La capucha anti-Saddam |
Aprovechando la paranoia que se apodera de los EEUU,
la empresa que hace los trajes espaciales de la NASA,
ILC Dover, ha lanzado una escafandra de protección (o capucha) para
salvarse de peligros químicos y biológicos.
Al fin y al cabo hay centenares de millones de habitantes que son
potenciales compradores y... ¿cuántos astronautas en total?
Después de años de proteger a los astronautas en el duro entorno
del espacio, los diseñadores de trajes espaciales de Delaware han
puesto su atención en los mercados de seguridad civil y hogareña.
ILC ofrece SCape ™, que incorpora un ventilador con filtro
que se activa automáticamente cuando se retira la escafandra de su
caja. La capucha ofrece un factor de protección significativamente
mayor que el que puede ofrecer una máscara antigas tradicional.
Este producto, que salió acompañado de un modelo Baby, protege
durante al menos cuatro horas de agentes químicos de guerra, y
también de la inhalación de elementos peligrosos de origen biológico,
radiológico y nuclear.
Los ingenieros de ILC han aprovechado su experiencia en la fabricación
de productos militares y espaciales. ILC produce también una máscara
antigás muy usada por los militares. De todos modos, como dicen ellos,
la capucha SCape fue diseñada específicamente para los civiles.
Tanto la versión adulta como la más pequeña para niños valen
u$s 170 cada una.
La publicidad dice que ellos esperan que nunca se necesite usarlas.
Pero, claro, hay que vender, así que de inmediato recuerdan que
la realidad del mundo es así, y que las situaciones de peligro que
soluciona la capucha se pueden presentar en cualquier momento...
lamentablemente (dicen para cerrar).
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