El uso de campos de fuerza para cumplimentar ciertas tareas en el espacio es un artilugio predilecto de los autores de ciencia ficción. En la premiada novela Mundo Anillo de Larry Niven, aparecida en 1970, la protección contra los severos riesgos ambientales del espacio es provista por un sistema hibrido, que consiste del casco "Productos Generales" y del campo de estasis "Slaver". El casco indestructible "Productos Generales" de los titerotes es un ejemplo de blindaje pasivo hecho de materia; el casco es transparente para la luz visible y es impenetrable para la energía electromagnética y la materia de cualquier forma. El campo de éstasis "Slaver" crea un área que el tiempo no puede atravesar, por lo que, como el tiempo queda detenido, no es posible causar daño al material que está ocupando el espacio protegido por el campo.
Sistema de protección magnética
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El ex-astronauta Jeffrey Hoffman propone un sistema hibrido de diferente tipo para la protección de los futuros astronautas que estarán expuestos, en los largos viajes a través del Sistema Solar, a dosis letales de radiación de rayos cósmicos. Ya ha recibido financiación de la NASA, por medio del NIAC (siglas en ingles que significan Instituto de Conceptos Avanzados de la NASA), para investigar sobre la idea de un sistema que blinde la radiación utilizando una burbuja magnética generada por superconductores, que serviría como suplemento (o como reemplazo) de los blindajes pasivos tradicionales.
La idea de utilizar un campo magnético para proteger una nave de la radiación no es nueva. Tal como el Dr. Hoffman lo puntualiza: "¡La tierra lo ha estado haciendo por miles de millones de años!" El uso del escudo magnético fue propuesto en los finales de la década del '60, pero no fue explorado en total profundidad ya que luego de eso se eliminaron los planes de exploración espacial.
De acuerdo a William S. Higgins, un físico ingeniero que trabaja estudiando la seguridad aplicada a la radiación en el Fermilab (el acelerador de partículas que está en la zona cercana a Chicago, Illinois), existen dos tipos de radiación que deben ser estudiados:
La forma más simple de protegerse de esta radiación es absorberla. Sin embargo, un blindaje de este tipo puede llegar a ser muy pesado, y además los rayos cósmicos pueden interactuar con el escudo generando partículas cargadas secundarias, empeorando la situación. El beneficio primario de los escudos magnéticos es ahorrar la gran masa que se necesitaría para los métodos de absorción tradicionales. La masa de la nave, que debe ser elevada desde la Tierra y puesta en órbita, es la responsable directa del costo de tales sistemas. Por ende, si se reduce la masa de la nave la exploración espacial sería más práctica, lo que a su vez la haría más sustentable en el largo plazo.
Hoffman piensa que la mejor solución podría ser un sistema hibrido que utilice un campo magnético y que además se sirva de algún sistema de absorción pasiva. "Tal es la forma en que lo hace la Tierra", explica Hoffman, "y no existe razón por la que no pudiéramos hacer lo mismo nosotros en el espacio".
Un experimento relacionado, el Espectrómetro magnético Alfa (o, según sus siglas en ingles: AMS), que se fijará al exterior de la Estación Espacial Internacional, estará encargado de buscar diferentes tipos de rayos cósmicos. Este experimento será una prueba piloto sobre cómo mantener la intensidad un campo magnético y la temperatura cercana al cero absoluto que son característicos de estos sistemas, pero en el espacio.
La fase uno de la investigación estudiará la eficiencia de escudo sobre un diseño de base, y será el inicio de un diseño conceptual del sistema.
La fase dos aportará una comparación detallada entre las tecnologías de escudos magnéticos contra las técnicas de absorción tradicionales, y detalles sobre cómo se podrían integrar los escudos magnéticos a los vehículos espaciales.
Más datos:
(Traducido por Leandro Conde, adaptado y ampliado por Eduardo Carletti de Space.com y otros sitios de Internet)