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14/Ene/09



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¿Es la hipnosis una forma distinta de conciencia?

Los estudios confirman que durante la hipnosis las personas no están en un estado similar al sueño sino que están despiertas

El hipnotista hace oscilar a cierto ritmo un reloj de bolsillo delante de los ojos de la persona y entona lentamente: "Usted siente sueño... usted siente sueño...". La cabeza de la persona se desploma abruptamente hacia abajo. Está en un trance profundo, similar a un sueño, ajeno a todo excepto la suave voz del hipnotista. Sin poder para resistir la influencia del hipnotista, la persona obedece cada orden, incluso una instrucción de interpretar una desconcertante escena infantil. Al "despertar" del trance media hora más tarde, no tiene ningún recuerdo de lo que ocurrió.

De hecho, esta conocida descripción captada en incontables películas, abarca un montón de falsos conceptos. Pocos -casi ninguno- hipnotistas modernos usan la famosa oscilación del reloj presentada por el oftalmólogo escocés James Braid a mediados del siglo XIX. Aunque la mayoría de los hipnotistas intentan calmar a las personas durante la "inducción", esa relajación no es necesaria; hay personas que han sido hipnotizadas mientras pedaleaban enérgicamente en una bicicleta fija. Los estudios electroencefalográficos (EEG) confirman que durante la hipnosis las personas no están en un estado similar al sueño sino que están despiertas -aunque a veces un poco somnolientas. Además, pueden resistir libremente las sugerencias del hipnotista y están lejos de ser autómatas sin mente. Finalmente, una investigación llevada a cabo por el psicólogo Nicholas Spanos de la Universidad de Carleton en Ontario muestra que el fracaso en recordar lo que ocurrió durante la sesión de hipnosis, o la llamada amnesia posthipnótica, no es un elemento intrínseco de la hipnosis y ocurre típicamente sólo cuando se les dice a las personas que se espera que ocurra.

La cuestión de la conciencia

La escena icónica que describimos al principio del artículo también plantea una duda más profunda: ¿Es la hipnosis un estado distinto de conciencia? La mayor parte de la gente parece creer que sí; en una reciente encuesta no publicada, el psicólogo Joseph Green de la Ohio State University en Lima y sus colegas encontraron que el 77% de los estudiantes de la universidad estaban de acuerdo en que la hipnosis es un estado claramente alterado de la conciencia. Este asunto es de una importancia más que académica. Si la hipnosis difiere en esencia más que en grado de la conciencia corriente, podría implicar que las personas hipnotizadas realizar acciones que son imposibles de llevar a cabo en estado de vigilia. También podría dar credibilidad a las afirmaciones de que la hipnosis es un único medio para reducir el dolor o para provocar dramáticas curas psicológicas y médicas.

A pesar de la ubicua representación de Hollywood de la hipnosis como un trance, los investigadores han tenido suma dificultad en determinar con precisión algún "marcador" específico -indicadores- de la hipnosis que la distinga de otros estados. El legendario psiquiatra estadounidense Milton Erickson afirmó que la hipnosis estaba caracterizada por algunas características únicas, incluso la amnesia posthipnótica y el "literalismo" -una tendencia a tomar las preguntas literalmente, como responder "Sí" a la pregunta "¿Puede decirme qué hora es?". Ya hemos visto que la amnesia posthipnótica no es un acompañamiento inherente de la hipnosis, de modo que Erickson estaba equivocado al respecto. Además, la investigación realizada por Green, por el psicólogo Steven Jay Lynn de la Universidad de Binghamton y sus colegas muestra que las personas muy hypnotizables no exhiben literalismo mientras están hipnotizadas; además, los participantes a quienes se pide que simulen hipnosis demuestran porcentajes aun más altos de literalismo que las personas muy hipnotizables.

Otros expertos, como el fallecido psiquiatra Martin Orne de la University of Pennsylvania, han argumentado que sólo los participantes hipnotizados experimentan la "lógica de trance" -la capacidad de considerar dos ideas mutuamente inconsistentes al mismo tiempo. Por ejemplo, un hipnotista podría sugerir a una persona que es sorda y luego preguntarle, "¿Puede escucharme ahora?". Puede responder "No", y por lo tanto manifiesta lógica de trance. Sin embargo, una investigación realizada por el fallecido Theodore X. Barber, entonces en la Medfield Foundation, y sus colegas mostraba que los participantes a quienes se pedía que simularan hipnosis exhibían lógica de trance tan a menudo como las personas hipnotizadas, lo cual sugería que lógica de trance es en gran parte una función de las expectativas de las personas en vez de un componente intrínseco del estado hipnótico mismo.

Cambios cerebrales

Sin embargo, otros investigadores han tratado de develar marcadores fisiológicos claros de la hipnosis. Bajo hipnosis, los EEG, especialmente los de participantes muy sugestionables, exhiben a veces un cambio hacia una actividad agudizada en la banda theta (de cuatro a siete ciclos por segundo). Además, los participantes hipnotizados presentan con frecuencia un incremento de actividad en la corteza cingulada anterior de su cerebro (ACC).

Sin embargo, ningún hallazgo es sorprendente. La actividad theta está típicamente asociada con los estados de concentración silenciosa, que con frecuencia acompañan a la hipnosis. La ACC está vinculada con la percepción de las contradicciones, que muchos participantes hipnotizados experimentan cuando imaginan cosas -como las experiencias infantiles mencionadas- que parecen discrepar con la realidad. Además, los psicólogos han informado sobre similares cambios cerebrales entre personas despiertas. Por ejemplo, la ACC se vuelve activa durante la famosa tarea de Stroop, que exige que las personas nombren el color de la tinta (como "verde") en una palabra impresa que expresa un color diferente (como "AZUL"). Por lo tanto, estos cambios cerebrales no son únicos en la hipnosis.

Alimentar la percepción de la hipnosis como un claro estado de trance es la extendida suposición extendida que conduce a marcados aumentos en sugestión, incluso el total acatamiento de las sugerencias del terapeuta. No hay ningún lugar donde este estereotipo de zombi sea retratado más intensamente que en los espectáculos de hipnosis sobre un escenario, donde las personas al parecer son inducidas a ladrar como perros, cantar "karaoke" y participar en otros comportamientos cómicos a plena vista de cientos de miembros de un público divertido.

Sin embargo, la investigación muestra que la hipnosis sólo ejerce un impacto menor sobre la sugestión. En escalas normalizadas de sugestión hipnótica, que piden a los participantes que obedezcan una docena de sugerencias (que levante su brazo, por ejemplo), el incremento de sugestión que sigue a una inducción hipnótica es típicamente del orden del 10% o menos. Además, la investigación demuestra que una inducción hipnótica formal no es necesaria para producir muchos de los efectos aparentemente espectaculares de la hipnosis, como la reducción del dolor extremo o varias hazañas físicas, populares en los actos de hipnosis en un escenario, como suspender a un participante horizontalmente entre los respaldos de dos sillas. Uno puede generar la mayoría, si no todos, estos efectos proporcionando a las personas muy sugestionables incentivos suficientes para llevarlos a cabo. Los hipnotistas de escenario están bien conscientes de este pequeño secreto. Antes de empezar su acto, echan un vistazo a los miembros del público buscando alta sugestión, proporcionando a esas personas un hilo de sugerencias. Seleccionan entonces cuidadosamente sus participantes entre la minoría que obedece.

Coincidimos con Lynn y el psicólogo Irving Kirsch de la Universidad de Hull en Inglaterra, que escribieron en 1995 que "habiendo fracasado en encontrar confiables marcadores de trance después de 50 años de investigación cuidadosa, la mayor parte de los investigadores ha llegado a la conclusión de que esta hipótesis [que la hipnosis es un estado único de conciencia] ha durado más que su utilidad". De manera creciente, la evidencia está sugiriendo que los efectos de la hipnosis provienen en gran parte de las expectativas de las personas sobre qué implica la hipnosis, más que del estado hipnótico mismo. Sin embargo, siempre es posible que estudios futuros puedan revertir o por lo menos modificar esta conclusión. En particular, una investigación sobre potenciales indicadores fisiológicos de la hipnosis puede aclarar cuánto difiere la hipnosis de otros estados de conciencia. Aunque la hipnosis plantea misterios fascinantes que mantendrán ocupados a los científicos durante décadas, parece claro que tiene mucho más en común con la vigilia diaria que con el trance de vigilia inducida de los thrillers de crímenes de Hollywood.

Nota: Este artículo fue impreso originalmente con el título, "Estados alterados".

Fuente: Scientific American. Aportado por Graciela Lorenzo Tillard

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Artículo original (inglés)
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