Pique para ampliar el mapa donde se señala la ubicación de Bondo, el lugar del Congo donde se hallan los simios
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Se ha encontrado un misterioso grupo de simios en la República Democrática del Congo, ubicada en el centro de África y sacudida en la actualidad por la guerra. El hallazgo tiene ocupados a los científicos y genera discusiones. Estos animales construyen refugios de hojas en el suelo, como los gorilas, pero tienen una dieta y aspecto similar al de los chimpancés, aunque son de tamaño bastante mayor. En la zona viven chimpancés, pero las poblaciones de gorilas están muy lejos de allí. Los científicos cren que lo más probable es que estos simios sean un nuevo grupo de chimpancés de gran tamaño que exhiben un comportamiento similar al de los gorilas. Si bien no pueden afirmar que se trate de una nueva especie de grandes simios, tampoco se puede negar, por lo que la controversia continúa. Los investigadores están planeando más exploraciones al sitio para obtener pruebas que despejen el misterio.
El 17 de octubre de 1902, Oscar von Beringe (que según dice su nieto en realidad se llamaba Robert), un explorador alemán, vio repentinamente una tropa de grandes simios negros que trepaban al volcán Virunga en el este del Congo. "Pudimos disparar y darle a dos de esos simios", escribió, "que cayeron hacia la garganta del cráter con un increíble retumbo." No es una sorpresa que von Beringe haya sido "incapaz de clasificar los simios": fue el primer europeo que tuvo contacto con los gorilas de montaña.
Los gorilas de montaña o de los otros son raros ahora. Los cazadores ilegales matan a los adultos para usar su carne y a veces para fabricar souvenirs que venden a los turistas extranjeros. Los más jóvenes se atrapan para llevarlos a zoológicos privados. Pero estos grandes simios diezmados y de escasísima población parecen guardar aún algunos secretos.
A la izquierda, un cráneo perteneciente a uno de los 'misteriosos simios'. El de la derecha es de un chimpancé. Los investigadores dicen que tiene un rostro mucho más plano y es sustancialmente mayor. Fotografía (c) Shelly Williams
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El misterio del Congo comenzó en 1908 cuando un oficial del ejército belga se llevó a su casa varios cráneos de gorila recogidos en la zona selvática de Bili sobre el río Uele, cercana a la población de Bondo, en la República Democrática del Congo. Es interesante señalar que este sitio está más o menos a medio camino entre las dos poblaciones conocidas de gorilas, que se encuentan bien separadas, una en el extremo oeste y la otra en el extremo este. El militar entregó luego el material al Royal Museum for Central Africa en Tervuren, Bélgica. En 1927, un curador del museo, Henri Schoutenden, clasificó los cráneos como una nueva subespecie de gorila, Gorilla gorilla uellensis.
En 1970, intrigado por conocer esa subespecie, Colin Groves, que es ahora antropólogo en la Australian National University de Canberra, Australia, examinó los cráneos y determinó que eran muy similares a los de los gorilas occidentales, una de las dos especies conocidas. Desde entonces, no se volvieron a encontrar especímenes de estos gorilas en Bili.
Los cráneos del museo de Tervuren
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En 1996, un fotógrafo y conservacionista suizo de la vida salvaje que trabaja en Kenya, Ammann, se lanzó a la búsqueda en Bondo con la intención de redescubrir estos misteriosos gorilas. Si bien no pudo encontrarse cara a cara con ellos, reunió cantidad de información y material, entre el que se encuentran cráneos, "nidos" o refugios construidos en tierra, pelos, muestras fecales, moldes de huellas y, recientemente, fotografías de lo que parecen ser un chimpancés que se comportan como gorilas. El primer cráneo que encontró posee una pronunciada cresta sagital, como la que tienen los gorilas machos. El resto de las medidas corresponden a un cráneo de chimpancé.
Luego del primer viaje, la situación se puso peligrosa en el Congo para un occidental, debido a la guerra. Ammann contrató a un cazador de Camerún, que se dirigió a explorar la selva de la zona norte de Bili. Regresó con fotografías e información sobre los refugios en tierra.
Algunos de los refugios contenían pelos, que poseen el ADN de estos animales. Su análisis ofreció una sorpresa: el ADN no parece de gorila, sino de chimpancé.
Es una población que se agrupa bien con la subespecie schweinfurthii pero que también coincide con algunos individuos de la subespecie Pan troglodytes troglodytes occidental. Hay que tener en cuenta que la determinación por análisis genético no es una técnica muy precisa aún, aunque a veces se cree lo contrario. Lograr resultados concretos requiere una cantidad grande de material de muestra, mucho tiempo y un enorme costo. Los análisis que se realizaron son, por ahora, preliminares. Ammann cree que se trata de chimpancés, sean o no una especie o subespecie nueva, que se comportan enteramente como los gorilas.
Una cámara-trampa capturó esta instantánea. Una teoría, aún muy discutida, sostiene que pertenece a una nueva especie, o subespecie, de simios.
Fotografía (c) Karl Ammann
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En su viaje del 2000, el fotógrafo colocó cámaras que se dejan en las sendas y se disparan al paso de los animales, con las que obtuvo diversas fotografías. Unos meses después oyó que habían cazado un chimpancé muy grande cerca de Bondo. Un ayudante viajó al sitio y le trajo una fotografía del cadáver. En enero del 2003 instaló una videocámara que se activa automáticamente, pero aún no se conocen los resultados.
Los cazadores locales también hablan de que han visto algo inusual. Ellos no hacen diferencia entre "gorilas" o "chimpancés", sino que los dividen en "golpeadores de árboles" y "asesinos de leones". Si uno les pide que los describan, parecen ser iguales. Sin embargo, los cazadores de Bondo dicen que los asesinos de leones son mucho más grandes y más difíciles de cazar, aún con flechas envenenadas. Algunas huellas de pie encontradas parecen indicar que existe un chimpancé de tamaño anormal. Una fotografía que obtuvo una cazador recientemente muestra el cuerpo de un chimpancé de más o menos 1,80 m de altura. También se logró fotografiar uno de estos chimpancés con una cámara automática. Para animarse a hacer sus refugios de hojas en el suelo de la selva cerrada, donde se las tienen que ver con leones y leopardos, los "asesinos de leones" deberían ser aproximadamente de ese tamaño.
Molde de una huella encontrada cerca de los refugios en tierra. Las huellas de pies miden regularmente de 29 y 30 cm. En la sección de los nudillos se observa la impresión de cuatro dedos algo más característico en los gorilas de 15 cm de ancho.
Fotografía (c) Karl Ammann
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A principio de este año, la primatóloga Shelly Williams viajó a la región, siguió a los animales acompañada por rastreadores locales y logró estar a unos cuatro metros de estos animales durante varias horas. Ella y los rastreadores usaron diversos trucos para atraer a los misteriosos simios. Williams capturó por un instante en video a una hembra y una cría de la rara población. "No tienen el aspecto de gorilas, no tiene aspecto de chimpancés", comentó ella.
Ha sido difícil obtener imágenes de esos animales porque son huidizos y agresivos. "Uno de los rastreadores imitó el sonido de un duiker, que es un antílope pequeño, cuando está herido", explicó Williams. Cuatro o cinco de los raros primates cayeron en la trampa y vinieron corriendo con la intención de matarlo. Los chimpancés y los bonobos son carnívoros; los primeros se sabe que son caníbales y que también cazan y comen a otros monos, los bonobos se alimentan de peces.
Aspecto del duiker, pequeño animal cuyo sonido se usó para atraer a los simios.
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Williams relató, además, una fascinante anécdota de una vieja residente de la zona, una misionera baptista noruega de 84 años conocida como "Madame Liev." Dijo que hace años manejaba un viejo camión y que uno de esos simios pasó frente a ella. Iba caminando erguido, en dos patas, y era más alto que ella, que mide 1,80 m.
Un gran macho muerto por cazadores cerca de una pista de aviación en Bondo, en el año 2000. El cazador ubicado a la izquierda mide 1,80 m de altura y pesa 78 kg.
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Karl Amman dice que estos animales tienen pies por lo menos cinco centímetros mayores que el promedio de los gorilas y que su rostro es más plano. Además de dormir en grandes refugios armados en el suelo, cosa que los chimpancés jamás hacen, pues descansan en los árboles para protegerse de los depredadores, el misterioso simio aúlla cuando sale la Luna y cuando se pone. Williams explicó que esto jamás lo harían los chimpancés, por miedo a atraer a leones o hienas.
Duane Rumbaugh, docente de la Georgia State University, dijo "No debemos dejar fuera la posibilidad de que sea una nueva especie de simio, una subespecie o algún tipo de híbrido". Ed Louis, genético conservacionista del Zoológico Henry Doorly de Omaha, Nebraska, en los Estados Unidos, dijo "El descubrimiento de un nuevo primate es una gran cosa, un nuevo simio sería increíble".
Los chimpancés comunes, los bonobos (conocidos como chimpancés pigmeos) y los gorilas son miembros de la familia de los simios. Los simios que existen actualmente y los humanos tenemos un ancestro común, ubicado unos seis millones de años atrás.
Cráneo con cresta hallado en la primera exploración de 1996. Por lo general los cráneos de chimpancé no tienen crestas sagitales; esta es una característica de los gorilas macho.
Fotografía (c) Karl Ammann
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El genético conservacionista Ed Louis está trabajando con una pieza importante del misterio. "Comparamos el ADN de muestras fecales de este animal desconocido con el de gorilas cautivos, bonobos y chimpancés", explicó. "Los datos preliminares muestran que el ADN mitocondrial es similar al del chimpancé." Pero el ADN mitocondrial es transmitido por las madres solamente, de modo que si esta especie o sub especie es un híbrido de una madre chimpancé y un padre gorila, el ADN sólo estaría identificando la información de la madre. Corresponderá hacer pruebas de ADN nuclear, que mapea a ambos padres.
Si este misterioso animal fuera un híbrido entre un chimpancé y un
gorila, no sería un caso único en la naturaleza: hay varios casos de especies diferentes que se cruzan con éxito, explicó Louis. Hay híbridos de tortugas de mar verdes y hawksbill y también de orangutanes de Borneo y Sumatra.
Queda por ver si estos chimpancés gigantes que actúan como gorilas son o no una especie diferente. Louis dijo que está ansioso de poder examinar más muestras del raro simio. Williams tiene la esperanza de regresar al habitat africano en el otoño del hemisferio norte (desde septiembre en adelante). Está trabajando en algunas tácticas que le permitan mejorar sus observaciones. Piensa camuflar su piel, ya que esos animales no han visto nunca humanos de piel blanca. Espera seguir a los animales y acampar cerca de ellos por la noche, además de instalar tres plataformas de observación cerca de sus refugios.
Parece increíble que ya en el siglo 21 se descubran poblaciones de animales este tipo, pero la realidad es que las grandes selvas aún están bastante inexploradas, ya que es muy dificultoso internarse y permanecer en ellas. Los animales con suficiente inteligencia y los grandes simios la tienen podrían ser capaces de mantenerse invisibles a nuestra intrusión e incluso a nuestra tecnología. Hay que recordar que existen innumerables leyendas de grandes simios humanoides en prácticamente todas las regiones del mundo.
links:
National Geographic: Elusive African Apes: Giant Chimps or New Species?
CNN: Seeking answers to big 'mystery ape'
Monkeywire: Elusive African Apes: Giant Chimps or New Species?
Karl Amman: The Bondo Mystery Apes