10/Feb/08

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Publicaciones recibidas: "La caída de los reyes", de Ellen Kushner y Delia Sherman

Una novela escrita a cuatro manos y ambientada en el universo de la Ribera, del que ya hemos dado cuenta con las dos anteriores novelas de Kushner publicadas en español.

Empecé con entusiasmo y expectativa la lectura de esta nueva novela ambientada en la Ribera de Ellen Kushner, acompañada esta vez por Delia Sherman. Nueva para mí, porque en realidad fue escrita en 2002 y es previa a El Privilegio de la Espada aunque narrativamente está situada en una época posterior. Habiendo leído (y reseñado) con agrado las otras dos novelas ambientadas en este universo, la frase de Neil Gaiman en la tapa era un aliciente para devorar las páginas de esta entrega.

Rápidamente se enfrió mi entusiasmo. O debería decir: ojalá hubiera sido rápidamente. Porque esta novela tiene más de 400 páginas y se me hizo larga.

No está mal escrita, para nada. Está todo bastante bien, los personajes están dentro de la línea de las novelas anteriores y al mismo nivel de desarrollo: si bien siguen algunos tópicos y son bastante lineales en varios sentidos, también se desarrollan bastante sus conflictos y muchos se hacen querer (sobre todo los secundarios, como ya me pasó en las otras novelas). El problema es que la introducción de los personajes se hace larguísima, y no pasa nada. Luego se empieza a perfilar el conflicto principal, que debería ser interesantísimo, pero sigue sin pasar nada. Y ya van más de 300 páginas y no pasó nada que me enganchara; la trama se fue desenvolviendo y las autoras me fueron mostrando cosas, y personajes, y escenas, y fragmentos de la historia antigua de la ciudad y la Ribera… pero nada capturaba mi interés ni me estimulaba a leer; nada me intrigaba. Todo parecía chato, oscuro y gris. Y se llega al conflicto final y todo se "resuelve" con un final abrupto y —para mí— decepcionante.

Es difícil entender lo que me pasó con esta novela. Tal vez mis expectativas iniciales eran demasiado altas y una novela simplemente buena no las satisfizo.

En muchos aspectos es parecida a las otras novelas de la saga. Hay una pareja abiertamente homosexual en los protagónicos, en este caso se trata de un joven profesor universitario y un noble estudiante de la casa de Tremontaine, digno heredero de la excéntrica sangre del Duque Loco. Aparece Katherine, la sobrina del Duque y ahora Duquesa titular, que fue la protagonista de El Privilegio de la Espada. Están los taimados nobles del Consejo y una vez más el Canciller de la Serpiente conspira entre sombras para anular el poder de los Tremontaine usando la intriga, la extorsión y cualquier medio que no sea confrontación directa. Hay espionaje, maniobras y contramaniobras… y cada vez menos peleas de espada.

En verdad este libro venía de una novela presentando un mundo donde el duelo a espada es un elemento importante en la sociedad y apunta a introducir otro elemento clave de la Fantasía: la magia. Sin embargo las espadas desaparecen casi por completo, salvo alguna mención aislada. Y la magia es una fuente de frustración constante a lo largo de todo el libro, preparándose para hacer un gran final… y despareciendo cual cañita voladora húmeda en el momento de concretar su máxima promesa.

No quiero contar el final, por si alguien tiene la persistencia de llegar hasta allí. Pero la magia es parte del folklore y se considera un elemento fantástico en este mundo, como en el nuestro. También hay personajes históricos que se dicen brujos y afirman tener poderes mágicos, como en nuestro mundo. Y un profesor de historia encuentra por casualidad un antiguo y perdido libro de magia, con el que empieza a aprender y practicar alguna magia, conectándose de algún modo y reencarnando o canalizando un brujo de la antigüedad, como en nuestro mund… no, eso no. Aquí es donde aflora el elemento fantástico y el lector espera que se desarrolle, pero el aprendizaje es muy lento, los logros del profesor en materia mágica son bastante modestos aunque por otra parte él parece muy contento y seguro. Mientras tanto se desarrolla su romance con el heredero Tremontaine que a su vez está cumpliendo cada vez más con el papel de los antiguos aspirantes a reyes, en una transformación o transmigración paralela y complementaria a la del profesor. Estas figuras de rey y brujo son esperadas ansiosamente por un sector político de rebeldes en el Norte, donde se conservó más la tradición druídica de magia de la tierra en donde hacía pie la magia recuperada por el profesor. Esto permite juegos narrativos interesantes donde se ve el accionar de estos grupos rebeldes, cómo se integran (o no) a la sociedad del Sur, en particular en el sector de estudiantes universitarios. Se ven también algunas de sus ceremonias que van alentando y movilizando la figura de Tremontaine hacia el papel de rey esperado y prometido. Al mismo tiempo hay algunos conflictos entre corrientes universitarias/ideológicas que son un buen condimento para la trama.

Pero esto se desgasta a lo largo de exagerada cantidad de páginas de ritmo lento. Es cada vez más justa la adscripción al mannerpunk, cada vez más fuerte la descripción de conflictos galantes, educados juegos de intriga, maniobras políticas a través de varios niveles de agentes, escarceos románticos… y cada vez más inexplicable la inclusión de esta novela en el género fantástico.

Resumiendo, Kushner y Sherman dan cátedra de escritura y construcción de novela, trama y personajes. Hay mucho arte y oficio en esta obra. Hay personajes secundarios realmente destacables y subtramas interesantes que darían pie a otra novela. Pero el libro me resulta mucho menos atractivo que los otros dos, falto de vida y de interés para el aficionado a la fantasía, aunque tal vez guste a los cultores de otro tipo de novela más psicológica.

Carlos E. Ferro para Axxón y Garrafex News.

Fuente: Carlos E. Ferro. Aportado por Alejandro Alonso