El precio justo de Yoss Entrevista de Rafael Grillo |
A primera vista, José Miguel Sánchez es lo que suele llamarse "un tipo pintoresco". Y tan sorprendente como su apariencia es de enigmático el seudónimo: "Yoss", con el que se ha llevado Premios David, Pinos Nuevos, Luis Rogelio Nogueras; publicado libros en Cuba como Timshel, W, Los pecios y los náufragos y Al final de la senda, además de otros en Argentina, Francia, México, Italia y España; recopilado antologías como Reino eterno; y logrado reputación con relatos realistas pero, sobre todo, como uno de los más consistentes escritores de ciencia ficción en la Isla. Ahora, tras aparecer al unísono Onda de Choque (Extramuros, 2005), compilación que incluye su cuento "El equipo campeón"; Secretos del futuro (Sed de Belleza, 2006), donde aparece el relato "Los meandros de la historia"; el cuaderno Precio Justo, ganador en el Calendario 2004 (Editora Abril, 2005); y Escritos con guitarra, una reunión de cuentos dedicados al rock por narradores cubanos antologada por él y Raúl Aguiar; creo llegado el momento ideal para invitar a los lectores a descubrir al buen escritor que está bajo el atuendo extravagante con que se pasea por las calles habaneras.
Rafael Grillo: "El equipo campeón" y los cuentos de Precio Justo giran alrededor del antiguo tema, dentro del género de la ciencia ficción, de qué ocurrirá al producirse "el Contacto" humano con criaturas llegadas del espacio exterior. ¿Por qué esa obsesión tuya y el pesimismo con que rodeas ese momento? Yoss: No quiero caer en el lugar común del entrevistado egocéntrico y gruñón que le lleva la contraria al entrevistador... pero tampoco suelo pecar de condescendiente, y déjame decirte que eso de "obsesión" le queda grande a una circunstancia muy concreta: tenía cuatro buenos cuentos de CF, cortos, todos sobre primeros contactos con seres extraterrestres, y al enterarme que el Premio Calendario había abierto una nueva categoría, Ciencia Ficción, dije "esta es la mía", los reuní en un libro y lo mandé al concurso. Tampoco estoy de acuerdo con que "El equipo campeón" sea un cuento de esa clase. Habla de las consecuencias del contacto con extraterrestres en la cultura humana... pero de lo que sucede muchos años después. Y por otro lado, ya los seres inteligentes de otros mundos son apenas un ingrediente más de la CF. De todos modos, como para rebatir todo lo dicho antes y darte al menos parcialmente la respuesta que esperabas desde el principio, te diré que personalmente creo que el día del primer contacto con seres racionales de otros mundos será una de las fechas cruciales de la historia de la humanidad. Y me aterra pensar que tal vez, con todos nuestros odios, racismos y fobias, luchas internas, egoísmos y un largo etc., no estemos preparados para recibir a nuestros hermanos de intelecto. ¿Y te parece que mi enfoque es pesimista? Pues, nones, yo soy un tipo superoptimista, y creo a pie juntillas que es tarea de los autores de CF preparar a la humanidad (empezando por sus lectores) para ese instante decisivo. No soy pesimista, repito: dibujo posibles alternativas con los colores más negros y realistas posibles porque es mi manera de evitar que sucedan: ADVIRTIENDO. Rafael Grillo: A los aficionados al género les seduce la fértil imaginación de los escritores de CF y ven esto como un gran misterio. En "El equipo campeón", a mí me fascinó que lograras concebir un deporte totalmente insólito. ¿De qué manera puedes hacer tan convincentes esas invenciones tuyas? Yoss: Uno de los recursos básicos de la CF es la llamada "suspensión de la incredulidad", que a mí me gusta llamarla "el tupe inicial". El escritor del género tiene que lograr que el lector piense a las pocas páginas: "bueno, esto no es la realidad, hay seres extraterrestres, es en el siglo XXIV, hay tecnologías que no conozco... pero si hubiera todo eso, muy bien podrían ocurrir estas cosas que se cuentan aquí". Cuando logras que tu texto alcance ese estado de gracia, ya tienes de tu parte la mitad de la pelea: ganaste un lector. La otra mitad es conservarlo, utilizando lo que los críticos del género llaman sense of wonder, el sentido de la maravilla... pero razonablemente, o sea, pasado por el tamiz de la lógica. En una historia que se desarrollara en La Habana de hoy, no tendría que darle al lector todos los detalles. Lector y autor compartimos códigos y experiencias vitales. Pero en una historia como "El equipo campeón" hay que armar todo un mundo coherente en sí mismo, y coherente también como proyección posible hacia el futuro del mundo que conocemos hoy. Es jugar al demiurgo, y es fascinante, adictivo... y muy difícil, porque exige conocer muchos detalles, ser un generalista en estos tiempos de hiperespecialistas... que es una de las razones por las que me hice escritor, porque me encanta acumular conocimientos aparentemente inútiles, con la esperanza de que alguna vez servirán para algo. Y toda esa concepción del mundo que uno ha creado hay que dársela al lector poco a poco, sin que parezcan conferencias divulgativas, simultanearlo con la trama. En cuanto a "El equipo campeón", en concreto... Yo soy un fan de las artes marciales, del fútbol y me gusta el voleibol por su dinamismo y su limpieza (pero odio el baloncesto y el béisbol). Toda esa visión personal está en el voxl. Más mucha tecnología: campos de fuerza, antigravedad, etc. El resultado es la clase de deporte de equipo que me habría gustado jugar, pero también, y sobre todo, el que podría haber creado una raza extraterrestre. Rafael Grillo: Un comentario de Fabricio González, a propósito de Los pecios y los náufragos, señalaba varias pifias científicas que se te fueron en esa novela. ¿Qué piensas de cuando se le hacen este tipo de críticas a los libros de CF? Yoss: Me alegra que cites esa crítica de mi socio Fabricio... que me pareció muy buena. Si te fijas, señala algunos errores científicos para al final decir que a pesar de todo eso es un texto que enriquece la CF cubana. O sea, veredicto favorable con algunas salvedades. Y muchos de los señalamientos eran justos por cierto, y te agradezco por darme este pequeño espacio para comentarlas. Por ejemplo: hablar de nanosatélites, cuando mis artefactos tenían casi un cuarto de metro de envergadura, fue un error craso. En realidad quise decir "satélites con componentes nanotecnológicos", pero me equivoqué, no lo vi en la revisión. Por desgracia, Los pecios y los náufragos (Ediciones Extramuros, 2000), es una versión, más mutilada que condensada, de un texto que originalmente tenía casi 250 cuartillas. Para reducirlo al máximo de 85 que aceptaba el Premio Luis Rogelio Nogueras prescindí de muchas cosas: de una historia de amor, de más episodios en el pasado, y de otro en un mundo alternativo; y entre tanto corte se me fue también la explicación de ese fenómeno de "xenogénesis" humana que contradice las teorías más actualizadas sobre el origen del hombre. Claro que todo esto suena a justificación. Debí haber revisado más y mejor, pero ese es uno de mis talones de Aquiles, lo confieso. Además creo que la CF merece y agradece esta clase de críticas tan rigurosas, pues si el lector descubre como erróneo un dato incluido por el autor, ya pierde su confianza en él y empieza a mirar con ojo hipercrítico cada siguiente detalle. Y el que busca, por desgracia, siempre encuentra... La CF no puede permitirse inexactitudes científicas, ni siquiera en nombre de una historia trepidante, ni tampoco escrituras pobres y personajes acartonados en nombre de una concepción original. Imaginación pasada por la lógica, ciencia y tecnología pasadas por la literatura, literatura pasada por el rigor científico. Todo eso es o debería ser la buena CF, la única que cuenta y puede perdurar. Rafael Grillo: Los relatos de Precio Justo desnudan con mucha ironía aspectos negativos de la realidad contemporánea. ¿Acaso te propusiste conscientemente defender a la CF del prejuicio de ser literatura escapista? ¿Y por qué de entre las vertientes actuales del género te decantas por el near future (futuro cercano) y el ciberpunk? Yoss: Muchas veces se piensa que como la CF trata de seres extraterrestres, mundos futuros, universos alternativos, es una forma de escapar del presente. Nada más lejos de la realidad. La CF es un espejo que se coloca en el futuro, o en un mundo diferente, para comprender el nuestro desde otra perspectiva. Ya sean ETs, hombres del futuro o seres de otras dimensiones, los personajes de la CF tienen siempre conflictos perfectamente coherentes con los del hombre de aquí y ahora. ¿O es que acaso hay algún modo de escribir soslayando las grandes preguntas de quiénes somos, de dónde venimos, adónde vamos y quién va a dormir conmigo esta noche? Lo de "futuro cercano" ya te expliqué que es una coincidencia: cuentos sobre primer contacto, me parece, no tienen mucho sentido si los coloco en el siglo XXX... si ya para entonces no hemos encontrado hermanos de intelecto en el Cosmos, o ellos no nos han encontrado a nosotros, supongo que habrá que resignarse a que la inteligencia es una rara avis, en la Vía Láctea al menos, aunque ni así yo me rendiría: simplemente no creo que un universo tan inmenso sólo nos albergue a los humanos. En general lo mío es más bien el futuro a mediano plazo, la space-opera, los imperios galácticos, las confederaciones de razas exóticas de seres inteligentes... ¿Y ciberpunk, yo? Que Vladimir Hernández haya incluido "El equipo campeón" en Onda de choque, que se vende bajo ese rótulo, no me convierte en un seguidor de William Gibson y Bruce Sterling. En efecto, fíjate que es el cuento menos ciber y menos punk del libro. Los hackers conectados con neurotrodos a sus consolas, la exploración del ciberespacio, las minorías tecnolibertarias, son temas que he tocado sólo de soslayo.
Rafael Grillo: Vladimir Hernández asegura que la nueva ola desatada en los 90 ha traído la madurez del género en Cuba. ¿Qué piensas de esa afirmación tú, que perteneces a esa generación y has tenido incluso experiencias en el mercado extranjero del libro? Yoss: Mira, no voy a tratar de convencerte de que hoy en Cuba hay más escritores de CF que nunca. Necesariamente somos como los capitanes de navío en Bolivia: una exótica minoría. Pero sí escribimos mejor y cada día más. Fuera de los cinco que aparecemos en Onda..., puedo citar otras voces ya muy sólidas, como Juan Pablo Noroña Lamas y Erick Jorge Mota, y nombres emergentes como Anabel Enríquez Piñeiro y Alberto Mesa Comendeiro. Además de autores como Jorge Enrique Lage y Raúl Flores, más conocidos por sus historias de realismo, pero que están haciendo una CF sorprendente. Lage fue Premio Calendario 2003 con Ojos de fuego verde, Noroña publica en la revista virtual argentina Axxón, Erick y Alberto han sido ganadores de sendos Premios Guaicán, y Anabel del Calendario de CF 2005. Vaya, que vienen pisando fuerte. El Taller Espiral nuclea a creadores muy jóvenes... y lamentablemente, en algunos casos, también muy perezosos, como Duchy Man Valderá o Víctor Hugo Pérez Gallo y Javier de la Torre, que ojalá escribieran más porque potencial tienen más que suficiente. Pero esto de la pereza parece ser un síndrome de la CF nacional. Autores como Fabricio González han preferido dedicarse a la crítica, y aunque el cuento suyo que aparece en Onda... tuvo excelente acogida en la revista Artifex de España, fuera de ése y de "Planeta espejismo", apenas si ha escrito más. Ariel Cruz escribe sin cesar... pero descontando sus colaboraciones en Reino eterno y Onda de choque, sólo ha publicado algunos cuentos en el extranjero. Vladimir Hernández ha sido dos veces primera mención del Premio Universidad Politécnica de Cataluña de novela corta de CF; hoy vive en Barcelona y publica allá con cierta regularidad... a veces hasta ¡en catalán! Michel Encinosa ha publicado Sol negro y Niños de neón, y pronto aparecerá Dioses de neón, y la novela corta Veredas. Yo, además de El advenimiento en Extramuros, tengo pendiente una novela erótica de CF en Letras Cubanas, Pluma de león, que también aparecerá este año en Ediciones Atlantis de España; así como la edición francesa de mi cuentinovela Se alquila un planeta, ya lanzada en el 2001 por Equipo Sirius de España. Hace poco el grupo editorial italiano Mercier, radicado en Cuba, nos comunicó su intención de lanzar una colección de CF cubana con destino al mercado hispanoamericano, o sea, para vender en serio. ¿Es necesaria una mejor confirmación de que se están haciendo cosas notables? Como grupo, somos heterogéneos, cada uno con su estilo y preocupaciones, pero tenemos algunas características comunes: un apreciable background de lecturas del género, que nos interesa escribir CF con rigor literario, con proyección internacional (salir del viejo lugar común nacional de los marcianos aterrizando en el platanal de Bartolo), tocar preocupaciones universales, sin renunciar al clásico humor cubano, abordar el futuro nacional a mediano y largo plazo, asimilar el erotismo y la violencia como elementos con pleno derecho del género... y mucha experimentación, que es otra de las cosas que caracterizan a la CF que se está escribiendo hoy aquí.
Rafael Grillo: Hay quienes abogan hoy por que la CF se diluya en la mainstream, rompiendo el ghetto que la separa de la llamada gran literatura, y otros que defienden la conciencia de gremio que cultiva un tipo de literatura muy específica. ¿Por cuál de esos dos bandos tomas partido? Yoss: ¿Podría decirte que por ambos? O que no estoy a favor ni me opongo, sino todo lo contrario, que suena más zen. Por un lado este mundo de hoy cambia a tal velocidad, se introducen con tanta rapidez nuevas tecnologías que alteran drásticamente la vida de los seres humanos, que cada vez parece más que ya sólo la CF, la literatura que trata del futuro, es capaz de ayudarnos a seguir el ritmo del presente. Eso podría significar no la CF integrándose al mainstream, sino algo casi impensable solo quince años atrás: el mainstream volviéndose paulatinamente más y más CF. Por otro lado, no creo que se rompa el ghetto tan fácilmente... Recalco que la CF es un género o un estilo, basado en términos y conceptos como hiperespacio, inteligencia artificial, que son ya convenciones. No hay que inventarlas de nuevo. Los autores de hoy estamos parados sobre los hombros de Asimov, Bradbury, Pohl, Herbert, Aldiss, Card, los Strugatsky, Lem y un largo etc... Pero eso también significa que si has pasado los últimos años sin leer, ver películas o jugar videogames del género, no te vas a integrar tan fácilmente al pequeño grupo privilegiado de los que compartimos el secreto. Debo informar que para los fans más acérrimos, el mundo se divide entre ellos, los escasos tipos inteligentes y preocupados por el futuro de la humanidad que disfrutan leyendo, viendo o escribiendo CF, y los otros, la gris mayoría, los tercos inconscientes sin imaginación que la odian. Y es casi tan difícil que alguien de un grupo se convierta al otro como que un monje budista se haga testigo de Jehová... Pero si romper el ghetto pudiera romper esta clasificación, supongo que a la larga optaría por que se rompiera, aunque... no sé, es tan rico sentirse depositario de una verdad exclusiva, uno en un millón, que tengo que pensarlo mejor. ¿Permites que te responda dentro de otros quince años? Rafael Grillo: Ahora bajaremos de las cúspides literarias para aterrizar en la vulgar, pero tan humana, curiosidad... ¿Por qué has optado por vestir de esa manera? ¿Esa imagen de rockero que proyectas ha entorpecido a niveles institucionales, o hasta mundanos, tu reconocimiento como escritor? Yoss: En este mundo donde muchas veces es mejor serlo y no parecerlo que parecerlo y no serlo, yo soy y parezco. Rockero hasta la médula, y 24 por 24. Nunca dejé de ir al Patio de María, ni falto demasiados jueves a los conciertos de La Tropical en estos tiempos. Y estando de viaje en España invertí mis ahorros en ver a los superclásicos Metallica y a mis adorados Aerosmith en concierto a costa de apretarme el cinturón el resto del mes. Yo empecé a oír rock a los once años, pero te juro que desde antes ya soñaba con vestirme de este modo, entre cantante de heavy y guerrero fantástico. Mis lecturas de infancia son las culpables: Los conquistadores del fuego, Conan el Bárbaro, El Corsario Negro, Sandokán, los filibusteros del Caribe, los cowboys del Far West... Y cuando descubrí que los músicos que hacían el ritmo que tanto me gustaba vestían más o menos así, pues, alea jacta est ("la jalea estuvo hecha", la traducción es mía). Y llevo veinte años en la brecha: tengo ya 37, me visto así desde los 17... y no pienso cambiar. Bueno, pregúntame mejor dentro de cincuenta años más y ya veremos, tampoco hay que ser absolutista Pero toda decisión tiene un precio. Claro que esta imagen de rebelde irredento me ha traído y me trae problemas. Lo asumo con un suspiro de resignación y una sonrisa traviesa. Podría contarte mil anécdotas: cuando en la Facultad de Biología (me gradué en el 91, y con buenas notas, algo que tampoco nadie calcula por mi apariencia) había profesores que no me querían dejar entrar a sus clases por mi vestimenta, y la decana llamó a mi madre para decirle que me llevaran al psicólogo. En el 2001, en la Universidad de Milán (porque no sólo en Cuba existen los prejuicios) el bedel no me dejaba entrar a dictar una conferencia sobre el fantástico latinoamericano... y la di de todas maneras en la plaza, con los alumnos sentados en el suelo. Soy consciente de que al verme, con la mala fama que acarrean tantos roqueros, se imaginarán muchas cosas... y lo gracioso es que soy 100% abstemio, que jamás he fumado ni consumido NINGUNA clase de drogas, que soy una persona pacífica, siempre dispuesta a conocer gente nueva, a contar chistes, que leo como un obseso, hago ejercicios físicos cada día, y que me visto a mi gusto defecándome olímpicamente en la moda. Además me gusta PENSAR, con mayúscula. Y soy estrictamente hetero... aunque aclaro de paso que no soy nada homofóbico. En todo esto hay, claro, un lado positivo, pues nadie podrá negar que, a efectos de marketing (literario y personal), mi imagen es un exitazo: única, contradictoria, en fin, vende: "El escritor roquero". Supongo que para muchos "intelectuales serios" simplemente no encaje con la apariencia sobria que debe tener un escritor. Bueno, pues es su problema, no mío. Que amplíen sus conceptos. Como veo que funciona el asunto, no seré candidato al Premio Nacional de Literatura hasta el 2035, a los 66 años. Así que sólo debería considerar que mi aspecto ha perjudicado mi carrera si en el 2050 todavía no me lo han dado, ¿no? Rafael Grillo: Tu vieja pasión por el rock, y la de tantos otros, fue finalmente recompensada con la publicación de Escritos con guitarra. Cuéntame algo de los avatares de esta antología... Yoss: Este es un viejo proyecto que empezó a tomar forma a finales de los 90, cuando Raúl Aguiar y yo decidimos recopilar los cuentos de rock que conocíamos con vistas a un futuro libro temático, y por casi cuatro años buscamos cuentos por todo el país. No están todos los que son, pero sí son todos los que están. Es una antología sobre los rockeros, para los rockeros, y dadas las preferencias musicales de muchos de los autores, al menos en un 60% hecha por rockeros. Raúl redactó una primera versión del prólogo, muy estirado y académico. Yo estaba entonces en Roma y me la mandó por e-mail. La leí y me pareció buena... para empezar a despalillarla. Le quité almidón y le puse más humor e irreverencia. Eso incluyó ponerle ese título que a muchos les ha parecido provocativo, y que lo es a propósito: "El tema prohibido (o casi)". En la selección, como fuimos dos, el principio de inclusión fue: si a uno le gusta, va al índice aunque el otro refunfuñe... y creo que así el libro salió ganando. Y en vez de construirlo en base al gusto estético exclusivamente, también está el juicio estético. Está todo lo que creemos que es bueno aunque no nos guste, y no sólo lo que nos gusta, aunque no sea bueno. En las notas biográficas y comentarios quise mantener el estilo que utilicé en Reino eterno, pues si tanto el fantástico como el rock no son considerados temas muy serios para la narrativa, ¿por qué poner currículos almidonados hablando de fechas de nacimiento, libros publicados y premios? La informalidad encajaba, y algunos lectores me han dicho que disfrutaron casi tanto los comentarios como los propios cuentos. Rafael Grillo: Ahí incluiste una pieza tuya: "666 (un cuento articulado)", donde como has hecho en otras ocasiones, tus personajes son tomados con nombres, pelos y señales, de la vida real. Me pregunto si no arriesgas demasiado con ese exceso de sinceridad y la falta de anonimato de tus protagonistas... Yoss: Sé a que te refieres... y como no soy bueno para los circunloquios y los sobreentendidos, agarraré al toro por los cuernos. Y este toro se llama "Aporías de Ayalí", el cuento que publiqué en julio del 2000 en la revista Unión, describiendo la vida de una muchacha del mismo nombre que vivía cerca de mi casa. ¿Arriesgar demasiado? Riesgo es mi otro apodo y tampoco muy secreto. Una aclaración: nunca calumnio, todo lo que digo es cierto... Ayalí pudo reclamarme que no tenía derecho moral a hablar sobre ella, pero no puede decir que mintiera o exagerara. Aquello fue "un experimento metatextual", y digo así para tratar de legitimar un atrevimiento kamikaze, irreverente, y sin pensar en las consecuencias, poniéndole un nombre más o menos científico. Quería escribir una historia que no terminara en el texto, que picara y se extendiera hasta la vida real, como las ondas al arrojar una piedra al agua. Y vaya si lo logré. Pero también me costó caro: me sometieron a un Consejo Ético en la UNEAC y me suspendieron por dos años los derechos como miembro. ¿Valió la pena? ¿Los dos años y toda la mala fama de arrogante, prepotente, machista y hambriento de notoriedad que me atrajo? ¿La polémica, el artículo-respuesta, supuestamente lapidario, de Mirta Suquet en la revista Extramuros? ¿Sirve la vida para hacer literatura, o es la literatura algo que puede modificar la vida? Creo que ambas posiciones son igualmente válidas. Si de algo sirve, aprendí la lección... hoy por hoy, no hubiera publicado esas "Aporías...", no al menos con el nombre real de la protagonista. Pero digo y me contradigo: los personajes de "666, (un cuento articulado)" tienen muchas veces sus nombres reales o los apodos por los que todos los conocían: Eicidici, El Liebre, Frankenstein, el Diony, Skippy, Mick Jagger, Irving, yo mismo. Pero nada digo de ninguno que no sea ya leyenda urbana, mito roquero, vox populi. Nada denigrante, nada que no hayan contado mil veces, que no pertenezca a todos. Porque "666..." no es sólo ficción: alguien me dijo que si se lo hubiera leído antes no le habría hecho falta el prólogo, y eso es lo que quería: juntar realidad y ficción del rock en Cuba y en el mundo en una historia interminable... igual que el rock, que está vivo, que no muere, aunque sus protagonistas se hayan ido antes. Rafael Grillo: Para terminar, ¿por qué elegiste el sobrenombre de Yoss? Yoss: Creo que te he dado una entrevista "a camisa quitada". Así que ahora, en lugar de contestarte directamente, voy a cerrar al estilo travieso y experimental que tanto me gusta, y les propongo, a ti y a los lectores del Caimán, que consideren las siguientes posibilidades y marquen con una equis la versión que les parezca más adecuada: Yoss es un triple acróstico egocéntrico megalómano: Yo Os Seré Sincero; Yo Omitiré Sus Secretos y Yo Omnipotente Ser Supremo. También una versión más poética podría ser Yo Oscuro Silencio Suspicaz. Parecía un buen seudónimo, además del significado de que hay muchos Yos en mí... Yoss es el nombre de un guerrero, personaje de una de mis primeras historias de fantasía, Sueño de paladines, y me gustó tanto cómo sonaba que lo adopté cuando tuve que mandar con seudónimo a mi primer concurso. Yoss es el modo aproximado en que sonaba mi nombre "José" en boca de una profesora de Educación Física que tuve en la secundaria, magnífica atleta y pedagoga... pero con graves defectos de pronunciación. Yo era su monitor, y todos mis compañeros de aula acabaron llamándome por ese apodo al final de aquel curso, aunque luego cuando entré al pre casi lo olvidaron. Pero al tener que elegir un seudónimo para mandar a concursos tomé +ese... y con el tiempo ya soy más Yoss que José Miguel. Una combinación de las tres opciones de arriba. Ninguna de las cuatro posibilidades anteriores. Publicado con autorización de "El caimán barbudo" Ilustrado por Valeria Uccelli |