«Un grito que atravesó un millón de años, nieblas y agua. Un grito tan angustioso y solitario que tembló dentro de mi cuerpo y de mi cabeza. El monstruo le gritó a la torre. La sirena llamó. El monstruo rugió otra vez. La sirena llamó. El monstruo abrió
su enorme boca dentada, y de la boca salió un sonido que era el llamado de la sirena. Solitario, vasto y lejano. Un sonido de soledad, mares invisibles, noches frías. Eso era el sonido.»
La sirena, Ray Bradbury
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Al escuchar registros de los hidrófonos de seguimiento de submarinos de la Marina de los Estados Unidos que fueron desclasificados, la bióloga marina Mary Ann Daher, del Instituto Oceanográfico de Woods Hole en Massachusetts, EEUU, y otros colegas, se
encontraron con una interesante novedad: identificaron una ballena solitaria que lanza llamados con una "voz" diferente a cualquier otra que se conozca. Los llamados no son recientes: este ser solitario que no logra respuesta a sus cantos ha estado vagando
por el Pacífico durante los últimos 12 años.
Registro del llamado: pique para oir el sonido (wav)
(Para facilitar la percepción humana, la reproducción se ha acelerado 10 veces)
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El primer registro de estas llamadas de ballena altamente inusuales, producidas en la cuenca del Pacífico norte, data de 1989. Y las siguientes llamadas se han ido registrando sin cesar desde 1992 cada otoño e invierno del hemisferio norte.
La "voz" de este animal solitario tiene una frecuencia de 52 ciclos por segundo (el sonido de una nota baja en una tuba y casi casi el del zumbido de 50 ciclos/s de nuestras líneas eléctricas). Se percibe claramente que las llamadas son diferentes de las
conocidas en las ballenas barbadas (o "con barbas", orden Cetacea, suborden Mistyceti), como las ballenas azules (15-20 ciclos/s) y las ballenas de aleta (20 ciclos/s). Con todo parecen ser sonidos de ballena barbada; este tipo de ballenas
emiten estos ruidos solamente para mantener contacto con otras de su clase y unirse para el cortejo y apareamiento.
Ballena barbada
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Pero solamente se oye un conjunto de llamadas a la vez; nunca hay llamadas superpuestas. Esto da la clara idea de que estos sonidos son producidos por un único individuo. Al trazar un mapa de la localización de las llamadas a lo largo del tiempo, se observa
que el recorrido es diferente de los patrones conocidos de migración de cualesquiera de las especies de ballenas que se conocen. Las llamadas se han ido haciendo más profundas y han cambiado en los 12 años en los que se las ha seguido, indicando un proceso
de maduración. Pero esta ballena se parece ser la única de su clase.
En 1951, el Ray Bradbury escribió un maravilloso cuento sobre un monstruo solitario del mar, que llamaba y llamaba, esperando a otro de su clase:
«Lo vi todo..., lo supe todo. En soledad un millón de años, esperando a alguien que nunca volvería. Un millón de años de soledad en el fondo del mar, la locura del tiempo allí, mientras los cielos se limpiaban de reptiles voladores, los pantanos se secaban
en los continentes, los perezosos y dientes de sable se zambullían en pozos de alquitrán, y los hombres corrían como hormigas blancas por las lomas.»
El cuento es impactante y recordable, y ahora la realidad nos pone ante lo que parece ser una historia similar en las frías profundidades del océano.
Más datos:
(Traducido, adaptado y ampliado por Eduardo J. Carletti de varios sitios de Internet)