanto nos prometieron y aún nos es esquivo). Es una hermosa muchacha (¡y qué muchacha!), fértil como pocas, generosa, adaptable, tal vez no complazca completamente a todos pero sí satisface a muchísimos, tantos que las cuentas que hacía Rodolfo en cuanto a su propagación deben resultar hoy un poco cortos. Y es faro, y cuna, y otro montón de cosas que no puedo alcanzar a nombrar. Muchos podemos decir que crecimos con Axxón. Mi vida no sería igual sin Axxón, y me doy cuenta que me ha acompañado media vida (toda mi vida adulta) y me ha marcado tanto que mis direcciones de mail lo ratifican.

Sé que no soy el único marcado por la existencia de Axxón. Sin ir más lejos, en el último editorial de Próxima (que salió hace apenas un par de días) Laura Ponce reconoce la influencia que Axxón (y vos también, Edu) han tenido sobre todos nosotros.

Posiblemente muchos lectores no sepan, no entiendan, lo que cuesta mantener con vida un proyecto como este desde este lugar del mundo, sin ayuda oficial ni de ningún organismo, sin una moneda, con el magro aporte de unos pocos, con corridas cada vez que se te rompe un disco, se te quema el monitor, que no alcanza para cubrir el consumo de banda ancha. Pocos saben lo cerca que estuvo Axxón de dejar de existir (creo, Edu, que la gente en general debería ser más consciente de este esfuerzo).

 

No quiero que sean todas malas, Edu, pero tampoco quiero que sea un simple «felizcumple», porque estos doscientos (y un) números significan muchísimo, e infinidad de castillos cayeron soplados por vientos más leves. Lamento (otra vez más) no haber estado a la altura de las circunstancias participando de una manera más activa en este nuevo cumpleaños, tan especial. No importa: estaré en el vigésimo quinto aniversario, o en el número quinientos.

 

Así que felicidades y gracias por todos estos años, Edu. Han sido y son maravillosos, y como ves, espero muchos, muchos más.

 

Nos escribimos,
Carlos Daniel J. Vázquez (Axxonita)
Buenos Aires, Argentina

 

Ya lo dije otras veces, Dany es a la vez un hijo y un hermano. Somos muy parecidos, con vidas distintas, sí, pero con una resonancia total. Quiero mucho a Dany, y este es un buen lugar para decirlo. ¿Por qué no? Y también quise… ¿qué digo?, quiero mucho a ese gigante amable y loco que nombraste, Dany. Tantas, tantas veces quisiera que estuviese aquí, apestándome con sus cigarrillos. Sí, me refiero a Rodo. En este momento, cuando escribo, esto, se cumplen exactamente 20 años de ese día, cuando llegábamos al Foro Ghandi con Gladys, llenos de nervios los dos, y se me pinchaba una cubierta del auto dos cuadras antes de llegar. Recuerdo a Chiarelli llegando a ayudar (había que transportar una PC y otras cosas). Recuerdo las caras de la gente cuando entré con mi máquina a cuestas (era tarde), había mucha, mucha gente. ¡Cuántas cosas pasaron en el medio! Y tengo que ser sincero, cuando me pregunto si todo esto valió la pena, tanto tiempo dedicado, me surge una respuesta sólida como el núcleo de una estrella de neutrones: quizás no los hubiese conocido a ustedes. Sólo eso vale por todo.

Eduardo J. Carletti

 


 

Estimado Eduardo,

quién hubiera imaginado que en una revista de computación que compraba cuando tenia 14/15 años leí de una revista argentina de CF, allí mencionaban la dirección donde la copiaban en mi Córdoba natal.

Hasta allí fui con mi caja de disquetes de 5 y 1/4″ (los flexibles)… como pedalee con mi vieja bicicleta, pero el esfuerzo valió la pena pues estuve toda la noche leyendo el número 6 de la revista…

Tanto tiempo, tantas vivencias disfrutadas con esta revista tan hermosa, como la disfruto en su nuevo formato, sólo extraño esas maravillosas tapas con gráficos fractales.

El número 200 desconozco el significado que le dan los «numerólogos» (cosa que descreo) pero sé que es mágico, porque es un hito muy importante que demuestra en mi humilde punto de vista toda la dedicación y el sacrificio que le has dedicado a esta otra hija tuya.

Creo que Axxón le ha servido de motivación a muchas otras revistas que han aparecido a los largo de los años, algunas de ellas que recién están en sus primeros números y que publican literatura nativa.

Escrita por autores que se animaron a escribir gracias a que tenían un espacio como esta revista para publicar, autores que pudieron nacer como autores gracias al taller de Máquinas y Monos, editores que se han animado a sacar revistas de ciencia ficción gracias a que saben que hay una gran cantidad de autores que escriben, que tienen material para publicar, material de una calidad inigualable.

Ese pequeño granito de arena que fue el número cero de la revista como ha crecido… es simplemente maravilloso y te agradezco a ti como a todos los colaboradores que he visto y veo en la revista.

Espero poder ver 1000 números más :D

saludos y abrazos
Gustavo Villada

 

Todavía habemos jovatos que nos movíamos con diskettes… ¡Siglos atrás! Muchas gracias por todo lo dicho. Vale mucho.

Eduardo J. Carletti

 


 

Estimado Eduardo, director de la revista Axxón:

Esta es la tercera vez que escribo a la revista. La primera vez fue hace muchos años, cuando la web era una novedad (si mal no recuerdo, para la número 100).

La segunda vez contestando una encuesta, ya siendo parte de esta publicación. Creo que todos los que participamos en esta maravillosa epopeya estamos orgullosos de pertenecer.

La razón es simple, a mi entender: Axxón tiene una calidad poco común en estos días de inmediatez y resultados rápidos, en una época de «tinellización» de la cultura y donde todo se torna chillón, vugar y extravagante.

Creo que la publicación expresa el otro aspecto de esta banalización y con esfuerzo, hecho por muchos y desde distintos lugares, se construye un faro, una referencia, un punto donde apoyar la vista.

Llegamos al número 200, digo llegamos porque todos somos parte: lectores, colaboradores, redactores, editores, escritores.

Un amigo mío, hablando de Larry Wall, el creador del lenguaje Perl, dijo en son de broma que Perl había creado a Wall para que lo escribiera y lo hiciera crecer. Quizás aquí suceda algo parecido, quizás Axxón creó a Eduardo Carletti para que le diera vida, lo arme tres tras mes, lo ponga en línea y lo haga crecer.

Quizás vos, Eduardo, no seas más que una creación de ese metaser llamado Axxón que se va propagando en numerosas mentes, coloreándose con las mismas pero siempre fiel a sí mismo.

¡Brindemos por muchísimos más números de la fantabulosa Axxón!

Gustavo Courault

 

Agghhh, ¡claro, debe ser cierto! ¡Por eso yo trabajo y la revista disfruta de la fama! Me entero todo el tiempo que Axxón llegó a España, que Axxón llegó a Japón, que Axxón está en Australia, Nueva Guinea y Madagascar… y yo apenas si viajé una vez. ¡Lo único que falta es que se pegue el salto a la EEI, y yo mirándola de abajo! Gracias, Gustavo, sos un gran colaborador y un muy buen amigo.

Eduardo J. Carletti

 


 

Estimados axxonitas, maestro Carletti, gente de la lista y curiosos en genral, gracias por hacer algo tan grande y, no quepa duda, importante como Axxón. La verdad es que apenas escribo en la lista, pero la leo con asiduidad, al igual que la revista. Casi cuatro años llevo ya detrás de la misma, lo cual es un porcentaje respetable de mi existencia. Y me alegra que haber podido colaborar con dos de mis relatos. Un porcentaje nimio, pero prometo volver a participar en este gran proyecto antes del número 400, que estoy seguro que llegará y con el doble de fuerza.

Poco más que decir, seguiré siguiendo la pista de Axxón en el futuro.

Un saludo
Carlos L. Hernando

 

Gracias, Carlos. Una participación con dos relatos no es poco, imaginate, la lista tiene 2.540 miembos, a dos colaboraciones cada uno… Tenemos para los 200 próximos números y mucho más. Gracias por la carta.

Eduardo J. Carletti

 


 

Hola Eduardo y todo el equipo de Axxón.

20 años y 200 números son cifras tan impresionantes, y tan significativas para mí en los últimos tiempos, que no sé ni por dónde empezar lo que quiero decir. Conocí el sitio y la revista hace relativamente poco, en el 2005, pero desde entonces Axxón me acompaña, de una forma u otra, todos los días. Para mí, Axxón fue primero la recuperación de la literatura como espacio de placer y reflexión, espacio que tenía casi abandonado en los años anteriores. Después pasó a ser, además, una red social, a través de la lista Axxón, que me permitió conocer muchas personas con intereses similares y hacer nuevas amistades. Más tarde se convirtió también en un lugar de crecimiento personal, gracias a los talleres literarios y al tiempo en que pude colaborar con la revista, lo que me permitió relacionarme con la literatura desde “el otro lado”, el de la escritura. Esto último me dio la posibilidad, a su vez, de publicar en Axxón y en otros sitios, algo que nunca me había imaginado antes del 2005. Axxón es también mi acceso cotidiano a las noticias sobre artes y ciencias, que leo mientras desayuno, o —según el día— después del trabajo. En fin, no sé si habré logrado expresar bien lo que quería decir, pero a lo mejor lo podría resumir así: más allá de la excelencia como publicación, Axxón es, para mí, un lugar de encuentro. Mis felicitaciones y mi agradecimiento para Eduardo y para todo el equipo Axxón, y hago un brindis virtual por —como mínimo— otros 200 números más.

Un abrazo para tod@s,
Claudio Biondino

 

Gracias, Claudio; lo que mencionás es una buena lista de las cosas por las que nos interesa hacer el trabajo que hacemos. Es agradable saber lo que producimos en otras personas, más en alguien cercano, como vos.

Eduardo J. Carletti

 


 

Querido Eduardo: veinte años pasaron ya, toda una vida: crecen hijos que no existían antes, cambian gobiernos, desastres naturales y hechos por la mano del hombre, se descubren planetas, nuevas enfermedades, algunas curas…. y así se podría nombrar un sinnúmero de circunstancias que hicieron de este lapso un período más que movido para vivirlo, parafraseando la vieja y mítica maldición japonesa (te deseo que tengas una vida agitada).
Y Axxón está. Nació un buen día de elucubraciones tuyas junto con Fernando Bonsembiante, luego me uní para ayudar a pensar esa locura utópica que era ¨hacer una revista de Ciencia Ficción Argentina en Diskette¨; por último, segundos después, tomando los veinte años como una nueva unidad de medida, se unió al Directorio el inolvidable Rodolfo Contín. La pregunta que te hacías era por qué no. Y comenzaste a nombrar todo lo que se podía hacer, y nos trajiste papelitos con posibles nombres para que democráticamente eligiéramos el que impactara o nos gustara; y así nació Axxón, con ideas brillantes como colocar un señalador, o una tecla pánico para que cuando alguien la leía en la oficina y aparecía el jefe la accionana y en pantalla se presentaba un texto o una hoja tipo Excel, ya no recuerdo; aparecieron las tapas de Rodolfo (el árbol, el generador de bichos), las de Daniel Vasquez, un barbudo que cuando se celebró el primer cumpleaños y lo festejamos en el San Martín nos inundó de pochoclo; también precioso escritor que hoy colgó su pluma. Y comenzó la envidia: que no se podía llamar revista porque no era de papel, que la distribución era gratis porque en algún momento se dispararía un virus y saldríamos a vender el antivirus. Y comenzó la locura: ir a comprar mil diskettes de 5 ¼ para canjear en la Feria de los Inventos y agotarse al tercer día de la feria porque la gente no traía el ¨envase¨ y los dábamos igual.
Y las tapas llamaban la atención tanto como los cuentos; y se traducían cuentos de autores extranjeros reconocidos porque no conseguías escritores argentinos con calidad mínima para tu publicación, hasta que poco a poco muchos se fueron animando y lograste tu gran sueño: publicar CF argentina de calidad. Y así también motivaste a cientos de ilustradores ignotos para que aportaran lo suyo en cada cuento; aceptaste y promoviste a personas con proyectos locos como Garrafex News, incipiente comienzo de uno de los hoy jóvenes escritores argentinos reconocido internacionalmente, Alejandro Alonso; como El Portal Fantástico de nuestro común amigo Carlos Ferro, otro magnífico cuentista, o Tour Macabro, la sección de Terror manejada por el querido Fabián Labeau. Y así hasta el infinito.
Y vos escribiendo los editoriales, con alegría, con bronca, con saña, con esa prosa tan directa como la de tus cuentos; y apareció el correo, la gente primero tímidamente y luego ya hasta con prepotencia comenzó a meterse dentro de la revista con sus opiniones, críticas, felicitaciones, levantadas en peso, y toda la parafernalia que puede recibir y publicar una revista que nunca censuró nada pero que siempre buscó el parámetro de la calidad. El que publicaba en ella era porque lo merecía. No hubo amigos, parientes ni entenados, había que pasar el filtro de la calidad, de tu definición de calidad, que no era poco. Y un día hasta recibiste una carta del futuro que a los pocos días desapareció de la revista y entendimos que había sido la Policia Temporal la responsable de su eliminación.
Era y es tu publicación, eso no hay duda; vos la luchaste, tus 20 últimos años los remaste sólo para Axxón; y es así que con problemas laborales, familiares, de salud, económicos, siempre luchaste contra todos los molinos que se presentaron, y siempre saliste adelante. Te peleaste con un sinnúmero de personas, especialmente con aquellas que entendieron que podía aportar algo más que una simple colaboración, debido a que vos entendías que eso podía desviar milimétricamente la proa del barco que vos comandás todavía. La única crítica que se puede hacer es que la revista tiene un dueño cascarrabias, poco amigo de ceder posiciones, nada proclive a negociar cuando se trata modificar algo que no concuerda con su ideal; y así es la revista, siguiendo la linea de la perfección, de la excelencia.
No quiero olvidar tu exactitud prusiana a la hora de sacarla mensualmente, al punto tal que mucha gente acostumbrada a esto escribía preguntando porqué se había atrasado…. unas horas. Y muchos de los colaboradores recorriendo distintos barrios llevando la revista en diskette para dejarla en diferentes bocas de expendio.
Lo interesante de todo esto es que nunca la publicación te dio un peso, nunca quisiste incluir publicidad excepto de CF y siempre por canje, para que tuviera acceso a otros lugares poco accesibles a medios electrónicos. Alguna vez gracias a que vieron como era el producto te contrataron para algún trabajo menor pero sin mayor trascendencia económica. Es decir, hace 20 años que llevás esto a puro pulmón, y esto me parece que es el mayor mérito:
Axxón es tu producto, tu hijo, tu trascendencia; con ella la CF argentina encontró la salida que no tuvo nunca. Luego fueron aparecieron muchas otras publicaciones de muy buena factura también, pero las que logran mantenerse difícilmente podrán alcanzar la cantidad y la calidad de los cuentos, ilustradores y autores aparecidos en estos veinte años de publicación.
Colocaste un jalón en la literatura argentina, marcaste un hito. No hay muchos, ni siquiera tantos pocos, que puedan decir lo mismo.
Chapeau, Eduardo-Axxón, me inclino en tus veinte años recién cumplidos. Que vivan los dos muchísimos años más; el día que alguno falte se los va a extrañar demasiado.

Un abrazo, Carlos Chiarelli
Septiembre 2009

 

Carlos es muy, muy preciso en lo que dice en esta carta. En todo, absolutamente en todo, en especial en lo de que soy —o era— un cascarrabias, tozudo y «cabezón». Carlos estaba cerca, como para saberlo más que nadie, claro. Saben, Carlos fue uno de los primeros de los que armamos esta aventura de Axxón. En la Wikipedia van a encontrar a Fernando y a mí, porque dice que entre las dos la programamos, y es algo injusto, porque allí también estaban Carlos y Rodolfo. No todo era programación en ese Axxón naciente. Carlos respaldó de muchas otras maneras el esfuerzo, porque Carlos tiene la gran virtud de la simpatía y la ejecutividad. Y mejor no hablemos de toda la plata que se gastó de su bolsillo… ¡Un enorme abrazo, Carlos, y gracias por esta alegría de escribir una carta!

Eduardo J. Carletti

 


 

Axxon es algo muy significativo para mí.
Cuando decidí empezar a escribir, puse “ciencia ficción” en el buscador de Google y el primer link que apareció fue el de Axxon. Así me enteré de los talleres que dictaban Edu Carletti y Ale Alonso, conocí la revista y me incorporé a lista de correos, ¡todo lo cual abrió la puerta a un mundo para mí! De golpe supe que había muchísima gente en todo el mundo que lee y escribe CF en español, gracias al sueño de Edu. Pude conocer (virtualmente o personalmente) a escritores que siempre admiré, como Ángel Arango y Carlos Gardini; y también a otros que escriben y/o ilustran maravillosamente, gente que admiro y que me ha inspirado (sólo para mencionar algunos, aunque muchos quedarán fuera, ya sea por el poco espacio o la memoria débil: Saurio, Marcelo Di Lisio, Axxonita, Laura Ponce, Fraga, Antonio Cebrián, Yoss, Juan Pablo Noroña, Guillermo Vidal, Ric Giorno, Sergio Gaut vel Hartman, Barbie Din, Diego Escarlón, Susana Sussmann, Mario Carper, Georges Bormand, y un larguísimo etcétera.) Gracias a muchos de ellos, pude escribir algunas cosas que terminaron publicadas en Axxon, lo cual representa un gran orgullo para mí, verdaderamente.
Por último, creo que nadie puede dejar de reconocer que el sueño de Edu ha dado frutos con creces. Y seguirá haciéndolo, según parece, indefinidamente: él ha sabido contagiar su amor por la literatura a un equipo de colaboradores que usan su tiempo para la revista, que dan dinero para mantener el sitio, que ofrecen desinteresadamente sus cuentos, ensayos, dibujos, que leen incondicionalmente la revista con muchas ganas en cada actualización. Para mí es un honor haber publicado allí. (Espero seguir haciéndolo, je.)
Dos recuerdos: nunca podré olvidar los consejos que Edu me dio durante el taller “Construcción de universos”. Fue como si me validara: su confianza en lo que yo podía hacer fue un gran impulso. Tampoco podré olvidar la impresión que me causaron cuentos como “La tripa de Dios” y “Editor”, de Edu mismo; o “Pleamar”, de Di Lisio. O la novela corta de Gardini, “Los nombres de la luz”. Todo eso me lo dio Axxon.

Gracias, Edu, por todo. Feliz cumple ;-)
¡Salud, axxonitas!
Néstor Darío Figueiras

 

Fue muy interesante ese taller, sin duda. Lástima que la Fundación Ciudad de Arena (que era la que organizaba esos talleres) ya no esté en funcionamiento; ayudó mucho a dar un impulso a todas estas cosas. Y no te creas que son tantos los colaboradores atrás de la revista, que si lo decimos así, a la gente le parece una gran industria. ¡Hacen falta muchos más, miren que aquí dentro estamos bastante cansados! (Je, aproveché para hacer el anuncio publicitario… aprendí de los programas de TV.) Un abrazo.

Eduardo J. Carletti

 


Desde que abrimos la Lista Axxón se han anotado enormidad de personas, y por esto muchas opiniones que antes se intercambiaban por el Correo ahora se presentan y discuten día a día en la Lista. No me pareció razonable extraer textos de opinión de ella para ponerlos aquí, ya que son medios diferentes. Espero que alguno de los «Listeros» mande de vez en cuando una carta para este Correo. No sea que lo dejemos huérfano…