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El Sol lanzó la llamarada más fuerte desde el inicio de la era espacial
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Los dos tripulantes de la Estación Espacial Internacional (ISS) y la flotilla de satélites de Rusia no resultaron afectados por la fuerte tormenta magnética que
afectó a nuestro planeta, informaron fuentes oficiales rusas.
(NASA y otros) - Según el Instituto de Ionosfera y Magnetismo Terrestre de Rusia (IZMIRAN), el miércoles ocurrió una fuerte explosión en el Sol originando
una fuerte tormenta magnética que afectó ayer y anteayer a la Tierra.
Hace sólo una semana, el 7 de septiembre, apareció una enorme mancha solar por el limbo occidental del Sol. Tan pronto como apareció, explotó, produciendo
una de las llamaradas solares en rayos X más potentes de la era espacial. En los días siguientes, la creciente mancha explotó hasta ocho veces más. Cada
llamarada en rayos X causó un apagón en ondas cortas de radio en la Tierra y una tormenta de radiación alrededor de nuestro planeta. Las explosiones
produjeron también auroras que pudieron verse en latitudes tan al sur como Arizona.
Aunque en el 2006 se alcanzará el mínimo del ciclo solar de 11 años, se había predicho que el 2005, el de la víspera del mínimo, sería un año muy tranquilo para
el Sol. Las predicciones no se han cumplido en absoluto ya que en lo que va de año hemos sufrido 4 tormentas geomagnéticas severas y más de 14 llamaradas
en rayos X.
Todo esto nos demuestra que aún nos queda mucho por aprender de los ciclos de nuestra estrella.
"La tormenta magnética no alteró la rutina de trabajo en la ISS del cosmonauta ruso Serguéi Krikaliov y de su colega estadounidense John Philips", dijo a la
agencia Interfax un portavoz del Centro de Control de Vuelos Espaciales de Rusia.
Un portavoz de las Fuerzas Espaciales de Rusia citado por la misma agencia informó de que el aumento de la intensidad solar en las últimas horas "no afectó el
trabajo de la flotilla de satélites y estaciones terrestres de control".
Ese portavoz también afirmó que la perturbación magnética tampoco afecto el control sobre el arsenal nuclear estratégico ruso que se realiza con ayuda de
satélites en órbita y radares emplazados en varios lugares del país.
La empresa estatal Red de Radio y Televisión informó de que la tormenta sí causó interferencias en la programación de algunas emisoras que trasmiten
programas para el exterior en onda corta.
Anatoli Belov, experto del IZMIRAN, explicó que la explosión ocurrida ayer en el Sol formó una mancha varias veces superior al diámetro terrestre y emanó un
potente flujo de partículas ionizadas que, al alcanzar nuestro planeta, provocó la tormenta magnética.
En condiciones normales, ese flujo de partículas pasa desapercibido, pero cuando su intensidad es muy alta (cuando ocurren explosiones) altera el campo
magnético terrestre (tormenta) con efectos en los organismos vivos y el entorno.
Según Belov, la explosión de ayer tuvo una intensidad menor que otra ocurrida en el astro rey el pasado día 7, pero fue más peligrosa porque tuvo lugar en el
centro del disco solar.
"Para la Tierra fue como recibir un tiro en la sien", subrayó el científico.
Como ayer, esta noche muchos moscovitas con cámaras de fotografía y telescopios se reunirán en las Colinas del Gorrión, la zona más alta de Moscú, para
observar auroras boreales, cortinas de luz multicolor en el firmamento producidas por la agitación magnética.
Además de producir las auroras boreales, las tormentas magnéticas entorpecen las trasmisiones de radio, el funcionamiento de los ordenadores y las
comunicaciones, e influyen de modo negativo en la salud de las personas sensibles al campo magnético terrestre.
En dependencia a su intensidad, las perturbaciones magnéticas también afectan el funcionamiento de los satélites, redes eléctricas, sistemas de navegación,
oleoductos y el transporte ferroviario.
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