ARGENTINA

Hoy, después de releer parte del material de este número que hoy empieza, me doy cuenta de que soy apenas algo más que un lector privilegiado (muy privilegiado), y que muchas de esas cosas que pensaba escribir aquí, en buena medida y con una precisión apabullante, lo dice Claudia De Bella, en una de estas charlas entre amigos que cada tanto nos trae Ricardo Giorno y que, como suele pasar, justifica de por sí la aparición de un número de la revista.

Claudia es una de las voces más calificadas de nuestro medio para decir lo que dice, por capacidad y conocimiento, por humildad y por experiencia. Gran parte de las obras escritas originalmente en idioma anglosajón que figuran en nuestro vasto índice y que ustedes han leído o pueden leer fueron traducidas por ella. Traduttore traditore, ella siempre trata de que la primera parte de ese dicho pese mucho más que la segunda, y sé de su fértil intercambio con el autor de cada obra siempre que eso es posible. Ya con eso, Claudia se ha ganado un lugar más que respetable en el escenario de la literatura fantástica. Pero seríamos realmente injustos si no agregásemos también sus apariciones como autora, con cuentos de gran valía por múltiples razones, algunas que se pueden vislumbrar en la entrevista y otras que sólo se conocerán leyendo sus textos (y los que se nombran en la entrevista no son más que unos pocos).

Y no agrego nada más, no imagino una mejor forma de arrancar este número que dejarlos con la lectura de esta charla.