07/Dic/04

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Publicaciones recibidas: Tiempo de odio, de Andrzej Sapkowski

Título: Tiempo de odio
Título original: Czas pogardy
Autor: Andrzej Sapkowski
Editorial: Bibliópolis
Colección: Bibliópolis Fantástica N°15
Madrid, 2004
Traducción: José María Faraldo



A esta altura, ponernos a hablar de Sapkowski como nuevo autor es una falacia. Él ya está instalado en el gusto de los lectores, con fanas alrededor del mundo, y tal vez con el tiempo su saga de Geralt de Rivia sea tan nombrada como El Señor de los Anillos. Las comparaciones son odiosas, los logros de Sapkowski son otros, pero no por eso la historia es menos memorable.

Este buen hombre, que comenzó a publicar a los treinta y ocho años, continúa contándonos la historia de Geralt, Ciri, Yennefer y el resto de sus personajes (a quienes conoce perfectamente) con un lenguaje ágil, sin más florituras que las necesarias para dar con el ambiente de medioevo que se necesita. (Este logro, tal vez, haya que otorgárselo en parte a José María Faraldo, traductor de la saga.) Tampoco quedan dudas de la perfecta carnadura que tienen los personajes y el universo planteado, que con muchísimos puntos en común con el mundo actual que nos toca vivir, parece dejar entre líneas algunas ideas interesantes.

Podemos dividir Tiempo de Odio en dos partes: el antes y el después de la catástrofe, de una suerte de "golpe de estado" producido entre los magos. Hasta entonces las cosas se mantienen relativamente en orden (todo el orden que podemos pedirle a un mundo corrupto, peligroso, permanentemente sumergido en la guerra entre reyes y señores feudales de toda calaña). Incluso hay tiempo para el reencuentro entre Geralt, el Mago, y Yennefer, la hechicera. Y claro, cuándo no, es entonces cuando el mundo se viene abajo.

Mientras tanto, Ciri, heredera al trono de Cintra, cuya cabeza tiene precio y quien está sufriendo toda clase de penurias entre su entrada a la adolescencia, sus sueños proféticos, sus pesadillas, va tomando un protagonismo cada vez más fuerte: Pues es claro que de su suerte depende el destino de este mundo. No obstante, aunque éste es el cuarto tomo de una saga de siete y se presenta como a perfecta bisagra entre lo acontecido y el porvenir, nada es previsible: Sapkowski pega golpes de timón que nos mantienen prendidos al libro permanentemente.

Otro punto en el que se nota la maestría del autor es en la forma de tratar a los personajes secundarios y a los "extras". No hay ningún personaje apenas pintado, cada cuál es protagonista en el momento que le corresponde. Eso ayuda muchísimo porque en todo momento los hechos son vistos a través de los ojos de los personajes.

Nuevamente, no queda más remedio que esperar el próximo tomo, Bautismo de fuego. Espero, nuevamente, con las ganas renovadas.

Carlos Daniel J. Vázquez para Axxón y Garrafex News.