14/Abr/09!f>
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Nuestros oídos podrían tener contraseñas incorporadas
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Los oídos humanas hacen sus propios ruidos distintivos, aunque casi imperceptibles: podrían ser usados como prueba de identidad
Usted es víctima de un robo de identidad y el defraudador llama a su banco para transferir dinero a su propia cuenta. Pero en lugar de pedirle sus detalles
personales, el empleado del banco simplemente presiona un botón que hace que el teléfono emita una breve serie de clics en la oreja del defraudador. Un
mensaje avisa de inmediato al banco que la persona no es quien está afirmando ser, y la llamada es cancelada
Ese tipo de seguridad podría algún día ser común, si una nueva técnica biométrica diseñada para identificar a la persona en el otro extremo de una línea
telefónica demuestra ser exitosa. El concepto se basa en el hecho de que el oído no sólo siente el sonido sino que también hace ruidos propios, aunque a un
nivel sólo detectable por micrófonos supersensibles.
Si se demuestra que esos ruidos son únicos en cada individuo, podría aumentar la seguridad de las transacciones por central telefónica y banca telefónica, y
reducir la necesidad de que las personas recuerden numerosas claves de identificación. Los teléfonos celulares robados también podrían ser bloqueados,
programándolos para que se desactiven si notan que el usuario no es el verdadero propietario.
Llamadas
emisiones otoacústicas (OAEs), los sonidos
generados por el oído vienen de la
cóclea, un órgano con forma de espiral dentro del
oído interno. Se piensa
que son causados por el movimiento de células
filiformes dentro de la parte exterior de la cóclea.
Típicamente, los sonidos que entran al oído hacen vibrar a estas células filiformes exteriores, y estas vibraciones se convierten en señales eléctricas que son
transmitidas a lo largo del nervio auditivo, permitiendo que se escuche el sonido. Crucialmente, estas células también crean sus propios sonidos cuando se dilatan
y se contraen.
Es porque "escuchar es un proceso activo: el oído en realidad pone energía en las ondas de sonido que entran para reemplazar la energía perdida a medida que
el sonido es absorbido por la estructura del oído", dice Stephen Beeby, ingeniero en la Universidad de Southampton, Reino Unido, que está liderando la
investigación. "Este proceso nos ayuda a escuchar cosas que de otra manera no podríamos, pero como resultado, algo de la energía añadida por las células
filiformes escapa como OAEs".
Pronosticadas en los '40, pero no detectadas hasta que se desarrollaron los micrófonos de ultra bajo ruido en los '70, las OAEs pueden ser provocadas cuando
se emite una serie de clics en la oreja. Las emisiones de sonido de respuesta comprenden señales de entre 0 y 5 kilohercios, y varían en amplitud. Las pruebas
de clics ya se usan para examinar los oídos de los bebés recién nacidos en busca de señales de dificultades en el oído, ya que las OAEs son más débiles si
el oído interno es defectuoso.
Lo que provocó el interés de Beeby y sus colegas es el hecho de que la potencia y la distribución de la frecuencia en las OAEs provocadas por una serie
específica de clics parecen ser muy distintivas, derivadas de la forma interna de la oreja de la persona. "Anecdóticamente, los otólogos dicen que pueden
distinguir a personas diferentes hombres, mujeres, incluso a personas de orígenes étnicos diferentes por el perfil extensamente variado de los tipos de
emisiones que los clics provocan", dice.
De modo que con financiación del Consejo de Investigaciones de Ciencias Físicas e Ingeniería del Reino Unido, el equipo de Beeby está intentando averiguar si
los patrones de OAE pueden ser usados en biometría, como los escaneos de iris o las huellas digitales. "En las condiciones controladas de un laboratorio, las
emisiones de todos son efectivamente diferentes, pero si es una manera práctica de distinguir a las personas como un biométrico del mundo real todavía necesita
de mucho trabajo", admite.
Hay varios problemas que deben enfrentarse, dice. En sujetos que han estado bebiendo alcohol, por ejemplo, las emisiones están amortiguada. Y diferentes
drogas modifican la amplitud de las OAEs, como también las infecciones del oído o la acumulación de cera.
Si tienen éxito antes del plazo del proyecto a mediados de 2010, esperan interesar a las empresas electrónicas para hacer auriculares o teléfonos celulares con
un micrófono supersensible en el auricular. El resto se hace con software, dice Beeby.
Establecer un nuevo biométrico, sin embargo, es una inmensa tarea. Tony Mansfield, director de evaluación de biometría en el Laboratorio Nacional de Física
del Reino Unido en Teddington, dice que el equipo no sólo tendrá que demostrar que su técnica tiene un índice bajo de falsedad, sino que también la OAE
grabada de una persona coincidirá con su OAE después de un largo plazo. "Tiene que poder reconocer con fidelidad a las personas durante largos períodos de
tiempo", dice. "Por ejemplo, una huella digital tomada a un adolescente todavía es válida cuando tiene 60".
Fuente: New Scientist. Aportado por Graciela Lorenzo Tillard
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Artículo original (inglés)
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