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30/dic/02




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El Señor de los Anillos: Las Dos Torres

Los dos ejes principales sobre los que se sustenta la película son la acción desbordante, que alcanza su punto culminante en la batalla del abismo de Helm y la destrucción de Isengard, y la compleja relación de amor-odio interpretada a tres bandas por Frodo, Gollum y el Anillo Único, ante la impotente mirada de Sam. Ambas se destacan por dos características fundamentales en este proyecto: un gran cuidado por los personajes y unos efectos especiales revolucionarios

Las Dos Torres.Titulo: El Señor de los Anillos: Las Dos Torres (The Lord of the Rings: The Two Towers)
Director: Peter Jackson
Actores: Vigo Mortensen (Aragorn), Elijah Wood (Frodo), Andy Serkis (Gollum), Sean Astin (Sam), John Rhys-Davis (Gimli), Orlando Bloom (Legolas), Ian McKellen (Gandalf), Christopher Lee (Saruman), Miranda Otto (Éowyn), Karl Urban (Éomer), Bernard Hill (Théoden), Brad Dourif (Gríma)
Productores: Peter Jackson, Frances Walsh, Barrie M. Osborne
Música: Howard Shore
Guión: Peter Jackson, Frances Walsh, Phillipa Boyens, Stephen Sinclair

Va a resultarme muy difícil escribir esta crítica a la segunda entrega de la monumental obra de Peter Jackson. Llevo ya unos cuantos días intentando poner en claro mis pensamientos, leyendo comentarios (tanto de profesionales como de amantes de la obra de Tolkien), tratando, en suma, de sintetizar la experiencia vivida durante tres (¿tres?, aún no me lo puedo creer) horas en la Tierra Media.

No lo he conseguido. Me siento tan desgarrado por sentimientos contradictorios como el mismo Gollum. Tal vez pueda explicar un poco mejor mi situación planteando y respondiendo dos simples preguntas: ¿Es Las Dos Torres una buena adaptación del libro de Tolkien? No, sin ser una mala adaptación, se aparta mucho más de lo deseable del camino de la fidelidad. ¿Es una buena película? Sí, un rotundo sí. Estamos, probablemente ante una de las películas más importantes de la historia del cine. Habrá, sin duda, un antes y un después de esta trilogía, y será precisamente su segunda entrega la que marcará el punto de inflexión.

La historia arranca inmediatamente a continuación de donde concluía La Comunidad del Anillo (poniendo en evidencia con ello que estamos ante una única película dividida en tres partes, como el propio original literario). La Comunidad se ha desmembrado. Por un lado, Frodo y Sam prosiguen su viaje hacia Mordor para destruir el Anillo Único; por el otro, Aragorn, Legolas y Gimli persiguen a los orcos que han apresado a Merry y Pippin. La trama se escinde en tres historias divergentes que van entretejiendo el tapiz de la Tierra Media, de una riqueza nunca antes vista en una pantalla de cine.

Eówyn (Miranda Otto) y Aragorn (Viggo Mortensen).

Junto con los viejos personajes, se nos presentan algunos nuevos: Éomer (Karl Urban), Théoden (Bernard Hill), Éowyn (Miranda Otto), Gríma (Brad Dourif) y, especialmente, Gollum (Andy Serkis). De todos ellos son, sin duda, los tres últimos los más conseguidos. Miranda Otto transmite perfectamente las complejidades de su trágico personaje (y eso que su gran momento aún está por llegar), Dourif está genial como Gríma, Lengua de Serpiente, y Gollum.... Gollum / Sméagol, es uno de los pilares sobre los que se sustenta la grandeza de la película. Pero ya comentaré esto en mayor detalle más adelante.

Uno de los problemas a los que se enfrentaban los creadores de la película era el de anclar un fragmento sin verdadero principio ni conclusión (tres, de hecho). Las Dos Torres se abre con una secuencia simplemente impresionante, un anticipo de lo que dará de sí el largometraje. A continuación, vamos saltando de historia en historia, cada una de ellas cuidadosamente equilibrada para resultar suficientemente interesante por sí sola (aunque, en realidad, sólo dos de ellas triunfan por completo en este aspecto, siendo la subtrama de Merry y Pippin con los ents la gran perjudicada). Las peripecias de Frodo y Sam, junto con Gollum, representan en cierto modo la evolución natural de muchas de las ideas de La Comunidad del Anillo: el poder corruptor del Anillo, la sencillez y amistad de los hobbits como única arma capaz de combatirlo, la dualidad presente en el mundo de Tolkien entre el bien y el mal (aunque sea plasmada de una forma mucho más compleja de lo que unas pocas líneas, o incluso nueve horas de película, pueden mostrar). Aragorn y compañía nos introducen de lleno en la guerra por la supervivencia de los pueblos libres de la Tierra Media. El mundo se ensancha, las piezas comienzan a posicionarse sobre el tablero y la desesperación anida en el corazón de los hombres.

Lengua de Serpiente (Brad Dourif) da consejos al rey Théoden (Bernard Hill).

Así pues, los dos ejes principales sobre los que se sustenta la película son la acción desbordante, que alcanza su punto culminante en la batalla del abismo de Helm y la destrucción de Isengard, y la compleja relación de amor-odio interpretada a tres bandas por Frodo, Gollum y el Anillo Único, ante la impotente mirada de Sam. Ambas se destacan por dos características fundamentales en este proyecto: un gran cuidado por los personajes (no siempre fieles a su contrapartida literaria) y unos efectos especiales revolucionarios.

¿Qué encuentro a faltar? Por un lado cierta sutileza al presentar conflictos, principalmente internos. Donde no hay, o existen a un nivel mucho más profundo, Peter Jackson los magnifica y nos los echa a la cara. Es una decisión claramente encaminada a favorecer la comprensión de los personajes por parte del público, pero para mí resta algo del realismo que desprende El Señor de los Anillos y, lo que es peor, deteriora la coherencia interna del mundo inventado, una de sus características más atrayentes. Tolkien invirtió más de una década puliendo su escrito (y mucho más asentando las bases) y cada vez que una pieza de ese rompecabezas se altera va dejando cabos sueltos, ya que forma parte de un todo. Particularmente doloroso para los amantes del libro serán las actitudes de Faramir y Théoden, o el intento de recordarnos que en la Tierra Media viven elfos y que Aragorn está enamorado de una de ellos. Tras más de una docena de lecturas de El Señor de los Anillos soy incapaz de discernir si estos cambios eran absolutamente necesarios para hacer la historia accesible a todo el mundo, pero algunos de ellos se me antojan mucho más difíciles de aceptar que los introducidos en La Comunidad del Anillo. Por otra parte, y al igual que en la primera entrega, no comparto algunos de los puntos de vista de Peter Jackson con respecto al enfoque empleado en ciertos personajes, pero esto es una cuestión meramente personal, y las mismas características que a mí me desagradan son alabadas por otros, así que no me queda sino congratularme cuando determinado personaje o pasaje resulta exactamente como me lo había imaginado.

Dejando de lado estas consideraciones, que probablemente no importen más que a un pequeño porcentaje del público potencial, queda la película como entidad independiente. Y ante ella sólo puedo decir una cosa: ¡¡¡Siiií!!!

Justo al principio comentaba mi incredulidad con respecto a la duración de la misma. A menudo se emplea este recurso como un mero ardid publicitario. La primera película no daba la impresión de durar casi tres horas, pero se antojaba larga. Os aseguro que con Las Dos Torres llegará un momento en que os daréis cuenta de que está acabando y os preguntaréis a dónde han ido a parar sus 179 minutos. A partir de la secuencia inicial empieza a incrementarse poco a poco la tensión hasta desembocar en la experiencia más excitante y avasalladora que podáis imaginar. Cuando los diez mil Uruk-Hai de Saruman cubran con un manto negro y ondulante el abismo de Helm, sentiréis un escalofrío en la columna y perderéis toda esperanza, como la pierden los rohírrim encerrados en la fortaleza de Cuernavilla. No se trata de quinientos hombres disfrazados, multiplicados por veinte para rellenar huecos, son diez mil bestias aullantes, ávidas de muerte y destrucción. Olvidaos de las batallitas de Braveheart o los malos combates digitales de La Momia, atrás quedan los espectáculos pirotécnicos aunque fríos de Pearl Harbor o Windtalkers, la tormenta se ha desencadenado y ya nada será lo mismo.

Legiones de Uruk-hai marchan al Abismo de Helm.

Mención aparte en el apartado de efectos especiales merece la recreación de Gollum. Tan aparte que cruza una intangible frontera y se transforma en un actor más. Desde el primer ser digital en Abyss, la animación por ordenador ha recorrido un largo camino. Gollum aún no es absolutamente fotorrealista pero, desde luego, representa el primer personaje digital verdaderamente integrado en la acción. Los dos casos más famosos y recientes: el infame Jar Jar Binks y Dobby, el elfo doméstico de Harry Potter, no interaccionan realmente con el resto de personajes. Ambos tienen un par de secuencias diseñadas para establecer un mínimo contacto y ambos actúan en gran medida como alivio cómico. Gollum, con voz y movimientos de Andy Serkis, vive en la Tierra Media. En todo momento está presente, muchas veces resulta incluso más tangible que los propios hobbits que le acompañan, y actúa. Su personaje, uno de los más complejos que nunca hayan sido mostrados en una pantalla de cine, requería grandes dosis de verosimilitud para poder ser aceptado como parte integrante de la aventura. Por fortuna, y al contrario que en otros muchos aspectos, los cineastas confiaron tanto en su capacidad comunicativa que optaron por la sutileza. Nada de transformaciones (como Bilbo o Galadriel), nada de exageraciones, pura y simple interpretación. Uno de los hitos, sin duda de toda la saga, hasta el punto que se comenta que New Line está tratando de conseguirle una nominación a los Oscars. Sería totalmente merecida.

Queda mucho que comentar, bueno y algunas cosas no tan buenas: la espectacular carga de los rohírrim, la impresionante Ciénaga de los Muertos, Osgiliath, los ents (tal vez el efecto especial menos conseguido aunque, una vez más, esto está sujeto a opiniones divergentes), el regreso de Gandalf, la gloriosa cabalgata de los rohírrim, la bestia alada de los Nazgûl, el olifante, la memorable carga de los rohírrim... pero, ¿para qué esforzarme, si lo que tiene que hacer todo el mundo es ir al cine más cercano o reservar la entrada para el día del estreno?

Las Dos Torres es una película única, merecedora de todas las alabanzas que puedan hacérsele. Decepcionará, quizás, a quienes busquen una adaptación completamente fiel (y a otros, como a mí mismo, les tendrá divididos entre la exaltación y cierta decepción) pero creo que, en general, supondrá una experiencia impactante e irrepetible (hasta que se estrene El Retorno del Rey, claro, o hasta que volváis al cine a disfrutar de su épica grandiosidad).

Los números

No puedo concluir sin hacer mención a los primeros éxitos del film. Tras su primer fin de semana en todo el mundo ya ha amasado 190 millones de dólares, destrozando récords allí donde se ha estrenado. Para su segunda semana se prevén unos 400 millones en todo el mundo, y las proyecciones de New Line apuntan a más de 1.000 millones como suma final (sólo por detrás de Titanic). Tanto la película como su director han cosechado nominaciones para los Globos de Oro y el 97% de las críticas que pueden encontrarse por Internet son positivas.

Sergio Mars para Axxón y el site oficial de Axxón

Fuente: (Reseña / Crítica) - Aportado por Sergio Mars

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