ZAPPING 0119, 12-07-2002
Los vikingos estuvieron en América
Hace un par de años, en el Taller Literario de Axxón, surgió la idea de crear un "universo" literario basado en una ucronía en la que los Incas, que fueron derrotados estúpidamente (por decirlo de alguna manera) por los españoles conquistadores, reaccionan de un modo enteramente diferente y rechazan los primeros intentos de dominio. Luego, en viajes posteriores, son tratados con otro respeto (al menos no con la idea de exterminarlos como si fueran animales o como mínimo la intención de hacer desaparecer su cultura y/o toda posibilidad de resistencia), como ocurrió con otras culturas del mundo (China, India, etc.). Se establece una relación con Europa y Asia más comercial que de dominio absoluto y depredación. La cultura Inca (por cierto muy interesante) no sólo no desaparece, sino que crece y evoluciona adquiriendo ciertos elementos culturales y conocimientos europeos pero manteniendo una identidad. Incluso sale al mar y cruza por sí misma hacia Europa, por el Atlántico, y Asia, por el Pacífico.
¿Cómo o por qué habría pasado esto y no lo que en realidad pasó, que cuatrocientos españoles derrotaron a un pueblo guerrero de por lo menos siete millones de habitantes? Porque propusimos los vikingos habían llegado mucho antes, se habían establecido por un tiempo, se habían mezclado con los pueblos de América, gradualmente, de norte a sur, y habían traspasado ciertas características esenciales de su cultura: el fuerte impulso de hacerse a la mar y la información necesaria sobre las culturas de Europa como para que las novedades (trajes de hierro, hombres a caballo, armas de pólvora) no aplastaran la moral de los indígenes americanos ni hicieran que los conquistadores fueran tomados como dioses.
Esta idea literaria no prosperó, aunque a mí me sirvió para leer mucho sobre la cultura de los Incas, su organización social, económica y militar, lo que me dejó cantidad de información sobre un pueblo que realmente merecía continuar creciendo. El texto que sigue da cuenta de uno de los hitos que hacen pensar que la llegada de los vikingos a la costa este de América y su penetración en el territorio puede haber sido una realidad. Claro que la fecha fue un poco tardía (1362) como para que se hubiese producido la influencia que proponíamos: los vikingos deberían haber atravesado en unos cien años los territorios de otras grandes culturas (Aztecas, Mayas) antes de llegar al oeste de Sudamérica, donde reinaba el Imperio del Sol, lo cual parece difícil a menos que fuera por la fuerza, cosa imposible en esa época con un océano y un continente de por medio.
El texto que sigue tiene algunos años, porque el hallazgo de la Piedra de Kensington de por sí es antiguo, pero la información, planteos y discusiones siguen siendo absolutamente actuales. Aún no se ha definido oficialmente si se trata de un hallazgo arqueológico real (aunque hay muchas cosas que apuntan a que lo es) o una falsificación. Hay infinidad de sitios que se extienden sobre el tema, algunos a favor y otros en contra. Al efecto incluyo al final una amplia lista de links, para aquel que quiera seguir investigando.
EL ENIGMA DE LA PIEDRA DE KENSINGTON
Thomas R. Henry
¿Puede un grupo de escandinavos haber explorado este país [Estados Unidos] y perecido bajo los tomahawks de los indígenas ciento treinta años antes de la llegada de Colón? El mensaje que ellos dejaron para la posteridad, en una época denunciado como un fraude, es considerado ahora "el más importante objeto arqueológico encontrado hasta ahora en Norte América."
Un desafiante enigma enfrenta a los historiadores norteamericanos. ¿Hubo un caballero Noruego llamado Paul Knutson que dirigió una desventurada partida de cuarenta soldados-misioneros en armaduras hasta las fuentes del Red River en el centro-oeste de Minesotta, ciento treinta años antes del primer viaje de Colón? Las evidencias acumuladas a lo largo de medio siglo sobre esta expedición son ya tan sustanciales que algunos de los arqueólogos más destacados de este país consideran el caso prácticamente probado. Unos pocos sólidos hechos surgen como peñascos de las montañas de entre las nieblas de la antigüedad del Nuevo Mundo.
El primero de estos hechos: Hacia finales del otoño de 1354 el rey Magnus Erikson, primer gobernante de los reinos combinados de Noruega y Suecia, comisionó a Knutson, un "decidor de leyes" o juez y uno de los hombres más prominentes de su corte, para reclutar una expedición destinada a salvar las almas de una desaparecida colonia noruega en la costa oeste de Groenlandia. Presumiblemente el grupo zarpó a principios de la siguiente primavera. No se volvió a tener noticias de ellos.
El segundo hecho: Cincuenta años atrás [1898] una laja de piedra aferrada por las raíces de un árbol fue hallada por un residente sueco cerca de Kensington, Minnesota. Sobre ella, grabado en letras rúnicas, llevaba lo que pretendía ser un mensaje a la posteridad. Registraba la masacre de un grupo de exploradores por parte de los indios. Suponiendo que la reliquia sea genuina, estos exploradores deben haber sido miembros de la expedición de Knutson. La fecha en la inscripción era 1362.
El tercer hecho: Hace unas pocas semanas la laja fue ubicada en el gran hall del Instituto Smithsoniano, en Washington. El Dr Matthew W. Stirling, Jefe de la Oficina Gubernamental de Etnología Americana (Government's Bureau of American Ethnology), la llamó "probablemente, el más importante objeto arqueológico encontrado hasta ahora en Norte América."
Cuando fue descubierta, en primer lugar, en general la piedra fue denunciada como un fraude ingenuo. En el medio siglo que pasó desde su descubrimiento, las mayores objeciones han sido contrarrestadas con evidencia corroborativa. Por más de diez años, descartada y desacreditada por los estudiosos, la reliquia fue usada como losa en el piso del barroso granero de una granja. Las mismas características que una vez hicieron que los expertos la denunciaran como fraude se citan ahora como testimonio de su autenticidad.
El caso completo depende, por supuesto, de la autenticidad de esta laja de piedra gris que el muy conservador Smithsoniano acaba de colocar entre sus más grandes tesoros. Fue en el verano de 1898 que Olof Ohman, joven inmigrante sueco, propietario de tierras cerca del pueblo de Kensington, en el Condado de Douglas, Minnesota, desenterró el tocón de un álamo en la orilla de una ciénaga.
Aprisionado en sus raíces había una pieza plana, en forma de lápida, de roca basáltica gris, una de las duras piedras sedimentarias de origen glaciar comunes en la región. Tenía el tamaño aproximado de una lápida en un cementerio rural sueco. Talladas en una cara y un borde de esta piedra había extrañas letras.
Todo esto tenía poco sentido y poco interés para el granjero Ohman. Era un hombre estólido y poco imaginativo. El carácter de Ohman tiene importancia en el esfuerzo por validar la reliquia. Las circunstancias del descubrimiento de la piedra están registradas en una declaración jurada que Ohman hizo ante el Juzgado de Paz local. Si Ohman hubiese sido un parlanchín o un estudiante de Historia especialmente si él hubiese intentado alguna vez hacer algún dinero con su hallazgo podría haber habido motivos para sospechar. Pero era la clase de hombre que tiene poca inclinación y aún menos capacidad para cometer un fraude.
Le contó a algunos vecinos acerca de la extraña piedra. A sugerencia de ellos la entregó al banco local en su siguiente viaje de aprovisionamiento a la sede del Condado. El banquero tenía un intenso interés en las antigüedades locales y, a su vez, envió la reliquia a la Universidad de Minnesota, en Minneapolis. Allí el Profesor O. J. Breda, uno de los más destacados estudiosos escandinavos en América, pudo descifrar la mayor parte de la inscripción sin gran dificultad. Las letras eran runas nórdicas, el curioso primer alfabeto de los pueblos Germánicos derivado de alguna forma indirecta de las letras de los Griegos y Romanos. Algunos de esos símbolos no significaron nada para Breda. En su traducción, dejó espacios cada vez que no entendía. Se sabe ahora que representaban números.
Esta es la traducción actualmente aceptada:
[Somos] 8 Goths [suecos] y 22 noruegos en [un] viaje de exploración desde Vinland a través (o cruzando) el Oeste. Hemos acampado junto a (un lago con) dos skerries [islas rocosas] a un día de viaje al Norte de esta piedra. Salimos y pescamos un día. Después de que volvimos a casa [nosotros] encontramos 10 [de nuestros] hombre rojos de sangre y muertos. AV[e] M[aría], salva[nos] del mal. [Nosotros] tenemos 10 de (nuestro grupo) junto al mar para cuidar de nuestros barcos(o barco) a 14 días de viaje desde esta isla. Año 1362.
Original:
8 : goter : ok : 22 : norrmen : po : opdagelsefard : fro : vinland : vest : vi : hade : lager : ved : 2 : skjar : en : dags : rise : norr : fro : deno : sten : vi : var : ok : fiske : en : dagh : aptir : vi : kom : hem : fan : 10 : man : rode : af : blod : og : ded : AVM : fraelse : af : illy : har 10 : mans : ve : havet : at : se : aptir : vore : skip : 14 : dagh : rise : from : deno : oh : ahr : 1362 :
En inglés:
[We are] 8 Goths [Swedes] and 22 Norwegians on (an) exploration journey from Vinland through (or across) the West. We had camp by (a lake with) two skerries [rocky islands] one day's journey north from this stone. We were [out] and fished one day. After we came home [we] found 10 [of our] men red with blood and dead. AV[e] M[aria], save [us] from evil. [We] have 10 of (our party) by the sea to look after our ships (or ship) 14 days' journey from this island. Year 1362.
El Profesor Breda no se sintió impresionado en absoluto. Era una falsificación tan obvia, dijo, que no merecía más atención de nadie. El lenguaje, en sí mismo, era una total delación. Era una mezcla de Noruego, Sueco y algo que parecía inglés antiguo. En los días de la escritura rúnica Suecos y Noruegos eran feroces enemigos y era increíble que hubiesen sido socios en una expedición. Las tres letras AVM eran Latín, no rúnico. El alfabeto Romano no había sido introducido en Escandinavia hasta la temprana Edad Media.
El erudito especialista en runas había pasado por alto la fecha: 1632. Las cifras que la representaban no estaban en el primitivo alfabeto rúnico. Breda supuso muy naturalmente que cualquier Nórdico que pudiese haber llegado hasta la región central de Minnesota debía haber venido de las colonias de Eric el Rojo en Groenlandia, en algún momento del siglo 12. No había lugar allí para ninguna discusión. La piedra de Kensington no podía haber sido grabada por ninguno de estos groenlandeses. Todo esto era un fraude tonto y tosco perpetrado por alguien con un conocimiento superficial de runas, unido a una gruesa ignorancia de la historia escandinava. El falsificador, quien quiera que fuese, difícilmente podía esperar ser tomado en serio. Afirmaba que la piedra había sido grabada en una isla en un lago. No había ningún lago dentro de las veinte millas de la propiedad de Ohman.
De todas formas, la reliquia fue enviada a la Universidad del Noroeste, en Evanston, Illinois, para ser investigada más a fondo por expertos en runas. Éstos estuvieron de acuerdo con Breda y la laja fue enviada nuevamente al banco rural, que se la devolvió al granjero Ohman.
Lo que es ahora "probablemente, el más importante objeto arqueológico encontrado hasta ahora en Norte América" es muy probable que estuviera todavía en ese granero si no hubiese sido por el interés de un sobresaliente historiador Noruego-Americano, Hjalmar R. Holand de Ephraim, Wisconsin. Durante treinta años dedicó la mayor parte de su tiempo libre a su estudio en todos los aspectos; geológico, arqueológico, geográfico, lingüístico y histórico. La ha llevado a veintitrés Universidades Europeas para consultar con expertos. Una tras otra, las más serias objeciones a su autenticidad han probado ser los puntos más fuertes a favor de la misma. Primero fue el descubrimiento de los símbolos numéricos rúnicos y la determinación de la fecha. Estas runas en particular eran de origen tardío y de uso local en Noruega.
En el siglo catorce el alfabeto latino había sido introducido y sus letras se mezclaban muy frecuentemente con los antiguos símbolos germanos. Eso solucionaba la aparente incongruencia de las letras romanas AVM en vez de AV(e) M(aria). Este era un símbolo bien comprendido, fácil de escribir. Hubiese tomado un montón de espacio ponerla completa en runas.
El mayor avance, sin embargo, sucedió veinte años atrás con la publicación de una copia en una revista arqueológica danesa, encontrada por casualidad en la Biblioteca Real de Copenhagen, de la orden del rey Magnus a Knutson. Fue traducida como sigue:
"Magnus, rey de Noruega, Suecia y Skaane por la gracia de Dios, envía a todos los hombres que vean o lean esta carta buena salud y felicidad.
Deseamos hacer saber que tú [Paul Knutson] has de tomar los hombres que han de ir en el Knorr [el navío mercante real] sean ellos nombrados o nombrados de mi guardia personal y también de las guarniciones de otros hombres que tu puedas desear llevar en el viaje, y que Paul Knutson, que será el comandante sobre el Knorr, tendrá plena autoridad para elegir los hombres que sean más adecuados sea como oficiales o como hombres. Os pedimos que aceptéis éste, nuestro comando, con toda buena voluntad por la causa, en la medida en que lo hacemos en honor de Dios y por el bien de nuestra alma y por nuestros predecesores, que en Groenlandia establecieron la Cristiandad y la han mantenido hasta este tiempo, y no permitiremos que perezca en nuestros días. Conociendo esto por cierto, que quien fuere que desafíe esta, nuestra orden, se encontrará con nuestro serio desagrado y por lo tanto recibirá pleno castigo.
Ejecutado en Bergen, el lunes después del día de Simón y Judah en el seis y XXX año de nuestro reinado (1354). Por Orm Ostenson, nuestro regente, sellado."
Así quedó establecido que unos pocos años antes de la fecha encontrada en la piedra de Kensington, a un cierto Paul Knutson, uno de los más prominentes ciudadanos del reino de Magnus, le fue ordenado reclutar y dirigir una expedición a través del Atlántico. Ciertamente ningún bromista del siglo diecinueve pudo haber sabido esto. La fecha en la piedra, ocho años después de emitida la orden, sería una muy notable coincidencia con la historia. Ocho años era un razonable tiempo para haber permitido a Knutson llegar desde Bergen hasta las fuentes del Red River.
Difícilmente pueda haber alguna duda de que la cruzada partió de Noruega. Mr. Holand aventura una reconstrucción tentativa de lo que pudo haber sucedido. Presumiblemente Knutson, guiado por la vagas descripción de las sagas de Islandia, siguió viaje hasta algún punto en la costa de Nueva Inglaterra, estableció un campamento base y emprendió una búsqueda sistemática de la colonia perdida. No habiendo encontrado ningún rastro del asentamiento en Groenlandia, debe haberse dirigido hacia el Norte, con un número considerable de su gente quizás dejando una pequeña retaguardia en lo que hoy es Massachusetts o Rhode Island y finalmente navegó por la Bahía de Hudson, llena de icebergs. Aún así no halló rastros de los hombres que buscaba. Y muy probablemente las instrucciones del rey Magnus habían sido muy perentorias: si no los encuentras, no hace falta que vuelvas.
Llegó hasta la boca del gran Río Nelson, lo siguió hacia el sur hasta el lago Winnipeg y de allí, a través de una serie de lagos y transportes terrestres, hasta la región del Red River, cuyas aguas fluyen hasta el Mississippi y el Golfo de México. Aún hoy en día hay un camino acuático casi continuo desde el mar lleno de hielo hasta la zona del lago Minnesota donde fue encontrada la piedra. Esto, pensó probablemente el explorador, habría sido una ruta natural a seguir desde Groenlandia por los perdidos colonizadores. También, conjetura Mr. Holand, pensó que estaba siguiendo el camino más fácil para volver a su base en Vinland. No pensó en América del Norte como en un continente sino como en un grupo de grandes islas.
Todo esto, por supuesto, es altamente especulativo. Pero un hecho permanece: si la piedra de Kensington es genuina, Paul Knutson y sus caballeros cruzados estuvieron en Minessota en 1362. La evidencia a favor de la autenticidad de la reliquia ha ido aumentando. Si el Granjero Ohman dijo la verdad acerca de las circunstancias del hallazgo de la piedra y este estólido inmigrante, trabajador e iletrado debería haber estado llevando una extraordinaria clase de doble vida si él compaginó la historia la tabla había estado en el lugar donde él la encontró por lo menos por tanto tiempo como el tiempo de crecimiento del álamo. Los arqueólogos tienen un medio razonablemente exacto de fechar arboles y leños, a partir de los anillos en la madera; el examen de árboles similares en las proximidades ha conducido a un cálculo conservador de que el árbol en cuyas raíces se encontró la piedra rúnica tenía por lo menos 40 años en 1898. Esto significa que, si la reliquia había sido "plantada", el intento de engaño debe haber tenido lugar en 1850. En ese entonces había pocos hombres blancos en esa parte de Minnesota. Estaba habitada por hostiles y salvajes Sioux.
El conglomerado de lenguajes, por si mismo, fue suficiente para convencer al Profesor Breda de que la piedra era una falsificación. Pero él estaba pensando en términos del lenguaje de las sagas en las que se habían relatado las hazañas de Eric el Rojo y Leif el afortunado. Esta piedra había sido inscripta más de tres siglos después. En ese entonces Noruega estaba en contacto con toda Europa. Algunas palabras inglesas habían sido introducidas en el habla vulgar. Tanto suecos como noruegos participaron en la expedición. Magnus era rey de ambos países. Era bastante natural que los "cruzados" hablasen una cierta mezcla de idiomas. Más aún, estos hombres no eran escribas o estudiosos. Muy probablemente sus sacerdotes habían quedado en Vinland. Pero eran hombres jóvenes, razonablemente inteligentes y letrados. Las investigaciones de Mr. Holansd en la literatura popular escandinava del siglo catorce lo convence de que las palabras de esta desesperada nota sobre piedra eran, bastante aproximadamente, las que podían esperarse de hombres como esos, especialmente estando sometidos a estrés emocional. Quien fuera que grabó esas palabras difícilmente puede haber esperado sobrevivir para ver terminada su tarea.
¿Por qué usó runas? En esa época el alfabeto latino era bien conocido en Noruega y era usado en la mayor parte de los documentos. Mr. Sarff explica que fue por la simple razón de que los caracteres rúnicos habían sido especialmente adaptados para labrarlos en lápidas. Se usaban para ese propósito tanto en Islandia como en Noruega mucho después de haber sido abandonados en la escritura corriente. era más fácil tallar en la piedra las líneas rectas de las runas que las letras romanas con líneas curvas. Quien fuere que escribió esas letras estaba apurado por terminar su trabajo. Estaba trabajando en el borde de la eternidad.
El mensaje establece que algunos de la partida habían sido dejados atrás para cuidar de los barcos junto al mar, a "14 días de viaje de esta isla". Se ha descubierto que la expresión "día de viaje" era un término convencional de la época, que significaba aproximadamente 75 millas, o la distancia que un navío podía recorrer en un día con buen viento. A los hombres de Knutson el viaje les debe haber tomado por lo menos un año.
La inscripción indica que el grupo estaba acampando en una isla en un lago a sesenta y cinco millas de distancia de otro lago conteniendo dos islas rocosas, en la costa del cual sus compañeros habían sido masacrados. Puede asumirse que ellos habían venido hasta allí buscando ponerse temporariamente a salvo de los indígenas. Ohman encontró la piedra en los límites de una ciénaga. Esta zona es ahora tierra seca. Los relevamientos geológicos demuestran que la tierra ligeramente elevada y rocosa de la que el granjero excavó el tocón de álamo era, casi con certeza, una isla en el 1632. Esta zona rural ha ido volviéndose cada vez más seca a lo largo del último siglo.
Justamente a alrededor de setenta y cinco millas de distancia está el único lago con dos "skerries" o islas rocosas. Es el lago Cormoran, en el condado de Becker. En su costa hay grandes peñascos de origen glaciar con agujeros triangulares taladrados en tres de ellos. Este era un mecanismo común para atracar botes a lo largo de los fiordos del siglo catorce en Noruega. Junto a una de estas rocas fue encontrado recientemente un yesquero [firesteel] noruego del siglo catorce. Varias otras rocas-atracadero similares han sido encontradas en esta zona de Minnesota. Esto implicaría que los exploradores continuaron su viaje hacia el este por un tiempo, probablemente buscando una vía acuática de retorno a Vinland.
A lo largo del curso del río Nelson han sido recogidos otros varios utensilios Noruegos en el último medio siglo tres hachas de batalla, un yesquero y una punta de lanza . Éstos pueden indicar la ruta seguida hacia el sur por los hombres de Knutson desde la bahía de Hudson.
Hay sólo una vaga sugerencia de que algunos de los hombres dejados en Vinland, o con los barcos a orillas de la desembocadura del río Nelson, regresaron a Noruega: se dice que, en medio de la gran Plaga, el rey Magnus recibió noticias de que sus colonias en Groenlandia habían desaparecido sin dejar rastro. ¿Quién pudo haber sido el portador de estas malas nuevas? Queda aún una débil posibilidad de que entre los manuscritos, amarillos por los años, de algún archivo europeo pueda ser encontrado un relato completo de la expedición, escrito por alguien que acompañó a Knutson.
Basado mayormente en "The Riddle of the Kensington Stone", de Thomas R. Henry, Saturday Evening Post, Vol. 221, Agosto 21, 1948, traducido por Mónica Torres, adaptado y ampliado por Eduardo J. Carletti, y otros sitios en Internet.
Para obtener más datos:
The Viking Homepage
The Runic Journey
Is the Kensington Runestone the Genuine Article?
Kensington Runestone Homepage
Runestenar/Rune Stones
Heavener Runestone
Runic Fonts
Vikings in the New World
Publicación sobre la Piedra de Kensington
Entrevista en Ripsaw News
"The Riddle of the Kensington Stone" en inglés
Sumario de un artículo del Dr. Richard Nielsen en la lingüística de la PK
Artículo de Scott Wolter sobre un estudio hecho por American Petrographic Services
Janey Westin, con 15 años de experiencia en inscripciones sobre piedra, examina la PK
Sumario de un seminario reciente en la Midwest Archeological Conference, sobre la PK, con la más reciente información
Otra página de links
Bibliografía con notas
Carta al Instituto Smithsoniano
Bibliografía seleccionada:
Algunas fuentes de información sobre la Piedra de Kensington.
- Blegen, Theodore C.
1968, The Kensington Rune Stone, New Light on an Old Riddle
St. Paul: Minnesota Historical Society
- Castle, Henry A.
1915, Minnesota - Its Story and Biography
Chicago: Lewis
- Friedrich, Orval
1984, Early Vikings and the Ice Age
Elma, Iowa: Privately Printed
- Gilman, Rhonda
1993, Vikings in Minnesota: A Controversial Legacy
Roots, Vol. 21, No. 2, Spring 1993/Reprinted 1995
St. Paul: Minnesota Historical Society
- Gordon, Cyrus H.
1974, Riddles in History
New York: Crown Publishers
- Hall, Robert
1995, The Kensington Runestone, Authentic and Important
Cornell University Press
- Holand, Hjalmar R.
1932, The Kensington Stone
Ephraim, Wis: Privately Printed
1940, Westward From Vinland
New York: Duell, Sloan, and Pierce
1940, Norse Discoveries and Explorations in America
New York: Dover Publications
- Morison, Samuel Eliot
1971, The European Discovery of America
New York: Oxford University Press
- Pohl, Frederick J.
1961, Atlantic Crossings Before Columbus
New York: W.W. Norton and Company
- Wahlgren, Erik
1958, The Kensington Stone, a Mystery Solved
Madison: University of Wisconsin Press
1986, The Vikings and America
London: Thames and Hudson, Ltd.
- Williams, Stephen
1991, Fantastic Archeology, The Wild Side of North American Prehistory
Philadelphia: University of Pennsylvania Press
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