Editorial: «Hasta donde la lleves»
Agregado en 3 diciembre 2012 por dany in 237, Editoriales, tags: EditorialesARGENTINA |
Internet, ese maremágnum de posibilidades de comunicación que hoy nos enlaza prácticamente a todos, es más joven que Axxón. Si es difÃcil hoy imaginar, para quienes crecieron con una computadora conectada a la red, cómo eran aquellos tiempos, imagÃnense lo que significaba entonces hacer una revista digital, de literatura, que cupiese en un cuadradito plano y flexible que podÃas llevar en una mano y que asÃ, de alguna manera, lograra propagarse como un incendio, oleada tras oleada, hasta envolver el mundo.
En aquellos tiempos los palomos mensajeros de Axxón éramos todos nosotros. Los que hacÃan (o hacÃamos) Axxón, los que la leÃan (y leÃamos) y los que la llevaban de aquà para allá vaya uno a saber por qué razones: por curiosidad, o porque la idea les resultaba simpática, o porque realmente les fascinaba la posibilidad de llevarse a casa muchas páginas de literatura en un frágil disquito flexible de cinco pulgadas y cuarto. Recuerdo como hoy las fiestas que celebrábamos para copiar, cerca de cada cumpleaños de la revista, cientos y cientos de ejemplares, llevando alrededor de diez máquinas particulares (no habÃa notebooks) donde pasaba de todo: hasta habÃa quien cumplÃa con un mÃtico ritual de «aparcado» de su disco rÃgido, para que el mismo pudiera ser transportado sin temor a dañarse.
Más o menos por aquella época, nuestro queridÃsimo y extrañado Rodolfo ContÃn habÃa acuñado la frase «Axxón llega hasta donde Usted la lleve», y Rodo habÃa sacado las cuentas de hasta dónde podrÃa llegar y cuántos números se habrÃan distribuido. Luego llegaron épocas un poco locas, donde Axxón salÃa compilada en CDs junto a revista de informática, o aparecÃa en los lugares menos sospechados. Y también en sitios oscuros, textuales, llamados «BBS», a los que se accedÃa con módems ruidosos de velocidad muy baja, hoy ridÃcula.
No obstante, los tiempos van cambiando y en el reino de lo digital todos estamos perdidos. Muchos son los sitios literarios que brotan, florecen y lamentablemente se secan, cuando las posibilidades de acceso y lectura se multiplican casi omnipresentemente.
Durante todo este tiempo Axxón también ha ido cambiando: primero en modo texto, luego en modo gráfico, luego multimedia, que para DOS, que para Windows… Luego en HTML y hoy bajo el popular y cómodo formato/soporte de WordPress, con el que ya llevamos algún tiempo amigándonos.
Pero, ¿saben qué? Gracias al excelente trabajo de soporte que Marcelo Huerta está haciendo, hoy podemos disponer de Axxón no sólo en lÃnea, sino también en otros formatos digitales que permiten llevarla con nosotros, y compartirla con todos aquellos que deseemos.
A mitad de este mes se cumplirán diez años del fallecimiento de Rodolfo. De estar fÃsicamente aquÃ, con nosotros, con esa particular carcajada suya, creo que estarÃa muy feliz. Porque muchas de las cosas que él imaginó ya son una realidad, aunque su vocablo «bitlo», que yo usé varias veces y propongo para identificar al libro digital, no se haya popularizado. Porque él, y también el resto de los que hicimos y hacemos Axxón, sabÃamos que vivir el mundo del papel digital sólo era cuestión de esperar. Porque eso posibilita que, estés en lÃnea o no, puedas disfrutar de Axxón prácticamente en cualquier lado.
Porque hoy, más que nunca, Axxón llega hasta donde la lleves.
Nos escribimos,
Dany Vázquez, Axxonita.
Axxón 237 – diciembre de 2012
Editorial
Muy lindo editorial, Daniel. Me conmovió (como siempre) el recuerdo de Rodolfo, no tenÃa presente que la famosa frase fuera de él. Pero sà tengo bien presentes cada una de las anécdotas que contás. ¿Soy muy viejo, muy memorioso, o no fue hace tanto?
No, no. No contesten.
Y aparte de la semblanza de esa época pionera, me gusta la invitación a seguir llevando la revista (y las ideas, y la literatura) a donde podamos.
Yo ya me acostumbre a leerla en mi ebook. Lo único que lamento es que voy un mes atrasado, pero es más cómodo y la puedo leer más. Es increÃble como Axxón se adapta constantemente para seguir estando.
Abrazo.