05/Ago/05

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Entrevista a Robert Rodríguez, en Cannes

El director de Sin City, El mariachi y la saga de "Spy Kids" da su visión sobre violencia, sexo y su amigo Quentin Tarantino.

(Clarín) Robert Rodríguez (37) llega al hotel en Cannes vestido como un cowboy, con un perceptible olor a alcohol. Venía, se supone, de almorzar. Al sentarse no se quita su sombrero alado, del que no se despegó en toda su estadía durante el festival de cine.

"Quería hacer algo diferente —arranca, sobre Sin City, o La ciudad del pecado—. 'Yo sé cómo hacer esto', me dije. Le mostré algunas pruebas a Frank Miller. Y me miró y me dijo hecho. Pero no me contestaba las llamadas. Pensé que, visualmente, sería algo de veras sorprendente en la pantalla. Los libritos eran atrapantes, por eso los compré durante doce años. Iba a las librerías a espiar, y era como si me saltaran encima. Cuando me quería acordar, tenía tres copias, porque los había comprado muchas veces. Mi idea era que visualmente la historia se nutriera del lenguaje gráfico, expandirlo al cine."

—Lo que lograste en cuanto a la estética, ¿será el futuro de parte del cine?

—El futuro (asiente). Obviamente, la película fue filmada digitalmente y usando toda la tecnología para crear imágenes que la gente no hubiera visto antes. No necesariamente este tipo de imágenes serán utilizadas. Pero se puede ir más lejos. Esto es sólo un signo de eso.

—¿Qué hizo Tarantino, que aparece como "Special Guest Director"?

—Inventé el título. Es alguien que dirige por lo menos un día entero y una secuencia entera. Hizo la secuencia en la que Clive Owen y Benicio del Toro están en el auto.

—¿Qué influencia de Tarantino ves en vos?

—Somos muy similares. Quentin y yo hicimos películas con tipos vestidos de negro. El hizo Perros de la calle y yo El Mariachi al mismo tiempo. Y cuando él hacía Tiempos violentos, Frank independientemente estaba escribiendo Sin City. No es tanto una influencia. Es contemporáneo.

—La música juega un papel significativo.

—Me gusta escribir mis propias bandas de sonido, en mi home movie. Cuando no tengo tiempo, traigo, invito gente. Pero yo escribí el tema principal que se ve en los títulos. Es un acercamiento muy vigoroso al trabajo. El desgraciado amarillo (yellow bastard) era (tararea). Escribí un 60% de la música.

—¿Por qué el filme es tan violento?

—Es que te mirás en el espejo y pensás en violencia. Y yo espero ser más violento todavía la próxima vez. Es más violento de lo habitual porque hay tres historias juntas. Es, OK, una sobrecarga. Me encanta el film noir. Durante años quise hacer uno, una remake de Bésame mortalmente, de Aldrich. El film noir tiene que ser dark (oscuro). La violencia estilizada es una tradición de larga data en ficción y cine. Podemos remontarnos a La Ilíada o antes. Yo solamente mantengo la tradición.

—¿Cuál es el significado de la violencia?

—Es un término muy amplio. Lo mismo que sexo. Entonces dicen que una película es sexual y piensan en Garganta profunda, y Rita Hayworth en Gilda. Y son obras muy diferentes. Igual que cuando se dice que una película violenta puede ser desde una película asquerosa hasta Taxi Driver, o hasta La ciudad del pecado o Dersu Uzala.

Es un término demasiado amplio para encapsular.

—Todas las balas levantan a la gente tres metros del suelo.

—Violencia se ha vuelto una palabra de moda. Cuando la gente vea la película se va a dar cuenta: Ah, no es una descripción realista.

—¿Y el sexo?

—Cuando Jessica Alba llegó al set para el strip tease de Nancy, me dijo: 'No soy una stripper'. El espectador espera una stripper porno. Y por el contrario, entra un ángel. OK. Al día siguiente estaba interpretando la parte del lazo. Estuve a punto de llorar. Estaba tan linda. Habíamos estado trabajando, ¿cuánto?, como doce horas. No tenía coreógrafo. Estaba nerviosa. Lo hizo muy bien.

—El final, ¿es optimista o pesimista?

—Sí tengo un sentido trágico del mundo y de la naturaleza humana. No creo en la utopía. En mis historias, mi idea del héroe es alguien que está dispuesto a sacrificar todo por una causa. No Harry Potter, festejado por todos sus compañeros de escuela.