11/Dic/05

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Ya hay concursos de películas filmadas con teléfonos celulares

Les dieron modernos aparatos a 100 artistas para que grabaran lo que quisieran.

(Clarín) - Un grupo de realizadores se reunió en París en un evento que, incluso para la probada tradición de cinematografía innovadora de la ciudad, fue bastante peculiar: el primer festival europeo de películas grabadas enteramente con teléfonos celulares.

Las imágenes pueden haber sido nebulosas, y los conceptos, por momentos, difíciles de seguir, pero no cabe duda de que el Festival de Películas de Bolsillo, que se realizó simultáneamente en París y en Lille (al norte de Francia), fue un éxito.

"Esto es algo nuevo y queríamos meternos desde el principio", dijo Laurence Herszberg, director del vanguardista Forum des Images y uno de los coordinadores del festival. "Queríamos saber si los teléfonos celulares se podían utilizar como una herramienta artística. Sabíamos que habían creado un nuevo lenguaje a través de los mensajes de texto, pero estábamos ansiosos por averiguar si también darían lugar a una nueva forma de creatividad".

En mayo, Herszberg mandó 100 celulares de última generación —cada uno valía 1.200 euros— a varios realizadores, escritores y otros artistas, con la instrucción de filmar cualquier tema que quisieran. Se produjeron un total de 400 películas, de las cuales 85 fueron seleccionadas para el festival. Algunas duraban 30 segundos, otras mucho más. Había documentales, historias con argumentos y actores.

Una pieza de un minuto de la artista francesa Catherine Ramus, titulada "15 de agosto de 2006", mostraba imágenes de la Torre Eiffel en un día tranquilo acompañadas de un comentario de un noticiero de televisión que se refería a un ataque terrorista en el monumento parisino. En otra película, "Bump", de la directora francesa Antonia Frichte, una cámara se movía lentamente por los techos de París al sonido de música de cámara.

Tal vez la oferta más curiosa fue la de Christophe Atabekian, un profesor de la Escuela de Bellas Artes de París, que produjo "Facturas telefónicas", una especie de diario personal. En una secuencia, mostraba su mano colocando una aspirina en un vaso. En otra, se mostraba a sí mismo hablando por una línea telefónica fija. "Es difícil filmarse a uno mismo", decía el documental. "Mi cabeza no está en el centro de la imagen".

Herszberg, sin embargo, deja a un lado este tipo de recelos técnicos. "Este es un festival de cine que quería plantear más preguntas que respuestas, pero ya es evidente que estamos frente a algo grande", dice. Herszberg cree que los teléfonos celulares pueden llegar a transformar la industria cinematográfica. "Todos los directores dicen que el tamaño pequeño y la familiaridad de este objeto cambian su relación con la gente que están filmando. Por lo general, las cámaras —incluso las videocámaras pequeñas— crean una barrera. Pero los teléfonos no. La gente casi no los ve. Otro aspecto importante es que se los puede utilizar en lugares donde las cámaras normales no pueden entrar".

El evento fue patrocinado el fabricante de celulares Nokia y el operador de telefonía celular francés SFR. La apuesta es alta. Los operadores invirtieron gigantescas sumas en redes de última generación y quieren recuperar parte de su dinero. Una manera de lograrlo es persuadir a los clientes de que usen sus teléfonos como cámaras o como pantallas para jugar e informarse.

No debe sorprender, entonces, que el tema de la película gana dora tuviera que ver con el rasgo distintivo del festival: "Decroche" (Colgá), de Stephane Galienni, contaba la historia de un joven adicto al celular.

Aportado por Eduardo J. Carletti