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La exobiología: Del origen de la vida a la vida en el Universo (IX)Los exoplanetasArtículo original de André Brack, exobiólogo. Autor de la traducción: Xavier Civit Más allá del Sistema solar, la caza de planetas extrasolares se practica habitualmente midiendo la perturbación aportada a la estrella por el planeta. En septiembre de 1995, después de un control sistemático de las velocidades de un centenar de estrellas en el Observatorio de Haute-Provence (N. del T; Alta Provenza, Francia), Michel Mayor y Didier Queloz descubrieron la presencia de un cuerpo de la mitad de Júpiter en órbita alrededor de la estrella 51 Pegaso por el método llamado de la velocidad radial. El objeto descubierto está muy próximo a la estrella y tiene una temperatura de 1500°C. A continuación, la cosecha fue prodigiosa ya que que a finales de agosto de 2007, el catálogo ya contaba con 249 planetas gigantes extrasolares. Hasta hoy (diciembre 2007), se han identificado 253 planetas extrasolares gigantes. A principios de abril del 2007 se detectó por primera vez vapor de agua en la atmósfera de un exoplaneta (HD209458b). También en abril del 2007, el VLT (Telescopio Muy Grande) en Chile detectó un planeta con un tamaño 5 veces el de la Tierra próximo a la estrella enana Gliese 581, donde se garantiza una temperatura de entre 0 y 40° Centígrados, ¡lo que permite la presencia de agua!. ¡Sólo está a 20,5 años luz! Un pequeño número de exoplanetas han sido descubiertos con la ayuda del método de los tránsitos, que consiste en detectar la sombra de un planeta cuando en su órbita pasa por delante de su estrella y provoca un minieclipse. Medimos entonces la débil y pasajera ocultación de la estrella provocada por el paso del planeta. La misión francesa COROT, tiene precisamente como objetivo detectar planetas extrasolares según este método. La variación de la luminosidad viene dada directamente por la relación entre la superficie aparente del planeta y el de la estrella, siendo cerca del 0,01 % para un planeta del tamaño de la Tierra alrededor de una estrella como el Sol. Además de los exoplanetas gigantes detectables mediante el método descrito anteriormente de las perturbaciones, COROT debería detectar planetas telúricos en órbita alrededor de otras estrellas como nuestro Sol. Además COROT se encuentra en disposición de estudiar la composición de las atmósferas, y de detectar planetas semejantes a la Tierra o a Venus. La búsqueda de vida en los planetas extrasolares puede hacerse sólo por el análisis espectral de sus manifestaciones, singularidades en la atmósfera y/o un mensaje electromagnético "inteligente" de una civilización avanzada extraterrena. La atmósfera terrestre alberga un 21 % de oxígeno mientras que las atmósferas de otros planetas del sistema solar presentan sólo rastros. El oxígeno en la atmósfera terrestre es una singularidad por dos motivos: Es superabundante con relación a la corteza terrestre y debería normalmente desaparecer por recombinación con los minerales. Su presencia permanente está ligada a la existencia de vida intensa en la superficie de la tierra y no dejaría de llamar la atención a cualquier extraterrestre que observara la Tierra en busca de vida. La presencia de grandes cantidades de oxígeno atmosférico se revelaría por la raya característica del oxígeno a 760 nm con la ayuda de un espectrofotometro en espectro visible del planeta. Por razones prácticas, es más fácil buscar la firma del ozono O3, en el espectro infrarrojo a 9,6 µm. En la hipótesis, extremadamente seductora, de que el oxígeno atmosférico extraterreno sería puesto en evidencia, los escépticos no dejarían de hacer ver que el oxígeno puede ser producido por mecanismos químicos no biológicos. Sea lo que sea, la presencia simultánea de ozono (oxígeno, al fin y al cabo), de vapor de agua y de dióxido de carbono aparece hoy como una firma convincente de una vida planetaria que explota ampliamente la fotosíntesis. Dos proyectos actuales de estudio, se refieren a la búsqueda de exoplanetas de tipo terrestre. El proyecto americano TPF (Terrestrial Planet Finder, -buscador de planetas terrestres) y el proyecto europeo Darwin / IRSI (Infrared Space Interferometer,-Interferómetro espacial infrarrojo). Este último consiste en colocar una flota de seis telescopios espaciales que serán acoplados en el espacio para analizar las atmósferas planetarias por interferometría y buscar desde allí las singularidades debidas una actividad biológica. Por último, la detección por radioastronomía de una señal electromagnética "inteligente" (Programa SETI), señal que debe provenir de una civilización extraterrena que ha alcanzado un nivel suficiente de desarrollo tecnológico, y que aportaría la prueba innegable de la existencia de una vida extraterrena. El programa de estudio merece ser sostenido aunque, a priori, la probabilidad de que una vida bacteriana extrasolar evolucione hacia sistemas vivos que exploten el electromagnetismo o la luz láser es extremadamente débil.
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