Revista Axxón » Cartas axxónicas, diciembre de 2009 - página principal

¡ME GUSTA
AXXÓN!
  
 

INTERNACIONAL

 

Córdoba, 13 de Noviembre de 2009

Eduardo:

Otra vez con la depre, me temo.

Decirte que todos los días le echo una mirada a «Axxon», que leo los artículos y los cuentos en mis tiempos libres (que no son muchos, pero existen), que he tenido la grata sorpresa de ver publicados algunos de los cuentos que analicé para Laura… no sé si te ayuda.

No sé si te dice algo.

Pese a escribir Ciencia Ficción desde hace mucho, tengo una pobre idea de lo que es el manejo informático. Menos aún comprendo las dificultades que conlleva la creación y el mantenimiento de un sitio… ni las satisfacciones que puede llegar a dar.

Me han hablado de que haga un blog personal. No he aceptado porque, por un lado, no sabría muy bién cómo hacerlo; y por el otro, no sabría qué poner en él.

Tengo una amiga que tiene su blog. Publica allí sus cuentos, sus poemas, sus críticas cinematográficas y comentarios varios, aparte de poner imágenes. A veces transcribe cuentos que ya ha publicado en papel, lo que significa que los contenidos tienden a reducirse, su renovación a espaciarse, etc.

Nunca le he preguntado cuánto le insume de tiempo y recursos, para un blog que vemos unos pocos de su amistad.

El caso de «Axxon» es diferente. Somos muchos los que sabemos, somos muchos los que accedemos… y tal vez te haría falta (si es que no lo tienes ya) un registro de visitas.

Eso debe significar algo, supongo.

Dicen las Escrituras, no recuerdo dónde, que «El que ponga su mano sobre el arado y mire hacia atrás no alcanzará el Reino de los Cielos».

Interpreto eso como lamentarse sobre un pasado que es fáctico —y por tanto inmodificable— en vez de continuar hacia delante en la construcción de la propia vida.

No obstante, estimo que a veces está bien revisar lo que hicimos. Si lo hicimos bien es una satisfacción saberlo; si lo hicimos mal es una forma de enmendar los errores hacia el futuro. Pero no para llorar sobre lo que se pudo hacer y no se hizo.

Recordarás que, hace algunos años, vino una ola de nostalgia inspirada sobre todo en el filme «Tango Feroz» de Marcelo Piñeiro. Hubo un «revival» de ese tiempo irrecuperable por muchos motivos, que se quedó en la vacía imitación.

En lo personal, le tengo miedo a la nostalgia y su poder paralizante. Considero que si empleamos nuestras energías en evocar ese pasado discutiblemente mejor, no nos quedarán fuerzas para pensar en el futuro.

Y así el futuro lo piensan otros.

Somos ambos autores de Ciencia Ficción. Cuando escribiste «Defensa Interna» la nanotecnología estaba más que en pañales y, sin embargo, vemos que ya se están desarrollando recursos médicos como los que anticipaste. No exactamente igual, pero se acerca bastante.

En lo personal, sabemos que las ondas sonoras de baja y alta frecuencia afectan al ser humano, aunque no se sabe todavía cómo. También sabemos que «aquellos que piensan el futuro en nuestro lugar» no cejan en su afán de dominación. No sería extraño que intentasen usar esas tecnologías para controlar a las personas. Yo lo reflejo en mi cuento «Radio Maldita», que obra en tu poder.

Entonces, mi parecer es que no somos un club literario; somos pensadores del mañana, sólo que en vez de escribir sesudos tratados para llegar a la inteligencia de unos pocos que puedan entendernos, escribimos historias para llegar con empatía a la mayoría de las personas.

Aunque sea con la intuición, vemos el porvenir. Como Oesterheld vio las masacres que viviríamos y las reflejó en «El Eternauta».

Aclaro bien: No es que seamos visionarios ni que tengamos un poder especial. Simplemente conocemos al ser humano en sus grandezas y sus miserias. Sabemos que somos como esas viejas casitas del tiempo, donde salía la viejita y entraba el viejito, o viceversa, según el tiempo que hubiese.

Sólo que en los seres humanos la viejita es la Madre Teresa de Calcuta; y el viejito es el Doctor Joseph Menguele. Los dos están en nuestro interior, uno más afuera que el otro según la crianza que nos hayan dado, según el estímulo que los tiempos impriman.

Asimismo, tenemos la capacidad de imaginar historias y contarlas. Si a eso le agregamos la posibilidad de publicar en «Axxon» el procedimiento es redondo, pero no cerrado.

¿Que no obtienes demasiados ecos? Cierro mi carta evocando a las Escrituras. En nuestro caso se puede aplicar la Parábola del Sembrador. Desde «Axxon» y desde otros lugares lanzamos nuestras semillas, las que tienen destinos diversos como la indiferencia, el apasionamiento, el rechazo, etc.

Pero con que unas semilla caiga en el lugar adecuado, germine y de fruto, creo que habremos cumplido.

Y personalmente creo que ese destino lo tiene más de una.

Un abrazo y arriba el ánimo.-

 

Fernando José Cots

 

 

Gracias, Fernando. ¿Depresión?, y claro, puede ser, igual yo creo que no me vence. Eso es lo importante. Es como el tema del miedo, ¿es bueno no tener miedo? Dicen que no es sano, y que lo importante no es el no tenerlo, sino vencerlo cuando llega. Si uno no se deprimiera por las cosas que pasan, quizás no se preocuparía de nada y entonces todo seguiría igual. Si se está con una espina clavada en el alma, algo habrá que hacer. Bueno, si antes no te mata. Yo suelo ponerme a hacer, es mi naturaleza. Espero que todo esto no suene depresivo… No es la intención.

Eduardo J. Carletti

 


Desde que abrimos la Lista Axxón se han anotado enormidad de personas, y por esto muchas opiniones que antes se intercambiaban por el Correo ahora se presentan y discuten día a día en la Lista. No me pareció razonable extraer textos de opinión de ella para ponerlos aquí, ya que son medios diferentes. Espero que alguno de los «Listeros» mande de vez en cuando una carta para este Correo. No sea que lo dejemos huérfano…


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