20/Jul/05

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El Quijote, en la mirada surrealista de Salvador Dalí

Una muestra recorre la fascinación del pintor por el personaje de Cervantes, en el Centro Cultural Borges.

(La Nación) Toda la fascinación que Don Quijote ejerció sobre Salvador Dalí puede apreciarse desde hoy en una muestra que reúne ilustraciones, fotografías y objetos en los que el pintor surrealista describe su particular mirada sobre el eterno personaje de Cervantes.

En el Centro Cultural Borges se inaugurará hoy al mediodía la muestra "El Quijote de Dalí", integrada, de manera original, por obra gráfica, libros de bibliófilos, una escultura y la edición especial realizada con motivo del IV Centenario de la publicación de "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha", ilustrado por el artista del surrealismo. La muestra fue curada por Santiago Shanahan.

Durante su extensa trayectoria, Dalí recreó al Quijote en innumerables ocasiones, en su aspecto externo y en sus rasgos espirituales y de carácter.

Fantasías en común

Muchos estudiosos encuentran un vínculo razonable en este interés: Don Quijote fue un personaje que vivía en un mundo en el que se mezclaban las fantasías con la realidad. Dalí fue, a su vez, un pintor de los sueños y de la realidad mediada por las fantasías, e hizo de sí mismo un original personaje, en el que se superpusieron realidad y ficción.

La muestra del Centro Cultural Borges, en Viamonte y San Martín, puede visitarse hasta octubre, de lunes a sábado, de 10 a 21, y los domingos de 12 a 21. La entrada general cuesta $ 9, y es de $ 5 para estudiantes y jubilados y de $ 3 para menores de 12 años.

La exposición incluye, además, otras obras gráficas de Dalí, que no están directamente vinculadas con el Quijote, y un apartado dedicado a su relación con Leonardo da Vinci e, indirectamente, con el best-seller El código Da Vinci, de Dan Brown. En 1955, el artista catalán pintó una de sus obras más controvertidas, "La Ultima Cena", que se encuentra en la National Gallery of Art, en Washington, en el que un Dios humanizado bendice la escena de Jesús y los doce apóstoles, limitada por la figura del dodecaedro y un paisaje marítimo.