Editorial: “Veinte años no es nada… fácil”, por Eduardo J. Carletti, director de Axxón
Agregado el 8 septiembre 2009 por admin en 200, EditorialesBueno, bueno. Aquí estamos con el número 200 de Axxón… ¡¿quién lo hubiese dicho en los 80, cuando surgió la loca idea de publicar usando un medio informático?!
Aunque eso ocurría dentro de un mundillo de la ciencia ficción inflamado de vitalidad y energía, tengo que decir que escapa de toda imaginación que en esa época yo quisiera y pudiera ser el director de una revista, les digo la verdad. Cualquiera que hubiese dado un vistazo a mi mente en el año 1989 no hubiese previsto, ni por los pelos, que veinte años después estaría ante una PC escribiendo el editorial del número 200 de una revista. Mi revista.
No era mi ambición —créanme— ni nada me impulsaba a eso.
Pero a veces las cosas suelen correr así, por caminos extraños. Quizás todo fue una secuencia de desafíos, porque los desafíos, bueno, me gustan. Y aquí estamos.
Escribiendo el editorial del número 200.
Por cierto que muchos imaginarán que a esta altura lo haré “de taquito”, pero no, como cada mes, estoy “sudando” ante la pantalla porque debo escribir algo significativo. Y aclaremos que no está para sudar, en estas latitudes faltan dos semanas para el día de la primavera pero está frío y las nubes cubren el cielo.
Debería ser un mensaje acorde con el suceso, acorde con un número especial, muy especial. Si bien el 50, el 100, el 150, todos eran números fuertes y significativos, no tenían el peso de este número. Otras revistas alcanzaron y sobrepasaron los números anteriores. Ya saben que en una de ellas, que yo aprecio mucho, se pudo haber llegado al 150, y que no fue así porque diez de sus números se numeraron aparte, como “extras”.
Pero aquí estamos con el 200 de Axxón, alcanzando un número que, para el mercado en español, y para el mercado de nuestra temática, es casi hablar de fantasía. No han sido doscientos ejemplares de 32 o 64 páginas, sino de una revista que, si se pone en papel, anda por uno o dos centenares de páginas. Y muchas veces más.
¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Una organización, un grupo con un fuerte respaldo, una señera fundación pro-literatura fantástica? No, nada de esto, no ha sido más que el resultado de una tozudez absolutamente fuera de órbita y de toda lógica.
Aquí debería hablar de lo que me pasa a mí con todo esto, ya que, bueno, a nadie se le escapa que yo soy el tozudo. Pero no quiero aburrirlos. El que quiera saber qué siento y qué pienso, me lo puede preguntar en persona, y hablaremos.
Qué cosas especiales pasan en este número, esto sí es importante.
Ya están viendo el cambio de formato: era necesario. Nos libera bastante de tecnicismos y rigideces en el armado y nos lleva al mundo de las interfaces amigables en las que es más fácil y directo editar. No crean que no es algo más que importante.
Con respecto al contenido de un número doscientos…
Arrancamos con un trabajo excepcional de Alejandro Alonso, una novela inédita. No es sólo una novela de Alejandro Alonso —lo que ya de por sí es palabra mayor—, sino que es una novela muy especial, especial para mí y para todo el grupo fundamental de Axxón, ya que parte de su universo se gestó y discutió, entre tallarines, conejos a la cacerola y gin-tonics, en las reuniones de amigos que solíamos hacer en otras épocas.
Con esto podríamos estar cumplidos, se los digo con toda sinceridad.
Pero también debíamos arrancar el mes ofreciendo unos bocadillos breves y sabrosos para los momentos en que uno anda de apuro. Y para eso está aquí la sección Ficción Breve de la revista Axxón con los finalistas y ganadores de la Convocatoria de Ficciones Breves 2009. Hay mucho para disfrutar.
La sección Correo está súper sabrosa, sé que a muchos les gusta esta faceta. A mí más que a nadie, desde ya. Estoy muy feliz por las cartas que recibimos.
Y el resto del número… no termina aquí; claro que, como siempre, va a seguir creciendo. No puedo adelantar nada sin arruinar las sorpresas que iremos adicionando a lo largo del mes.
Con el nuevo formato, esperen agregados en cualquier momento y a cualquier hora. Es una de las ventajas de dar un paso evolutivo.
Por otra parte, y para cerrar, quiero decir que los ciclos tienen dos caras. El cierre por una parte, y la apertura por la otra. Cerramos un ciclo. Doscientos números (doscientos uno, para ser exactos) es una cantidad razonable para que pongamos una línea y llamemos a ese bloque una “época” de Axxón. Y abramos una nueva puerta.
Como dice la portada, llevamos veinte años abriendo puertas. La de la edición sobre un soporte informático, la de la propagación gratuita, la del acceso sin límites geográficos a través de redes informáticas, la de la actualización continuada, la de las nuevas ideas, los espacios personales, el crecimiento artístico apoyado y sostenido por un marco de esfuerzo técnico renovado, por estar allí siempre, cada vez más visibles, con más atracción y prestigio.
La nueva puerta… ¿cuál será?
Quizás avanzar en lo que se ha cumplido parcialmente, pero no se ha logrado del todo: una revista comunitaria. Los mecanismos de la red y las oportunidades están, y convertir esto en una acción grupal más que en esfuerzos individuales es un paso necesario para sobrevivir.
Como soy un ogro, eso todos lo saben, creo que los esfuerzos en ese sentido requieren del impulso de otras personas.
Cómo se hace, esto sí que yo no lo sé.
Así que estoy en el umbral de esta puerta, acabo de girarla y estoy mirando hacia ese otro lado. No digo que me sienta asustado, pero la verdad, un temblorcillo recorre mi espalda. No sé qué me espera… Qué nos espera.
Solo, de eso estoy seguro, no puedo.
Eduardo J. Carletti, septiembre de 2009
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