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Unos agujeros negros escondidos pueden merodear por la Vía Láctea
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Unos enormes agujeros negros pueden estar merodeando por nuestra galaxia, escondidos dentro de extraños cúmulos
estelares. Si los descubrimos, podrían revelar el violento nacimiento de la Vía Láctea
Los astrónomos creen que la Vía Láctea se formó cuando unas galaxias más pequeñas colisionaron todas en ese lugar.
Estas galaxias pueden haber tenido grandes agujeros negros en el núcleo y, si fue así, esos agujeros negros pueden
haber vivido mucho tiempo después de que la mayor parte de la materia que los rodeaban se dispersó o fue asimilada.
Ryan O'Leary y Avi Loeb del centro para astrofísica del Harvard-Smithsonian en Cambridge, Massachusetts, calculan
que los agujeros negros todavía deberían estar flotando en alguna parte den nuestra galaxia, y que podríamos haber
detectado a algunos de ellos sin querer.
La poderosa gravedad de los agujeros negros habría captado un séquito de cientos o miles de estrellas, de acuerdo con
los cálculos de los investigadores. Estos cúmulos tendrían algunas características poco habituales que los distinguirían de
cúmulos estelares corrientes.
Hechemos una mirada desde más cerca al agujero negro de la Vía Láctea. Si parece un agujero negro, y actúa como un
agujero negro, probablemente sea un agujero negro.
La imagen muestra un disco de acreción de materia (nube naranja) y chorros de
partículas a gran velocidad (remolinos blancos) que los científicos piensan que rodean el agujero negro en el centro de la
Vía Láctea. En el recuadro se muestra una simulación de computadora de la materia que gira alrededor del agujero
negro, el rojo indica una emisión de gas más brillante y el azul una más débil. El círculo naranja indica el tamaño
comparativo de Sagitario A medido por las nuevas observaciones, que es más pequeño que las mediciones previas.
Durante un tiempo hasta ahora, los científicos pensaron que un gran objeto oculto en el centro de nuestra galaxia era
probablemente un inmenso agujero negro, pero no han sido capaces de demostrarlo. Las nuevas observaciones que
ofrecen una vista más cercana del corazón de la Vía Láctea presentan pruebas fehacientes para la teoría del agujero
negro, e incluso la esperanza de pronto resolver la cuestión definitivamente.
Por medio del enlace de una serie de radiotelescopios alrededor del mundo, los astrónomos crearon un telescopio
virtual con la potencia de resolución de una única antena parabólica de un tamaño igual a la distancia entre los varios
sitios (aproximadamente 2.800 millas, o 4.500 kilómetros). Este instrumento tomó una profunda imagen que sondeó
hasta casi el horizonte del evento del agujero negro de la Vía Láctea, el punto más allá del cual nada, ni siquiera la luz,
puede escapar.
Los astrónomos usaron un nuevo telescopio para ver detalles finos (1.000 veces
mejor que el telescopio espacial Hubble) para medir el tamaño del agujero negro super masivo (mostrado como
concepto artístico) en el centro de la Vía Láctea.
Una bendición y una maldición
Debido a que el enorme agujero negro de nuestra propia galaxia es el más cercano de su clase, nos ofrece una
oportunidad única de estudiar cómo se comportan estos objetos y cómo afectan a las galaxias.
"Éste es el mejor agujero negro que tenemos en cualquier lugar del universo, la mejor oportunidad que tenemos para
observar la clase de firmas que podemos esperar en la vecindad inmediata de un agujero negro", dijo sheperd
Doeleman, líder del estudio, del MIT. "Uno de los problemas que tenemos para mirar a este punto en particular es que
tenemos que mirar a través de nuestra galaxia. Es una bendición que esté tan cerca, pero es una maldición porque está
oculto por gas y polvo".
Chorros de llamas de un agujero negro - Video.
Para evitar el velo de gas y polvo de la Vía Láctea, los investigadores miraron con luz de radio de 1,3 mm, que escapa
mejor de la niebla que la luz de onda más larga. Combinaron las observaciones tomadas desde los observatorios en
Hawai, Arizona y California en una técnica llamada Interferometría de Base Muy Larga (VLBI) para observar el centro
galáctico con una de las resoluciones más altas jamás logradas en astronomía: el equivalente de una pelota de béisbol
vista sobre la superficie de Luna, a 240.000 millas.
Los investigadores observaron una brillante fuente de luz conocida como Sagitario A (estrella A), que se piensa que
señala un agujero negro de aproximadamente 4 millones de veces la masa del sol. La masa es determinada al mirar el
efecto del objeto colosal sobre las estrellas que orbitan cerca del centro galáctico. El equipo descubrió que Sagitario A
tenía un diámetro igual a un tercio la distancia Tierra-Sol, aproximadamente 30 millones de millas (50 millones de
kilómetros). Este tamaño pequeño indica que la masa en el centro galáctico es aun más densa que lo que encontraron las
mediciones previas, que respaldaban la idea de que el objeto escondido allí debía ser un agujero negro, porque las
teorías vigentes no tienen ninguna otra explicación razonable para describir tanta masa acumulada en un espacio tan
pequeño.
Resolver la cuestión
Los científicos no pueden explicar el proceso responsable de la brillante radiación que sale de Sagitario A, pero sugieren
que puede ser un poderoso chorro de partículas aceleradas por los campos magnéticos alrededor del agujero negro, o
la radiación que sale a borbotones de un disco de acreción de materia que se vuelca en el agujero negro.
Los investigadores esperan llegar al fondo de la cuestión, y probar finalmente que Sagitario A es un agujero negro super
masivo, a través de futuras observaciones hechas con la misma técnica.
"Hemos estado trabajando por más de una década hasta ahora sobre la maquinaria y los instrumentos para lograrlo",
dijo Doeleman a SPACE.com. "La belleza verdadera de esta técnica es que ahora hemos demostrado que puede
hacerse. Obtendremos muy buenos datos en los próximos tres a cinco años y pienso que algunos de ellos nos dirán si
estamos viendo algunas de las firmas que esperamos ver de un agujero negro".
Para mejorar las imágenes que ya han tomado, los astrónomos planean añadir más telescopios alrededor del mundo, así
como más antenas parabólicas en cada sitio para aumentar la señal. También planean mirar en una longitud de luz de
radio aun menor.
"Este trabajo pionero demuestra que esas observaciones son posibles", dijo Avi Loeb, astrofísico de Harvard, que no
trabajó en el estudio. "También abre una nueva ventana para sondear la estructura del espacio y el tiempo cerca de un
agujero negro, y evaluar la teoría de la gravedad de Einstein".
El estudio, financiado por la National Science Foundation y dirigido por el sub-milimétrico telescopio del Radio
Observatorio Arizona (ARO - SMT) de la Universidad de Arizona, por el Array combinado para investigación en
astronomía de onda milimétrica (CARMA) en California, el telescopio James Clerk Maxwell (JCMT), y el Array
sub=milimétrico (SMA) en Hawai, es detallado en la edición del 4 de septiembre de la revista Nature.
Fuente: New Scientist y LiveScience. Aportado por Graciela Lorenzo Tillard
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