20/Jul/05

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Publicaciones recibidas: Asimov Ciencia Ficción #19 (Julio/Agosto 2005)

Reseñamos el número de julio-agosto de 2005 de esta popular publicación.

Asimov Ciencia Ficción #19
Julio/Agosto 2005
Director: Domingo Santos
300 paginas.


Secciones: "Libros", "DVD", "Comic", "Reflexiones" de Robert Silverberg. Novelas cortas: "Muy lejos de la Tierra" (finalista del premio Nebula 2004) de William Barton, "Requiescat in pace" de Eduardo Gallego y Guillem Sánchez, "Bajo la bandera de la noche" de Ian McDowell. Relatos: "Huesos secos" (finalista del premio Nebula 2004) de William Sanders, "Una princesa de la Tierra" (nominado al premio Hugo 2005) de Mike Resnick, "Perfeccionable", de Geoffrey A. Landis, "TK'TK'TK", de David E. Levine, "El colapso de la función ondulatoria", de Steven Utley y "Regreso a la red", de Tomás Donaire Mendoza.

Otra magnífica entrega de la revista Asimov, edición española. Este número, el 19, ha vuelto a colmar mis expectativas de lector. No temo repetirme, ni aparecer como un exagerado. Hace algo más de cien días, reseñando el N° 15, y refiriéndome específicamente a las ficciones, escribí: "Son seis textos de excelente nivel, y cada uno en lo suyo cumple con creces con el principal atributo que debe tener una obra de ficción: se leen con fruición, con interés, dejan la sensación, a veces añorada, de que la lectura es un placer genial, voluptuoso". Pues ahora podría repetir eso, apelando al simple expediente de cambiar "seis" por "nueve". Pero no lo voy a hacer, claro, menos después de haberles avisado...

Vamos a los textos, entonces. Hay tres novelas cortas y seis cuentos. Por lo pronto, la cantidad de lectura adicional se agradece. (Ésta es mi primera reseña desde que Asimov pasó de 194 a 298 páginas).

Encaré "Bajo la bandera de la noche" con ciertos prejuicios. Una de piratas... Fruncí la nariz y la dejé para después. Pero me sentí culpable tras leer dos o tres cuentos, regresé y me dije "¡al abordaje!" Y llegó la gran sorpresa. Sí, en efecto, "Bajo la bandera de la noche" es una novela corta de piratas, pero Ian McDowell ha sabido fusionar géneros de un modo brillante. Hay aventuras con piratas tuertos, cojos, desnarizados y borrachos. Pero también hay elementos de fantasía muy bien puestos y un tufillo a metaficción, con Daniel Defoe merodeando los bordes de la historia que me dejó una curiosa sensación de familiaridad. Y además es entretenida...

Ni que hablar del trabajo de Gallego y Sánchez. "Requiescat in pace" se aleja del tono paródico que los creadores del Universo Corporativo (Unicorp) suelen imprimir a sus relatos, pero gana de un modo sublime en la plasmación de un mundo regido por un hábito perfectamente sustentado. Hacer uso del recurso de la "marca mínima", lo confirman multitud de ejemplos, suele potenciar el efecto de lo ficcional en el ánimo del lector. Es decir: no es obligatorio utilizar un abrumador número de elementos para que la historia tenga cuerpo y logre su objetivo. No voy a contar la trama porque sería injusto, pero les adelanto que la próxima vez que concurran al velatorio de un difunto van a mirar todo de otro modo.

Y la tercera novela corta, contra toda lógica (no puede ser que las tres novelas cortas sean "buenas") es excelente. "Muy lejos de la Tierra" de William Burton recupera el aliento épico de la buena ciencia ficción de la Edad Dorada, moja el pan en un jugoso Stapledon, se calza las magnitudes de Haldeman y se regodea con películas y cuentos a puro guiño, pero al mismo tiempo de un modo absolutamente funcional. El adolescente que se mete por accidente en un plato volador y logra conocer el universo (y no sólo eso) es una de las mejores cosas que he leído en los últimos tiempo. Burton se toma su tiempo, deja que la historia crezca sin preocuparse por el hecho de que está siempre al borde del ridículo y sale airoso. La transformación del robot es una delicia, ya verán por qué cuando la lean. Todo cierra. ¿Dónde hay más Burton? Un alma caritativa que me preste Asimov N° 14 y Asimov N° 16, por favor...

Y después de semejantes novelas cortas, que ocupan dos tercios del material de ficción del número, ¿qué queda para los cuentos, el otro tercio? Ya fuera de peligro, porque aunque fueran espantosos, los seis, la victoria estaría asegurada, desgrano y evalúo...

Pongo a la cabeza el magnifico "Huesos secos" de William Sanders, una fresca y veraz aproximación a los Estados Unidos de la época de McCarthy, mostrando el costado oscuro que Bradbury prefirió omitir en El vino del estío. Un adolescente inmerso en la mediocridad pueblerina, víctima de su propia necesidad de conocer, incómodo ante los primeros contactos con otras formas de ser y de sentir. Muy logrado. Y muy de cerca le sigue "TK'TK'TK", de David Levine, que describe los avatares de un vendedor en un planeta "realmente" extraño. "Perfeccionable", de Geoffrey A. Landis, es una viñeta que se lee con placer y el relato de Tomás Donaire Mendoza, "Regreso a la red", si no aporta demasiado a un tema, la RV y sus consecuencias, que se está haciendo harto frecuente, por lo menos se mantiene en un nivel de dignidad y no desentona frente a los importados.

Las decepciones vienen de donde menos las esperaba. Después de "Viajes con mis gatos" y "Los robots no lloran" esperaba más, mucho más de Mike Resnick. "Una princesa de la Tierra" luce como un refrito, una regurgitación de ideas anteriores, salvadas mediante el buen oficio de Mike y la apelación, siempre efectiva, a personajes conocidos por los lectores. No es una metaficción con John Carter de Marte, la princesa Dejah Thoris y Edgar Rice Burroughs; es un cuento de guiños sin ojos...

Y, por último, Steven Utley ofrece con "El colapso de la función ondulatoria" una confusa descripción de universos alternos con drama humano operando como disparador. No me convenció.

Las secciones regulares están a la altura de las circunstancias, aunque me atrevo a interceder en favor de Planells; no creo que el gazapo haya sido de tal magnitud como para que su autor merezca la hoguera. Y si se trata de ganarse las iras de los inquisidores, yo también puedo ser hereje, si me lo propongo: ¿A quién le importa cuándo nació Heinlein; ése quién es?

¿Hay que hacer balance? Un número, el 19 (uno de mis números primos favoritos; aprecio al 19 más que a mis primos carnales) 85% estupendo. ¿Les parece poco?

Sergio Gaut vel Hartman para Axxón y Garrafex News.