Plop


De Enciclopedia de la Ciencia Ficcion y Fantasia argentina

Plop, novela. Rafael Pinedo. Editorial Interzona. Colección Línea C. Buenos Aires, 2004. 137 páginas.

Mi primer acercamiento a Plop, de Rafael Pinedo, fue hace más de un año, a través de la edición del Premio Casa de la Américas, que esta novela ganó en 2002. Durante esa primer lectura (creo recordar que me duró un par de días, tal vez tres), fui permeable a la brutalidad y a la dureza que Pinedo transmite de forma económica y sin pretensiones melodramáticas. Pensé: "Es una novela corta, ágil, está bien construida y deja una marca perdurable, ¿qué más se puede pedir?"

La estupenda edición que realizó Interzona editora a través de la colección Línea C demuestra que siempre es posible mejorar las cosas. Este nuevo Plop, pulido y sin las fricciones formales de su antecesor, me duró tan sólo un día.

Dicho esto, parece justo recordar qué cosas hacen de esta novela un territorio que vale la pena ser transitado. Ubicada en un futuro donde la tecnología es un pálido recuerdo y la organización social quedó reducida a su expresión más elemental y salvaje, Plop relata la jornada de un muchacho, víctima y victimario en esos tiempos tan poco felices. Pero también habla de una comunidad, que a falta de tabúes históricos construyó nuevos. De seres impiadosos, no porque sean malos, sino porque la piedad es un lujo que no se pueden dar. De amistades en tiempos difíciles. Del sexo, la violencia y la perversión. Del poder, de la relación con los otros. De las iniciaciones. De la venganza. De las miserias personales y sociales.

Todo esto, que sin duda arrastra una carga oscura y poco atrayente, encuentra en la pluma de Pinedo un vehículo sumamente funcional: un estilo parco, minucioso pero sin adornos, reseco casi (irónicamente en la novela llueve todo el tiempo); y una estructura de capítulos cortos, que permiten beber el relato de a sorbos hasta la última gota.

Pinedo también logra escapar del cliché de otras postales post apocalípticas, no sólo merced a la audacia de la apuesta textual y a la idiosicracia de los indivíduos, sino también gracias a la coherencia brutal de los personajes y las situaciones. En todo caso, esta última resulta ser una cualidad que algunos lectores sensibles o más conservadores encontrarán insoportable, pero que es indiscutible.

Alejandro Alonso para Axxón

 



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