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Archivo de la Categoría “200”

«Sí. Time en inglés significa tiempo… podría agregarle espacio.
Porque tiempo y espacio son inseparables»

H.G. Oesterheld.

 

En una primera instancia surge la necesidad de definir qué se entiende por Literatura ya que en relación a este concepto se derivará una metodología. Es sabido que aquello que garantiza la literariedad de una obra se compone, de manera general, por dos elementos: a) el carácter ficcional, es decir la capacidad de inventar mundos posibles y b) el uso de la función poética del lenguaje, la capacidad para hacer uso del significado connotativo de las palabras.

También podemos considerar que la Literatura es un hecho discursivo que funciona en varios espacios de la cultura y que, a su vez, mantiene un diálogo con otras prácticas discursivas. Por eso es pertinente y necesario ampliar la definición. Umberto Eco utiliza el concepto de metáfora-epistemológica para referirse simultáneamente a la obra de arte en general y a la obra literaria en particular. Se refiere a este concepto de la siguiente manera: «El arte, más que conocer el mundo, produce complementos del mundo, formas autónomas que se añaden a las existentes exhibiendo leyes propias y vida personal» (Eco: 1970; pág.89)sin embargo agrega el autor más adelante: «en cada siglo, el modo de estructurar las formas del arte refleja —a guisa de semejanza, de metaforización, de apunte de resolución del concepto en figura— el modo en que la ciencia, sin más, la cultura de la época ven la realidad» (Eco: 1970; pág.89) Es decir que la obra si bien instala un ámbito imaginario – ficcional – dentro de la realidad puede a su vez brindarnos interpretaciones sobre lo real que no se reducen sólo a lo que se puede conocer desde el sentido común o desde la experiencia.

En otras palabras la literatura permite interpretar la forma en que una sociedad en un momento dado de la Historia se imagina a sí misma así y se representa el mundo. Incluso se podría citar la definición de Literatura de Daniel Link entendida como Perceptrón que : «si todavía se lee, si todavía existen consumos culturales tan esotéricos como los libros es precisamente porque en los libros se busca, además del placer, algo del orden del saber: saber cómo se imagina el mundo, cuáles son los deseos que pueden registrarse, qué esperanzas se sostienen y qué causas se pierden» (Link: 99: 2003) La Literatura construye, como si fuese una fábrica de percepciones, «saber» y amplia nuestro horizonte semántico o de sentidos sobre el mundo que nos toca. No es sólo de naturaleza enciclopédica este conocimiento, además aprendemos a usar matrices y esquemas interpretativos para desenvolvernos en medio de lo real.

En segundo lugar surge otra necesidad que es la definición de «género literario». Aquí género adquiere su significado más elemental: una convención de lectura y escritura que se repite a lo largo del tiempo. Ahora sólo queda precisar que de todos los géneros literarios (podría ser el cuento o la novela histórica, la Lit.Fantástica, etc.) se estudiará la ciencia ficción y específicamente un conjunto de relatos escritos por Héctor Germán Oesterheld en formato de comic (con los dibujos de Alberto Breccia) en idioma castellano y publicados en Argentina durante 1958 y 1959 en la Revista Hora Cero. Este conjunto de relatos fueron editados en simultáneo bajo el nombre «Sherlock Time» en 1995 por la editora Colihué. En este trabajo la intención es resolver la pregunta: ¿de qué manera «Sherlock Time» participa principalmente del género c.f?

Hablar de la c.f al igual que hablar del policial, es bastante más que hablar estrictamente de literatura porque es un hecho cultural en sí e implica que es un género que circula en series de televisión, en el cine, películas e historietas. Y «Sherlock time» es un ejemplo de cómo se amplia la noción de género. No se hará una historización pero sí se hará una mención de algunos elementos que se repiten en la misma c.f con cierta frecuencia.

El género c.f presenta ya en su denominación un problema porque reúne en un mismo ámbito discursivo términos que remiten a una serie de significados opuestos. Por una lado ficción acompañado de mentira, imaginación e invención y por el otro ciencia acompañado de términos como verdad, razón y real. Lo racional siempre tiene que estar al servicio de la resolución de todo lo que acontece en un relato y le otorga una garantía de tipo científica, casi de orden epistemológica, que le otorga unidad y status a la c.f.

El título de la obra presenta una clara referencia —«Sherlock»— a otro género literario que es el policial. Link lo define mediante la presencia de tres elementos: a) La ley, un discurso normativo que establece lo que está bien y lo diferencia de lo que está mal, b) el delito, entendido como una muerte violenta y c) la verdad, proceso de averiguación de información. Este último elemento está representado por la figura del detective quien se encarga de poner en marcha el proceso de investigación. El título hace referencia además a una tradición que es la del policial clásico y la presencia de estos tres elementos es lo que sostiene al género en sus orígenes.

El desplazamiento de alguno de estos elementos permite que se renueve la matriz del género literario. Por ejemplo: la ausencia de ley y la ausencia de verdad permiten que exista el policial negro. Pero antes de analizar de qué manera la obra participa del policial conviene hacer una lectura desde la c.f y mencionar algunos elementos de esta convención de escritura y lectura que aparecen en la obra de Breccia y Oesterheld.

La dupla Sherlock Holmes y Watson es reemplazada por la dupla Times y Luna. El vínculo entre ambos personajes se presenta así: Sherlock Times habita y le alquila una casa al Señor Luna quién se encarga de narrar sus aventuras. Luna funciona como un interrogante continuo acerca del modo que funciona la realidad en relación con temas como los mundos posibles, la existencia de vida en el espacio o en otros planetas, la magia/oscurantismo y el tiempo.

Daniel Link considera que la c.f: «es un relato del futuro en pasado» (Link: Pág.7: 1994) Esto no quiere decir que el tiempo representado no pueda ser ambiguo. Los viajes en el tiempo son toda una constante temática en el género c.f. y se prestan como tema para la confusión a la hora de delimitar el orden cronológico de las acciones de los personajes. De todas formas el rasgo enunciado es muy simple en esta obra. Se trata de una narración que ocurre en un tiempo alternativo que es el futuro y que se actualiza en nuestro presente pero bajo el formato o la escritura del tiempo pasado. Esto se puede ver en el relato «El sacrificio» donde Times dice: «no, amigo Luna. El mundo dará todavía muchas vueltas y los humanos se seguirán multiplicando… para probártelo te contaré un hecho que sucederá en el año 2053… no me preguntes cómo lo sé» (Oesterheld y Breccia: 1995: Pág.175) Es curioso porque narra una historia que «sucederá». Es decir que todavía no sucedió en el presente de la narración del mismo Sherlock Times. Es curioso además porque toda la narración está en pasado. Dice Luna: «me dio rabia: miraba con lástima. Luego habló» (Oesterheld y Breccia: 1995: Pág.175) El primer rasgo referido a la naturaleza, al uso y a las representaciones del tiempo comienza a cobrar significación en la obra y se advierte mediante el uso de verbos conjugados en pasado como «dio» o «dijo». Cabe aclarar que no se realizará un análisis del uso de los tiempos ni de los modos verbales.

Un rasgo constitutivo del género es la figura del robot y del cybrog. El primero, si bien no hay que dar nada por supuesto, ya es una figura conocida y hasta familiar. El segundo, en cambio, implica una ampliación del primero. Desde Mary Shelly hasta William Gibson se puede periodizar en torno a la síntesis del hombre con la máquina. Hay un relato que se llama «Un cuento» y bordea la idea de que exista una civilización técnica-científica, e intelectualmente superior, que experimenta con hombres en ámbitos artificiales parecidos, sino idénticos, a la sociedad real. Máquinas disfrazadas de humanos conviven discretamente y pasan desapercibidos entre ellos.

Otro rasgo es la presencia del elemento «Alien». Término que en su significado original quiere significar desconocido y que se actualiza desde el universo de la c.f como la forma que adopta el otro diferente a lo humano. El Alíen es toda una constante temática en la serie de relatos de «Sherlock Times» y a la vez en el conjunto de relatos que constituyen la serie del género de la c.f. De todos los relatos en los que aparece esta figura que no son pocos: «El uko», «Un Tranvía», «La trampa», «El sacrificio», «El ídolo» o «Super araña» es «Tres ojos». El relato más acabado en la medida de que permite ser enmarcado en la tradición de «The Thing» (Matheson-1959) o la película homónima «Alien» (Ridley Scott-1979). No se hará un análisis sobre esta figura y su funcionamiento dentro de cada relato pero sí se pueden proponer categorías que sirvan para que cada lector pueda analizar la obra con algún instrumento conceptual.

Donna Haraway toma el cuadrado semiótico de Greimás y lo complejiza de acuerdo a la naturaleza del género c.f. Y queda la siguiente matriz:

 

 

Es interesante porque el género c.f se puede leer desde estos cuadrantes. En «Sherlock Times». Cada cuadrante funciona por una lógica de oposición desde la configuración de los espacios que pueden ser externos, lo que está fuera del Planeta Tierra, o internos, que abarcan el pensamiento y la conciencia del sujeto, virtuales, que hacen ingresar la realidad virtual y el espacio real que se refiere a lo que conocemos desde el sentido común. No nos detendremos en las historias en sí pero ya con estos relatos se puede obtener una idea poco más que parcial acerca de cómo esta obra participa del género c.f. Hay que recordar que el personaje Sherlock Time frecuente y reiteradamente da a entender que existen otras realidades que se pueden traducir en una superación de las categorías propuestas. Realidades que están más allá de lo que conocemos como humanos y que llevan al límite la lógica de los mundos posibles.

El título del trabajo remite, también, como se dijo antes, al género policial. El personaje central de esta obra es un detective que puede desplazarse libremente en el tiempo (en todas sus dimensiones pasado, presente y futuro) y en el espacio con la aclaración que puede viajar por el espacio exterior, a otros planetas y otras galaxias. Sherlock Time es, por momentos, una suerte de esfinge que posee un conocimiento por encima del resto. Un conocimiento del orden de todas las cosas que existen. Un cuento ilustra la figura del personaje como la de detective y se llama «El crimen». En este caso se observa cómo procede lógicamente la investigación para resolver la muerte de un personaje que contrata los servicios de un oscurantista para que asesine a su mujer. El problema es que los elementos propuestos al comienzo del trabajo por Link hacen agua en este punto. Porque cuando Times descubre al criminal- el parasicólogo por darle un nombre- lo cita para una entrevista y lo envía a otro tiempo donde probablemente tenga una muerte segura. Es cierto que Ley no garantiza que haya justicia. Aún así la manera de resolver esta situación responde a un criterio que lejos está de la figura del detective clásico. Y la motivación del delito no es otra que una motivación pasional lo que coloca la obra de Breccia y Oesterheld en una posición periférica dentro del policial tradicional y así lo acercaría más al formato del policial negro.

Es interesante observar cómo dos matrices diferentes de géneros literarios conviven entre sí en una misma obra y cómo esa obra pone en tensión la definición misma de género tanto de policial como de c.f. Lecturas como estas llevaron a Ricardo Piglia a plantear la noción de ficción paranoica. Concepto que no se usará aquí debido a que tiene diferentes significaciones y se presta para la ambigüedad. Es seguro que existen puntos de encuentro entre diferentes matrices. Un ejemplo puede ser el film – basado en una novela de P.Dick- «Blade Runner» o un relato como «La bola de billar» de Isaac Asimov. Es llamativo que en la Literatura argentina, con todos los contratiempos y las dificultades que presenta el estudio de este género, exista una obra que sintetice la complejidad del funcionamiento de estos dos géneros literarios.

En fin, desde un principio propuso a modo de instrucciones de lectura una definición de Literatura. Frente a la posibilidad de analizar la obra de acuerdo a los dos elementos constitutivos de todo texto literario- lo que no quiere decir que esta concepción de literatura no se pueda revisar- se optó por la definición que piensan a la obra literaria como un hecho cultural.

La pregunta sería ¿qué interpretaciones nos brinda Sherlock Times acerca de la cultura o de un momento de la cultura? Como toda respuesta en estos casos conviene detenerse en algunas marcas textuales que sirvan para sostener la lectura y este diálogo que mantienen los personajes resulta esclarecedor: «A veces pienso, sherlock, que el fin el mundo está próximo, que los hombres lo harán estallar como resultado de una guerra atómica». (Oesterheld y Breccia: 1995: Pág.175). Después vendrá la respuesta de Times acerca de cómo el hombre está dispuesto a sacrificarse por los otros con tal de mantener la supervivencia de la especie. Se podría interpretar la figura del héroe y revisar qué transformaciones sufre dentro del género. Pero no hay que desviarse de la intención que se propuso al comienzo de la escritura de este texto. El asunto es que en este diálogo ingresa un elemento, y aquí resultas pertinente retomar la noción de metáfora epistemológica o de perceptrón, que es la bomba atómica.

En la época de la modernidad y de la revolución industrial el género c.f hizo una apología de la ciencia y de la técnica. Se puede pensar en la noción de utopía como categoría y a la vez como rasgo del género desde su creación. Pero con el paso de los años la representación de que la ciencia y la tecnología podrían resolver todos los problemas del Hombre, con mayúscula, se fue desgastando y se diluye definitivamente con el fin de la Segunda Guerra Mundial. Esta obra puede que nos advierta sobre las contingencias que conlleva la ciencia y la tecnología en nuestro presente.

Es sólo una lectura porque si «Sherlock Time» ingresa en la trilogía de «El eternauta» y de «Mort Cinder» se pueden ampliar las interpretaciones. Para Breccia y Oesterheld existe una preocupación sobre la memoria y la Historia. En consecuencia estas obras en conjunto nos propondrían una lectura acerca de cómo entendemos nuestra propia temporalidad y desde allí, desde nuestro presente, nos ayudarían también a otorgarle sentidos al pasado y a construir un horizonte hacia el futuro. En estos casos no son únicamente las palabras las que nos sirven para organizar nuestra experiencia en el tiempo porque se utiliza un formato que es el comic y desde este formato se nos propone que pensemos la naturaleza de nuestra memoria cultural y de nuestra Historia, tanto la local como la universal. Aunque para completar esta otra lectura habría que analizar las otras dos obras citadas y esa tarea quedará pendiente para otra oportunidad.

 

Bibliografía:

Eco, U. (1979): «La poética de la Obra Abierta». Editorial Ariel: Barcelona, Caracas, México.

Link, d.(1994): «escalera al cielo». La marca editora. Argentina.

Link, D.(2003) «Cómo se lee y otras invenciones críticas» Norma. Argentina.

Oesterheld, H; Breccia A(1995) «Sherlock time» Colihue. Argentina.

 

Datos del autor:

Nací el 21 de Julio de 1981. Vivo en Río Cuarto Córdoba. Soy profesor en Letras egresado de la Universidad Nacional de Río Cuarto. He sido Becario de Secretaría de Ciencia y Técnica en la misma institución. Me gano la vida como profesor de Literatura del nivel medio. Soy colaborador del Suplemento de Cultura del diario Puntal y del proyecto editorial Cartografías. He aparecido en el suplemento de Cultura de La Voz del Interior. Publiqué el cuento Lluvia en la antología de la Joven narrativa de Córdoba “Es lo que hay” cuya selección fue llevada a cabo por Lilia Lardone. Recientemente Elsa Drucaroff presentó el libro en el centro cultural España de Bs. As. Publiqué un libro de poemas con el nombre de “La sombrilla de Wittgenstein” (Segundo premio provincial Editorial Cartografías-2009. Jurado: Dr. en letras María del Carmen Marengo, Lic. José Di Marco y Dr. en letras Mary Calviño) y “Los límites de Tlön”(Primer premio en la categoría de cuento Editorial Cartografías-2007. Jurado: Lic. Pablo Dema, Lic Guillermo Ricca y el Dr. en letras Daniel Israel). Distinguido en la Bienal Arte Joven de Santa Fe UNL en la categoría de Poesía en 2008. Y distinguido en el Concurso de Cuento y Poesía Arte Joven de Río Cuarto en 2007. El artículo presentado en esta ocasión es un texto elaborado durante el cursado de un Seminario de investigación literaria sobre Ciencia Ficción.