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En el mundo desaparece hoy una lengua cada dos semanas
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La Unesco advirtió que el 50% de los 6000 idiomas está en peligro de extinción.
Con frecuencia se advierte acerca del peligro de extinción de algunas especies animales o vegetales. Pero también las lenguas están expuestas a esa fatalidad. Y
las cifras son alarmantes.
Según un informe de la Unesco, más del 50% de las 6000 lenguas del mundo corre riesgo de perderse en unas pocas generaciones, y otras miles están ausentes
de los sistemas educativos y del ciberespacio. Además, advierte que las nuevas tecnologías pueden acelerar la extinción de ciertos idiomas y favorecer la
homogeneización, en lugar de la diversidad.
Ayer, en el Día Internacional de la Lengua Materna, que la Unesco instauró en 1999, el director general del organismo, Koichiri Matsura, expuso datos que
confirman una intensificación en el proceso de desaparición de las lenguas. La propuesta de la Unesco es preservar la diversidad lingüística en el mundo.
"En promedio, desaparece una lengua cada dos semanas dijo el director general de la Unesco a la prensa, en París, citando el informe. Hacia las sociedades
del conocimiento", publicado en noviembre último.
El toba, el mapuche, el guaraní correntino, el mocoví, el wichi, el chiriguano, el pilagá, el yahgan y el tehuelche son algunas de las 18 lenguas que se hallan en
peligro de extinción en la Argentina y que figuran en el Libro Rojo de la Unesco. El vilela, de la región del Chaco, y el ona, de Tierra del Fuego, figuran como
"posiblemente ya extinguidos".
Según datos de la Unesco, en un futuro cercano desaparecerán 700 en el continente americano, 200 en Africa, 80 en Asia y 40 en Europa. Se encuentran en
riesgo de extinción las lenguas provenzal y bretona (Francia); asturiana, leonesa y aragonesa (España); gaélica (Irlanda), y mataco y guarayo (Bolivia), entre
otras.
"Cada vez que un pueblo deja de hablar una lengua se empobrece toda la humanidad", advertía el autor nicaragüense Ernesto Cardenal en el último Congreso
de la Lengua Española, celebrado en Rosario en 2004. Sin embargo, para algunos especialistas la desaparición de las lenguas es parte de un proceso natural.
El filólogo José Luis Moure, miembro de la Academia Argentina de Letras, dijo a La Nación que se trata de un fenómeno tan antiguo como el hombre.
"No advierto que se trate de un fenómeno necesariamente trágico", sostuvo, y explicó que "una lengua siempre representa la identidad de una comunidad, pero
es también un vehículo de comunicación, de modo que cuando es compartida por un grupo pequeño su capacidad es restringida y los hablantes terminan por
adoptar una más utilizada".
Pero ¿cuándo puede decirse que una lengua ha muerto? "La historia registra casos con fecha de defunción concreta, cuando muere su último hablante", precisó
Moure, y destacó que si bien hoy existe un interés por impedir la muerte, "la comunidad sabe si le sirve o no y deja de utilizarla naturalmente".
Internet como amenaza
El informe de la Unesco detalla que son menos del 1% las lenguas utilizadas en el ciberespacio.
"Las que están en Internet tienen un alcance mayoritario; no parece tener sentido poner en la Red una lengua manejada por pocos usuarios y que podría atentar
contra el proceso de globalización", comentó Moure.
Hasta ahora, la mayoría de las lenguas que existen están ausentes de Internet en beneficio de las ocho lenguas más utilizadas del mundo, encabezadas por el
inglés.
El año pasado, el conocido buscador Google incorporó el guaraní y el quechua a la lista de 70 idiomas en los que se presenta su página.
"Los esfuerzos por conservar una lengua son loables, pero las posibilidades reales de tener éxito y evitar la extinción son muy relativas, y en eso soy pesimista",
concluye Moure.
Como acción preventiva para salvaguardar el patrimonio inmaterial en peligro, el director de la Unesco apeló ayer a los principales líderes del mundo para que
consideraran la causa de los idiomas y su diversidad, particularmente en el ciberespacio.
"La lengua es poesía fósil", decía Waldo Emerson. Pero para que la mitad de nuestras lenguas no se conviertan simplemente en fósiles, la Unesco sugiere la
implementación de políticas lingüísticas que contribuyan a su preservación. Sólo así podrá llegar a ser poesía.
Aportado por Alejandro Alonso
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