Sanguijuela medicinal
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El lugar más lógico para buscar simbiosis en los animales es, como se sabe, dentro de su intestino. Las bacterias que allí viven (la flora intestinal) nos ayudan a digerir los alimentos y, a su vez, se benefician devorando nuestros desechos.
Mientras que la mayor parte de los tractos intestinales de los animales están colonizados por complejas mezclas de microbios, hay un animal que en su interior sólo permite vivir a una única clase de microorganismo.
En efecto, la sanguijuela medicinal (Hirudo medicinalis) sólo tiene a la bacteria Aeromonas veronii biovar(*) sobria como único simbionte específico.
(*) el término biovar indica una variedad subespecífica de cepa bacteriana en la que las bacterias son distinguibles de las de otras cepas en base a sus características fisiológicas. Originalmente se le llamaba biotipo.
Este caso extremo de simpleza simbiótica, prácticamente único, nos autoriza a profundizar sobre sus peculiaridades.
Hirudo medicinalis
El microbio simbionte de la sanguijuela es un sujeto interesante por sí mismo: es el causante de varias enfermedades de los seres humanos.
Aeromonas vive en el buche y el intestino.
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Desde la gangrena y necrosis de las heridas hasta la septicemia, pasando por varias diarreas y colitis, Aeromonas ha preocupado a los médicos desde la noche de los tiempos, ya que muchas veces emigra desde la boca de la sanguijuela hacia la herida en la piel del paciente. De este modo, se evitaba el derrame cerebral de un hipertenso, pero se lo mataba de una infección generalizada.
El reciente renacimiento en el uso de las sanguijuelas para el tratamiento de la hipertensión arterial ha derivado en un nuevo interés, no sólo en Hirudo, sino también en su simbionte Aeromonas. Hoy día, los médicos no olvidan administrar antibióticos preventivamente antes de aplicar las sanguijuelas, no sea que a Aeromonas le dé por ver qué tan grande es el mundo fuera del intestino del bicho y dé la casualidad de que usted esté en el camino.
La capacidad de esta bacteria para colonizar tejidos ajenos lleva a la interesante conclusión de qué Aeromonas es infecciosa para todo el mundo excepto para la sanguijuela.
Y, claro, a las dos debe convenirles.
La sanguijuela medicinal es un gusano segmentado, pariente cercano de nuestra conocida lombriz de tierra. En rigor, representa una mejora evolutiva de la lombriz, ya que la sanguijuela tiene una cabeza (de la que la lombriz carece), eficientes ojos compuestos y la capacidad de digerir la sangre, mientras que su prima está aburrida de sólo comer tierra. Dentro de su trompa suctora, la sanguijuela tiene tres mandíbulas cortantes destinadas a perforar la piel de su huésped.
Aeromonas
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Mientras se alimenta, Hirudo segrega varios compuestos químicos, a saber: un vasodilatador y un poderoso anticoagulante. En una sola sesión alimentaria, el gusano ingiere varias veces su propio peso de sangre, lo que justifica el aspecto desagradablemente hinchado y tumefacto que presentan en la sobremesa. La sangre se almacena en un gigantesco buche (que ocupa casi toda la dimensión del animal) donde también vive su simbionte.
Lo primero que la sanguijuela extrae de la sangre son las sales y el agua, que le sirven para soportar hasta seis meses sin comer.
En las décadas del 40 y el 50, los investigadores aislaron y cultivaron cepas del endosimbionte (simbionte interno) de la Hirudo, y creyeron que se trataba de Aeromonas hydrophila. Estudios más recientes de su ARN demostraron que estaban equivocados, y que el amigo del gusano es A. Veronii biovar sobria.
Una vez identificada la especie y la variedad, los investigadores propusieron varias hipótesis acerca de su presencia en el buche y el intestino de la sanguijuela, y de los posibles beneficios que esa asociación les reporta a ambas:
- Aeromonas podía digerir la sangre ingerida. Al principio no se detectaron enzimas digestivas en el microbio, pero ahora se sabe que produce distintas enzimas hidrolíticas. Tiene una amplia capacidad para descomponer los glóbulos rojos (mediante un proceso llamado β-hemólisis) y puede, además, inhibiendo la hemólisis, guardar las células sanguíneas intactas durante muchos meses. Una vez destruidos o almacenados los eritrocitos, A. Veronii suelta en el buche una proteasa que se ocupa de disociar las proteínas de la sangre, de modo que puedan ser absorbidas por el gusano.
- La calidad nutritiva de la sangre es pobre (Drácula moriría de hambre). Por ejemplo, contiene escasa cantidad de vitamina B12. Se sospecha que Aeromonas provee a Hirudo de los nutrientes que la sangre no es capaz de proporcionarle.
- Encontrar un simbionte único en un tracto digestivo es muy difícil, salvo en la sanguijuela. Esto es así porque A. Veronii posee una sustancia química que evita que otra especie bacteriana pueda proliferar en el buche de la sanguijuela. Aeromonas se asegura, de este modo, la exclusividad.
Otros científicos, buscando los motivos de la extraña monoespecificidad de la simbiosis de estos dos organismos, han postulado que Aeromonas es tan útil para la sanguijuela que ella misma secreta un antibiótico que aniquila a las posibles competidoras de su amiga.
Aeromonas en un cultivo
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Esta interacción positiva entre dos especies tan distintas sigue asombrando a los científicos, a causa del cuidado con que la naturaleza ha protegido la relación entre un gusano y una bacteria para hacerla prolongada en el tiempo e imposible de interrumpir por factores externos.
¿Y si aprendiéramos de ellas?
(Traducido, adaptado y ampliado por Marcelo Dos Santos (www.mcds.com.ar) del artículo de J. Graf The Digestive-Tract Symbiosis of Aeromonas veronii biovar sobria and Hirudo medicinalis, the Medicinal Leech, y de diferentes sitios de Internet)
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