23/Oct/06

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Llega "El Ilusionista", con Edward Norton y Paul Giamatti

En este relato, basado en un cuento de Steven Millhauser, los protagonistas son presa y cazador. Norton encarna un mago con posibles poderes sobrenaturales y seguros problemas románticos.

(Clarín) Mientras muchos creen que el estado de ánimo por el que atraviesan es mágico, el joven Eisenheim va más allá. El lo vive, no lo cree.

El es mago.

De más joven aún, y de pobre pasar, se enamoró de una futura duquesa, Sophie von Teschen, pero las reglas sociales impidieron su unión. Así que cuando la rubia, a poco de comprometerse con el príncipe heredero, en Viena, suba al escenario y vea a Eisenheim, el ilusionista no podrá creer lo que ven sus ojos. ¿Puede recuperarse el amor? ¿Ese amor nunca se perdió pese al correr de los años? ¿La duquesa húngara lo quiere más que al príncipe Leopold?

Antes de que El ilusionista se consustancie en una telenovela de época, el director Neil Burger echa mano de un truco, muy cinematográfico, de incluir una muerte en la trama para que todo quede más o menos patas para arriba, y las trampas —estamos hablando de un mago— no se revelen hasta el final. Si lo cortés no quita lo valiente, Eisenheim será un hombre de principios, pero capaz de todo por la mujer que ama.

La película está basada en el cuento corto "Eisenheim el ilusionista", del ganador del Pulitzer Steven Millhauser [Nota de Joe: El mismo de "August Eschenburg"], por lo que el guionista y director Burger debió extender la historia, abriendo posibilidades. La que ganó es la investigación que el jefe de policía Uhl hace tras Eisenheim, persiguiéndolo para congraciarse con el principito, tan sólo para conseguir luego un puesto en el gobierno o ser nombrado alcalde de Viena. Nada que la política no siga haciendo un siglo y pocos años más tarde.

En definitiva lo que vuelve más atractiva a El ilusionista son algunas vueltas de la trama y, ante todo, las actuaciones del elenco. Edward Norton está fantástico en el papel protagónico, consustanciado entre su amor por la duquesa y su deseo irrefrenable por arruinarle la vida al príncipe. A Jessica Biel (Celular, Todo sucede en Elizabethtown) no le cuesta nada ganarse la credibilidad de su personaje, y a Paul Giamatti (Entre copas, La dama en el agua) le tocó el papel más jugoso, el que se debate entre la verdad, la moral y la conveniencia. Rufus Sewell, siempre malvado, como en Corazón de caballero y La máscara del Zorro, el príncipe le calza como anillo al dedo.

Lo mejor de El ilusionista es que, con sus trampitas, permite jugar al espectador a dilucidar qué pasa. Como un gran acto de magia, el filme, por momentos, sorprende.

Aportado por Alejandro Alonso