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Anotaciones en una libreta.
Sobre Heliconia - Primavera

por C. Pablo Lorenzo

La costumbre de anotar en una libreta todo aquello que me resulta interesante provoca, de manera indefectible, un caos.

Trato de ser ordenado sin lograrlo. La mayor parte del día me la paso ordenando. Aún así una pila de libros y apuntes se acumulan en la mesa de trabajo.

Mi libreta es lo más difícil de desentrañar, es de dimensiones pequeñas con espiral a los costados y casi siempre va acompañada de un lápiz ínfimo. El orden exterior se destruye al abrir y ver las anotaciones de una veintena de diferentes temas: cuentas, teléfonos, y por sobre todas las cosas, ideas e impresiones literarias.

En las tres primeras páginas hay una síntesis, acotada con guiones, de pensamientos sobre la feria del libro local de este año. Es tarde para escribir sobre eso, de alguna manera se está transformando en una novela por los agregados. Es que, a meses de acaecida la feria, no he asimilado todavía los sucesos. Soy de digestión lenta. Después de comer me tengo que dormir una siesta por muy breve que esta sea. En este caso es larga.

Pasando dos hojas más donde tengo unas anotaciones que jamás entenderé, aparecen los apuntes que son objetos de esta crítica.


Anotaciones de la primera página

-Filología
-Historia
-Antropología (Desmond Morris)
-Patología
-Biología
-Cosmología
-Astronomía
-Geología climática

Si leyéramos los reconocimientos al final de Heliconia - Primavera todas estas ciencias con sus representantes ilustres aparecerían. En la novela se ve reflejado ese rigor científico.

Heliconia es un planeta un poco más grande que la tierra, tiene dos soles que lo alumbra, dista mil años luz de nuestro planeta, los humanos nativos conviven y compiten por el dominio planetario con los phagors, unos seres parecidos a los yetis pero con cornamenta y otras particularidades. La vida vegetal y animal es tan diferente como lo es en Invernáculo del mismo autor, novela recomendable donde la tierra se ve invadida por la vida vegetal dominante y evolucionada, imperdible. En ambas novelas las particularidades son delicadamente presentadas y nos llevan al asombro por la capacidad creativa del autor. La ciencia ficción permite lucir a la gente que tiene ideas.

No escatima ningún recurso, ni deja cabos sueltos en la construcción de la sociedad basada en el personaje Yuli y sus descendientes que serán los focalizados en la trama social, tampoco en el habla pues construye un nuevo idioma que nos será presentado de manera gradual.

Históricamente la sociedad se encuentra en una etapa religiosa en su paso a la feudal. Transcurren muchos siglos y generaciones. El frío y la oscuridad se van alejando progresivamente, de ahí el título. Es un renacer, aunque el pasado tiene un peso terrible, relevante, inevitable y cíclico.

Que Aldiss haya solicitado consejo a Desmond Morris, autor de El Mono Desnudo —obra invaluable sobre el estudio humano antropológico y la cual ha producido secuelas en mi modo de ver a la humanidad—, es una clara noción del cuidado del detalle. Si bien en esta primera parte de la trilogía los protohombres están presentes, no son descriptos en demasía.

Lo que no se priva de describir son los virus que producen cambios en la población animal, #la fiebre de los huesos# nada tiene que envidiarle a la peste, y es un virus que ataca tanto a phagor como a humanos. Sabemos estas cosas por que alrededor del planeta gira una nave espacial terrícola que estudia al planeta y manda a la tierra la información, los datos tardan mil años en llegar después del envío del #Avernus#. Esta visión terrícola es la que nos permite armar el relato desde de Yuli que sale de las heladas zonas de Sibornal; llega a las profundidades donde se esconden los humanos para huir del frío y donde los sacerdotes de Akha rinden culto a una estatua de piedra, se hace sacerdote; huye y se asienta en Oldorando y sus alrededores donde posteriormente su descendiente Laintal Ay será el que tomará el hilo narrativo en una Heliconia cálida, donde resurge las intenciones de expansión geográfica, de conocimiento, y el deseo de redescubrir el pasado.

Los rajabarales que echan calor en su copas son una especie de secoyas gigantescas que albergan la vida de los vidriados en las épocas de frío, luego se transforman en mielas, multicolores seres similares a los equinos que permitirán, por sus pieles, una cierta coquetería en las mujeres, una abundante caza para los hombres, y deseos de conquista a un Aoz Room gobernador de Oldorando. Este solo árbol nos da la clave de la importancia que Aldiss le da a la biología y a la botánica, con leer Invernáculo sabrían de lo que hablo.

Un mundo diferente con años más largos desde la medida del sol más cercano: Batalix que será el que rige a los phagors, pues cuando éste domina Heliconia es helado y ellos están preparados para eso. Freyr es un sol más distante, pero más grande y caluroso, los humanos son denominados por los phagors como#los hijos de Freyr# cuando el planeta se acerca en su elipsis, se eleva la temperatura y todo empieza a florecer; es el momento cosmogónico de la historia. Ambos soles se interponen produciendo eclipses que luego tardarán miles de años en producirse. Lo mismo pasa entre phagors y humanos, dos soles han permitido dos formas de vida coexistentes en continua batalla.

El año de Freyr dura aproximadamente mil ochocientos años, de ahí se deslinda que cada estación dure trescientos años y la cultura anterior sea tan sólo visible en algunos edificios que sobrevivieron a la glaciación

Los cambios de clima van a la par de la sociedad; en este caso el hombre es dominado por las fuerzas climáticas, y son protegidos y golpeados por ella. Pero estamos en la primavera.


Anotaciones de la segunda página

-Apastrón (más frío)
-Periastrón (más cálido)
-Corusco (alma, fantasma, espíritu)
-Eddre: Alma: raíz: esencia: ser
-Matices del lenguaje
-Catábatico
-De Rerum Natura, 55 AC - Lucrecia

Hay libros que te enseñan, no con un intención didáctica pura, pues nada práctico podremos sacar de un planeta a mil años luz de distancia. Sí ya sé... el ejemplo. Pero ésa no es la intención de Aldiss, que ha sido encasillado en el New Wave de manera simplista por algunos críticos. Claro que se preocupa por la naturaleza y en sus obras —por lo menos las que yo leí—, tienen indefectiblemente una carga ecológica. Se puede ver el miedo del hombre por la destrucción de la biodiversidad, no lo niego. Lo que sí creo es que es más clara es la intención de contar una historia, de crear mundos desde la base del nuestro y llevarlos a límites más extraños e interesantes. Desde ese posicionamiento nos permite introducir un vocabulario que podría resultar poco interesante a los que no les interesen las palabras; no es mi caso, términos como apastrón, momento más frío en el giro del planeta, y periastrón el más cálido, podrían resultar un dato que no usemos nunca pero es enriquecedor saberlo.

Otras palabras nos meten en el cambio filológico, una palabra creada por Aldiss tiene la veracidad de poder abarcar a muchas acepciones, así corusco será a la vez alma, fantasma y espíritu. Una fuerza que se consulta en busca de sabiduría que parece recaer tan sólo en las mujeres y en la academia que éstas defienden.

Las variantes de significado de eddre: Alma: raíz: esencia: ser, nos diferencian del término anterior por su carga de afecto, mientras que el corusco pertenece a lo oscuro el eddre es lo claro; las dualidades son tan grandes como sus diferencias, dos soles, dos formas diferentes de nombrar una cosa que nos introduce en esos matices del lenguaje que también utiliza Tolkien.

Quedan agujeros e interrogantes, palabras que no he encontrado el significado como catábatico, pero sigo buscando.

En un círculo dentro de otro círculo como el que aparece en el preludio, aparecen abriendo y cerrando el volumen dos párrafos del De Rerum Natura, de Lucrecio, escrito en el año 55 AC. Evidente disparador y posterior resumen de Heliconia - Primavera. Por eso digo que el libro invita a investigar, me dieron ganas de leer la obra de Lucrecio y si un libro produce que tengas ganas de leer otro, el resultado es maravilloso.


Últimas anotaciones dispersas

-Prodos
-Quemes
-Pogotordo (Planta)
-Escantion (Planta)
-Cataplexia
-Hipogeas (Subterráneas)

Aldiss trata con sutileza los acercamientos sexuales, describiendo el nuevo despertar de unos seres que durante generaciones vivieron bajo tierra y en temperaturas bajísimas. El calor trae aparejado no sólo la vegetación y el retiro del hielo, sino una cultura más abierta al descubrir la desnudez y la sexualidad: prodos y quemes se unen y aumenta la población. Esta anotación nace de esa curiosidad casi infantil que tenemos ante las palabras que denominan cosas ocultas. Me veo en mi juventud buscando palabras prohibidas, por el simple afán de encontrarlas y pelear por aseverar que si están en ese libro se pueden decir. Años después la sociedad refrenó mi ímpetu y supe del valor del buen gusto y la sutileza, Aldiss trabaja muy bien ambas, no hay lugar para la risa socarrona.

Pogotordo y escantion son plantas, un par de las muchas que hay en Heliconia. Lo vegetal, la exaltación del verde, es una presencia fuerte en la segunda mitad del libro. Los bosques se hacen murallas verdes y aparecen formando una parte importante del final de este libro.

Cataplexia es una palabra que aún no he encontrado, pero hipogeas es algo perteneciente a lo subterráneo. Este vocabulario es lo que nos permite avanzar en la adquisición del famoso bagaje cultural. Sin una curiosidad por parte del lector, éstas, y muchas cosas más, se perderían. Nos quedaríamos debajo de la tierra rezando a Wutra o Akha. Es la inquietud la que hace brillantes a las mujeres como Shay Tal, creadora de la academia para rastrear en el pasado hasta la verdad impactante, la que permite a su pueblo que gane algunas batallas sobre los phagors; es en las preguntas de Vry sobre el funcionamiento de la máquina celestial donde se hallan las respuestas a sucesos que se reiteran; es en la necesidad de Oyre de buscar algo más importante lo que obliga al héroe a domar los mielas. Las mujeres de Heliconia en ese momento de renacimiento de su cultura son las que empujan a su pueblo hacia la sabiduría. A nosotros, los lectores, Aldiss nos permite espiar los sucesos como si estuviéramos en la nave Avernus, catalogando los hechos tanto en el orden planetario como en el biológico, miramos desde arriba y nos sentimos identificados por esa sociedad precaria porque, de algún modo, todos los universos inventados por el hombre están basados en el que conocemos.

La trilogía de Brian W. Aldiss se compone por Heliconia - Primavera, Heliconia - Verano, Heliconia - Invierno. Esta crítica pertenece a la primera parte. Como en toda saga, la continuidad de la lectura permitirá formar una síntesis de unidad lógica. Para ello deben esperar a que logre hacerme tiempo para leer las dos partes siguientes —ya empecé la segunda parte— y en cuanto a mi libreta, por lo menos he logrado arrancarle un par de páginas y tachar algunas anotaciones en páginas dispersas, es probable que sea un principio de un orden mayor... ya veremos.



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