«Entrevista a Víctor Conde», por Ricardo Germán Giorno
Agregado en 11 marzo 2012 por dany in 228, Artículos, tags: EntrevistaARGENTINA |
Víctor Conde |
AXXÓN: ¿Hay algún hilo conductor entre Hija de lobos, Crónicas del Multiverso y Oniromante?
Víctor Conde: Sí que lo hay. Todas mis novelas transcurren en el mismo universo, aunque parezca que no. Incluso las más futuristas. Lo que ocurre es que cuando juegas con la idea de los miles de universos paralelos, cualquier historia en cualquier ambiente posible puede relacionarse con las demás. La idea básica es que en la primera novela del Metaverso, El tercer nombre del Emperador, se crea una pléyade de realidades paralelas con las que los protagonistas deben lidiar. A partir de ahí, yo sitúo todas las demás novelas de mi producción literaria en alguna de esas realidades, y pueden (y de hecho lo hacen) interconectarse entre ellas con facilidad.
Te pongo unos pocos ejemplos: En Hija de Lobos se habla de un libro oscuro, el compendio de todo mal, llamado Órganon Maleficarum, que sería como una especie de Necronomicon de mi universo. Pues en la saga de Heraldos se nombra ese libro, aunque bajo otras encarnaciones más demoníacas, y de hecho lo abren y lo consultan varias veces. En El teatro secreto se nombra una sociedad secreta de gran importancia en el devenir de los acontecimientos del siglo XX, la sociedad para caballeros Noel Harrow (de clara inspiración lovecraftiana, y aquí apunto más al juego de rol que a las novelas del maestro de Providence). Esa sociedad vuelve a aparecer en Hija de Lobos, donde además tiene un papel predominante.
Oniromante y Mystes transcurren en la Variedad, que es el cúmulo estelar protagonista de Crónicas del Multiverso, y salen en ellas conceptos filosóficos y tecnológicos que ahora estoy desarrollando en la nueva novela de la serie, cuya acción salta al «universo madre» de El tercer nombre del Emperador.
También en la saga de los Heraldos se habla de los relojes de Alestes, que son protagonistas de su propia novela steampunk. Y así podríamos seguir tendiendo hilos hasta el infinito.
A nivel argumental, cierto es, las novelas futuristas no se tocan con las que transcurren en épocas más antiguas. Podríamos decir que existe una continuidad temática y argumental entre la saga del Metaverso (El tercer nombre del Emperador – Mystes – Crónicas del Multiverso – Oniromante) y mis otros universos futuros (Piscis de Zhintra – El dragón estelar), pero ninguna de ellas se cruza (argumentalmente, quiero decir) con Naturaleza Muerta, Hija de Lobos, Heraldos de la Luz, Urbys o Malpaís.
¡Es complicado hasta para mí!
AXXÓN: ¡Qué producción! Y me da mucho gusto que sigas escribiendo. Te noto entusiasmado. Ahora bien, en la pequeña bío que aparece en AXXÓN, luego de cada texto tuyo, dice que escribís, entre muchos temas, dentro de la «Fantasía Medieval». ¿Podrías ampliar el concepto?
VC: No, no escribo dentro de la fantasía medieval. Al menos no exclusivamente. Sí que es cierto que algunos proyectos que ahora estoy desarrollando se encuadran dentro de ese género (novelas al estilo Juego de Tronos o El señor de los Anillos, para que nos entendamos, y siempre salvando las distancias entre esas obras maestras y mis novelillas). Pero son sólo novelas puntuales. Entre ellas está La Orfíada, una novela medieval que es mi proyecto más ambicioso hasta la fecha, y la saga de Gemagrís, que espero publicar dentro de poco en España.
AXXÓN: Ah, ya entendí. Andan por ahí trolls, orcos y elfos. Cambiando de tema: ¿por qué «Multiverso»? ¿Qué te decidió a escribir siempre pensando el él?
VC: En realidad la saga se llama «saga del Metaverso», lo que pasa es que para la novela del premio decidimos que «multiverso» era un nombre más afín al gran público. Pero en el fondo viene a ser lo mismo. El Metaverso es un conjunto de realidades paralelas que tienen un tronco común, que son los acontecimientos descritos en la novela El tercer nombre del Emperador.
AXXÓN: Por lo general, cuando querés unir la fantasía a la ciencia ficción, ¿el resultado es más fantasía?
VC: Uhm… sí, podríamos decir que sí. La ciencia ficción especulativa nunca me ha interesado demasiado. Soy fan de esa vertiente del género en que se englobarían novelas como La Fundación, Dune, Hiperion… es decir, novelas que no tratan de predecir de ninguna manera el futuro, sino de contarte en clave futurista historias legendarias que en otros tiempos y bajo otros paradigmas, podrían haber sido arropadas por la tragedia griega o la épica homérica. En fin, novelas fantásticas en un entorno futurista. Esa es la ciencia ficción que verdaderamente me atrae. Me gusta forjar nuevos universos complejos, no predecir como un pitoniso adónde se dirige este en el que vivimos.
AXXÓN: ¿Me parece a mí, o es cierto que en España prendió más la fantasía que la ciencia ficción?
VC: Va por épocas, como todo. A veces se pone de moda un género y luego pasan los años, el género se agota y surge otro para tomar el relevo. Los zombis, por ejemplo, llevan un par de años siendo los reyes de la función, pero ya están devorándose a sí mismos, si me permites el chiste. Han pasado por tantas fases y tan rápido que ya solo les queda entrar en la recta final de la autoparodia.
Tradicionalmente, en mi país siempre se ha despreciado la ciencia ficción (hablo del gran público), ya que no lo veíamos como un género nuestro, de nuestra cultura, sino como algo heredado del mundo anglosajón. Por fortuna ese pensamiento de viejos está cambiando, y ya hay nuevas generaciones que adoran la ciencia ficción y la fantasía, y de hecho en el mundo juvenil es lo que más se vende, con diferencia. Incluso algunos autores de mainstream español se han tratado de pasar a la ciencia ficción en ciertos momentos, con resultados más bien discretos (es lógico, no dominan el género), pero es una buena noticia. Significa que hay vientos de cambio.
AXXÓN: A lo que voy es a lo siguiente: ¿para vos «Star Wars» es ciencia ficción o fantasía?
VC: Es «space fantasy» :)
AXXÓN: ¿Podrías ampliar un poco?
VC: Bueno, yo diría que Star Wars encaja perfectamente en la definición que Brian Aldiss dio del género en 1973. Él decía que «la respuesta a las nuevas conquistas ha procedido de un sector de la literatura conocido como ciencia ficción. Aunque ingenua y cruelmente «si bien a veces todo lo contrario», la ciencia ficción trata de humanizar confines que de otro modo solo existirían en forma de conceptos matemáticos. Los escritores de ciencia ficción son aquellos que han llevado la Palabra a lo desconocido.» En este sentido, un autor de ciencia ficción es aquella persona que coge elementos ficticios que entran dentro del rango bien de lo «probable aunque no todavía posible», o bien de lo «fronterizo con el territorio de los sueños y las leyendas», y les da cuerpo literario. Star Wars encajaría en este último sector: es una puesta al día de las viejas leyendas artúricas y helénicas, más fantasía que ciencia en sus planteamientos, al que un autor (Lucas) ha conferido una nueva pátina visual. Para mí, de hecho, Star Wars es absoluto cine de autor.
AXXÓN: La siguiente pregunta es más una duda que me persigue desde hace un tiempo. La cosa es más o menos así: yo pienso que los escritores de ciencia ficción corremos con desventajas comparados con, por ejemplo, un escritor costumbrista y/o de comedia romántica. Lo digo porque el público puede ver hasta el hartazgo cien variaciones de «Cuando Harry conoció a Sally» pero no puede soportar dos películas diferentes donde el argumento se base en un robot que recibe un rayo y adquiere conciencia de sí. Como que la ciencia ficción debe tener continuamente ideas innovadoras. ¿A vos qué te parece?
VC: Bueno, yo creo que sí, que podemos aguantar variaciones sobre el mismo tema. Te pongo un ejemplo bastante curioso: Hiperion, uno de los grandes títulos renovadores del género en los 90, tiene de fondo el mismo arco argumental que… ¡Terminator! Pues sí, si nos ponemos a analizar la trama que hay de fondo en la novela, nos daremos cuenta de que es la misma que la de la película de James Cameron, lo que pasa es que aderezada con mil cosas más que la vuelven barroca. Y así podríamos nombrar muchas más. Dune te cuenta la misma historia que Hamlet, solo que en un futuro donde el petróleo y los árabes… perdón, quise decir la especia y los fremen… son los que tienen el control.
AXXÓN: ¿En qué lugar de España naciste? ¿Seguís viviendo ahí?
Víctor Conde |
VC: Nací en un archipiélago cercano a la costa africana llamado Canarias. Las islas pertenecen a la Corona de España, y en la actualidad sigo residiendo en ellas, en concreto en la isla de Tenerife. Es un sitio bastante aislado del continente europeo, lo cual te crea bastantes problemas si eres de esas personas inquietas a las que les gusta moverse mucho, pero mientras haya aviones no hay de qué preocuparse. ¡Al menos hasta que inventen los teleyectores! (ríe).
AXXÓN: Y en tu juventud en Tenerife, ¿qué libros te marcaron?
VC: Recuerdo con mucho cariño tanto las grandes space óperas como Dune o Hiperion, así como las novelas de la época buena de Stephen King (El fugitivo, La larga marcha, etc.) y los cuentos de hadas de Michael Ende (La historia interminable). Alrededor de esos autores, junto con otros como Clarke o Jack Vance (¡uno de mis favoritos!), orbitó mi aprendizaje literario. De todos modos te diré que el cine fue una enorme influencia para mí, incluso más que la literatura, aunque sea políticamente incorrecto decirlo.
AXXÓN: ¿Algún hispanoamericano que te guste?
VC: Borges, por supuesto. Aunque adoro a muchos de los actuales, sobre todo a algunos cuyos cuentos he tenido el placer de leer en vuestra revista. Soy muy fan de Eduardo Carletti, de quien he leído cosas realmente sorprendentes; de Altamirano, de Waquero, de Gardini, de Yoss (a quien tuve el placer de conocer en la Semana Negra de Gijón), del gran Vladimir Hernández… en fin, de mucha gente que ha aportado grandes cosas al género desde las páginas de muchas revistas y libros, y sobre todo desde Axxón.
AXXÓN: Desde mi punto de vista tenés una prosa dinámica, que invita a seguir leyendo. ¿Ya vino con vos o tuviste que trabajarla?
VC: No, tuve que hacerla evolucionar muchísimo. De hecho, la gente que ha seguido mi trayectoria como autor coincide en que mis novelas actuales no se parecen en nada a las del principio. Eso me crea varios problemas, sobre todo con la serie del Metaverso, mi serie más famosa. La primera novela de esa saga, El tercer nombre del Emperador, es un libro novel, y se nota mucho cuando lo lees. Luego la gente lee sus continuaciones, Mystes y Crónicas del Multiverso, y me dicen «¡Es que parece escrita por otro autor!». Eso es porque yo he evolucionado mucho en estos diez años. Por eso, uno de mis proyectos para el futuro es reescribir completamente aquella novela fundacional, adaptándola a mi nivel de prosa actual aunque respetando al cien por cien las ideas y el trasfondo humano y dramático, para que los fans puedan leer una buena novela de género, no un libro novel. Y poder reeditarla en condiciones, claro.
AXXÓN: ¡Qué interesante! ¿Y cómo sería eso de reescribir completamente una novela fundacional, adaptándola a tu nivel de prosa actual aunque respetando al cien por cien las ideas y el trasfondo humano y dramático? Suena difícil, je.
VC: Bueno, supongo que es contar la misma historia, exactamente la misma para que no se pierda nada del espíritu original de la novela, solo que con mejores palabras (ríe). No, en serio, yo soy en este sentido como George Lucas: creo en la actualización y en la mejora de las obras pasadas. Eso de «aquella obra se escribió así y jamás hay que tocarla, esté bien o mal», no me parece una buena idea. Es cierto que ese concepto de revisitación de clásicos choca un poco con el principio básico del «vamos a dejar las cosas como están». Pero qué quieres que te diga, si algo se puede mejorar y yo estoy aún vivo para hacerlo, ¿por qué no intentarlo?
Con esto no quiero decir que piense hacerlo con todas mis novelas, ojo, la inmensa mayoría me encanta ya tal y como están. Pero a El tercer nombre sí que pienso darle algún día un repasillo a fondo…
AXXÓN: Por aquí me topé con muchos a los cuales les leí sus cuentos y luego les sugerí correcciones de estilo. Varios me respondieron: «No importa cómo esté escrito, lo que vale es la idea».
VC: No, no estoy de acuerdo. Eso es como decir que lo que importa de una película es el guión, y no importa cómo esté realizada. Para que una obra de arte de cualquier tipo esté bien, tiene que estarlo a dos niveles: de planteamiento y de ejecución. Una novela o cuento debe ser fantástico a nivel conceptual, de ideas, y a nivel de desarrollo también. No olvidemos que estamos haciendo literatura, al fin y al cabo, y una prosa elegante y bien orquestada ayuda muchísimo al disfrute de una idea.
AXXÓN: ¿Tenés un círculo de gente amiga (o extraña) que te lea tus trabajos, previo a la publicación?
VC: Sí, empezando por mi mujer, que es una excelente lectora y correctora, y unos amigos en cuyo criterio confío. Además está la gente de la editorial, claro, que siempre hacen una fantástica labor de corrección.
AXXÓN: ¿Y qué fue lo que te decidió para que te largues a la aventura de escribir? ¿Algún hito en tu vida o una sucesión de pequeños acontecimientos?
Víctor Conde |
VC: Una sucesión. Siempre fui un gran fan de la literatura, es, como yo la llamo, mi principal vicio desde que era niño. Pero también me he interesado muchísimo por el mundo del cine. De hecho, en la actualidad trabajo dentro de él (ríe). Pero cuando me decidí a escribir El tercer nombre del Emperador, venía de haberme dado contra varios muros impenetrables, derivados del hecho de que en España, en aquel entonces y ahora, era absolutamente imposible llevar a la pantalla las fantasías que se me ocurrían. Yo no me sentaba a escribir un guión de cortometraje y empezaba con la consabida frase «Hay un tipo y una tipa sentados tomando un café…», sino que mis primeras frases eran siempre de la índole de «Hay una nave medio destruida que sale de un planeta en llamas…». Y claro, eso son guiones imposibles de filmar en la subdesarrollada y prehistórica industria del cine español actual. Por eso decidí volcarlo todo, todo lo que llevaba dentro, sobre el papel, un formato que jamás me pondría trabas presupuestarias a la fantasía. Y el resto es historia.
AXXÓN: ¿Cuáles son los mejores recuerdos que te trae Axxón a la memoria?
VC: Axxón fue mi principal compañero de almohada durante los años en que estaba escribiendo mi primera novela, y los que siguieron después. Cuando tuve conocimiento de que existía esta revista, me apresuré a descargar todos los números atrasados, y a leerlos con avidez por orden cronológico. Me empapé de la fantasía desbordante de muchos cuentos y de aún más autores. Hice un cursillo a distancia, un taller literario creativo, que me aportó mucho, y de donde salió mi primer cuento publicado (Enrique y el horror tentacular de Venus), una sátira nostálgica de cómo ha cambiado el mundo de la ciencia ficción en estas últimas décadas, y cómo a veces los viejos sueños regresan para suplicarnos que por favor no los dejemos olvidados en el cajón, sino que sigamos soñando con ellos.
Recuerdo con mucho cariño mis conversaciones con Carletti, y secciones como la maravillosa «Aves raras», de José Altamirano, que allá por el número cien de la revista me permitió conocer un poquito más de cerca a toda esa gente de cuyo trabajo había dado cuenta a través de las páginas. Precisamente una de las portadas que más me gustó de todas las de Axxón fue la que Rodolfo Contín dibujó para el número 102, con esa doble fila de palmeras que nos acercaba a un domo futurista, sobre un fondo rojo. ¡Fantástico!
AXXÓN: Emociona lo que contás. Ahora, a propósito de la revista, ¿te imaginás una Axxón sin Eduardo Carletti?
VC: Bueno, Roddenberry (¿lo he escrito bien?) demostró que un legado puede seguir adelante sin su fundador y hacerse progresivamente grande. Así que una vez que Eduardo se retire, creo que Axxón seguirá, con nuevas manos, nuevos ojos, nuevos enfoques… pero sí que le echaremos mucho de menos, por supuesto. Yo espero que aún le queden muchos años como escritor y como editor antes de que nos diga adiós.
AXXÓN: ¿Qué le aconsejás a los escritores que siempre escribieron cuentos y están mirando la novela con cariño pero no se animan?
VC: Que una novela no es más que un cuento, pero con más escenas dentro de la trama principal. Pensad en el cuento como en un cortometraje y en la novela como un largometraje: los dos se estructuran igual, con planteamiento-nudo-desenlace, solo que en la novela cada una de estas partes lleva varias escenas largas en lugar de sólo párrafos. En fin, que no se asusten y que se lancen a escribir, que ya verán que una novela es una longitud muy cómoda y que permite desarrollar mucho los personajes y las ideas. Para mí es el formato ideal para contar una historia, incluso mejor que el cuento.
AXXÓN: ¿Te pasó que un cuento te pidió ser novela?
VC: Uhm… no. Por fortuna (o por desgracia) todas las tramas que me vienen a la cabeza necesitan de bastantes páginas para ser contadas, así que todas nacen ya con vocación de novela (risas).
AXXÓN: ¿Me parece a mí o hay más novelistas famosos que los que sólo se dedicaron al cuento?
VC: No me extraña que la fama, como tal, le llegue más a los novelistas que a los cuentistas porque es el género que prefiere el público, indudablemente. En España hay serias dificultades para publicar en papel antologías de cuentos, porque la respuesta de las editoriales es siempre la misma: «Es que los cuentos no venden». Y es un hecho estadístico, además. Recuerdo un caso famoso, que fue cuando Nova publicó en los 90 dos tomazos impresionantes con los cuentos completos de Scott Card, y no vendieron demasiado…
No sé por qué será, tal vez porque la mayor extensión de la novela permite al lector quedarse con un único elenco de personajes durante más tiempo, a los que coger cariño u odio, en lugar de estar renovando ese elenco cada pocas páginas, que es lo que pasa en las antologías. Pero lo cierto es que el público mayoritario prefiere las novelas. Siguiendo esa regla de tres, es lógico que la «fama», esa entelequia extraña, se aposente más sobre el nido de los novelistas que sobre el de sus primos del relato corto.
AXXÓN: ¿Qué te interesa transmitirle a tus lectores?
VC: Una mezcolanza de emoción, agitación y estimulación mental, a partes iguales. Quiero que mis historias les emocionen para que queden bien arraigadas en la memoria, pero también quiero contar aventuras prodigiosas y presentar conceptos que a ser posible les dejen con la boca abierta. Ese es mi sueño.
AXXÓN: ¿Creés que lo estás logrando?
VC: Esa pregunta no debo responderla yo, honestamente, sino los lectores. Habrá muchos que te digan que sí, y otros muchos que no, depende de cuán adentro les hayan llegado mis novelas.
AXXÓN: Es cierto, los lectores tendrían la palabra, pero no te imaginás lo laborioso que sería hacerles una entrevista a cada uno de ellos :). Sin embargo, todos tenemos un corazoncito que nos susurra, que nos murmura al respecto. ¿Qué te dice el tuyo?
VC: Bueno, dado que he publicado quince novelas en once años… yo creo que sí, que hay algunos lectores por ahí fuera, aunque sea unos poquitos, a los que les gustan mis historias (risas).
AXXÓN: ¿Qué distancia hay entre La habitación oscura y La escritora?
VC: Hay una distancia de madurez estilística. La escritora es un relato mucho mejor escrito, desde mi punto de vista. Más pulido. La habitación oscura es un relato que pertenece a la primera fase de desarrollo del Metaverso, y como tal está lleno de ideas y conceptos de lo que yo llamo «ciencia ficción freudiana» que me encantan, pero mi prosa ha mejorado mucho desde entonces. La escritora es un relato de terror urbano que se asienta en una realidad más cercana (en concreto, la España post-franquista de los años 70) y que hace un mayor énfasis en el dibujo de los personajes. En realidad no se pueden comparar, porque uno es una aventura de space ópera y el otro un relato terrorífico a lo Stephen King, así que apuntan a dianas distintas.
AXXÓN: Dos preguntas en una: ¿Estás de acuerdo con el tamiz de las editoriales? ¿Qué opinás de la autoedición?
VC: Hace tiempo estuve charlando en un foro con un escritor amigo sobre el tema de la cantidad de publicaciones que hay actualmente en mi país. La discusión se movió en torno a dos ejes principales: si se publicaba demasiado en España en la actualidad, en relación al escaso número de lectores que hay; y si el futuro del mundo del libro pasa por una diferenciación elitista entre los que consiguen publicar en papel y los que se limitan al formato electrónico.
La discusión fue interesante, y se pusieron sobre el tapete algunos de los problemas más acuciantes que tenemos los profesionales de las letras hoy en día, a saber: Que vivimos en un mundo donde hay casi tantos escritores como lectores de género, lo cual plantea ciertas ventajas y a la vez ciertos problemas. Entre las ventajas, está indudablemente el hecho de que la producción alcanza cotas jamás vistas, y yo soy de la opinión de que para que del acervo de obras de un país surjan muchas obras maestras, es condición sine qua non que haya bastantes títulos en el mercado. Si lo piensas, los dos países con mayor cantidad de obras maestras de la ciencia ficción del mundo, Rusia y EE.UU., tienen un volumen de producción anual pasmosamente alto… o lo tenían en décadas pasadas, no sé cómo estará ahora la cosa.
Si en España se escribe mucha fantasía, querrá decir que la probabilidad de que al año surjan dos o tres novelas buenísimas, que superen la prueba del tiempo, será más alta. Pero claro, me da vergüenza decirlo, pero eso también acarrea serios problemas: el número de libros vendidos de los profesionales españoles del fantasy es ridículamente pequeño. Todos vendemos muy, muy poquito, con lo cual se puede decir que necesitamos todas las ventas posibles para que las editoriales no se enfaden con nosotros y nos compren más novelas. ¿Dónde está la paradoja? Pues en que si muchos de tus lectores potenciales se dedican también a escribir, significa que van a repartir su dinero anual entre más títulos, con lo que a ti te comprarán menos. No es lo mismo que haya diez autores reconocidos en la ciencia ficción española, como pasaba en los años 90, y que el pequeño porcentaje de lectores les compre solo a ellos, que haya mil nuevos autores y el público no haya aumentado en proporción, sino que sea el mismo.
Este buen amigo mío defendía la idea de que lo mejor que nos podría pasar a los autores «consagrados» (te habrás fijado en cuántas palabras entrecomilladas hay en esta respuesta, ¿verdad?) sería volver a un paradigma de las cosas similar al que había en los años 80, donde sólo publicaban muy poquitos autores, y claro, vendían proporcionalmente más. Pero yo no estoy de acuerdo. Aunque me perjudique porque mis libros venden menos, nunca podré olvidar el momento en el que yo empezaba en este mundillo de la escritura y ardía en deseos de que me leyera la gente y opinase sobre mis novelas. Ese chico jovencito e imberbe que fui una vez nunca se llegó a marchar del todo, y como él recibió una oportunidad (nunca podré agradecerles lo suficiente a Ángel Torres Quesada y a Luis G. Prado lo mucho que me apoyaron en aquel entonces, cuando no era más que una cabecita intentando asomar de entre la masa), creo que todo aquel que se esfuerce lo suficiente merece tener una.
Así pues, yo lo veo de este modo: que todo aquel que quiera publicar lo intente, sea como sea, porque tiene derecho a intentar hacer realidad su sueño. Las editoriales ya se encargarán de poner el tamiz en un punto en el que sólo los mejores puedan ver recompensado su esfuerzo con una edición en papel, por ejemplo. Esa es una estrategia que va a marcar el mundo editorial en España durante los próximos diez o veinte años: las grandes editoriales crearán sellos exclusivamente digitales que les sirvan de «pista de pruebas» para nuevos talentos, y de ellos pescarán a los mejores para incorporarlos al formato papel. A mí me parece una estrategia tan buena como cualquier otra.
AXXÓN: ¿Hoy la ciencia va más rápido que la ciencia ficción?
VC: Uhm… no, no lo creo. Lo que pasa es que hay conceptos que se desarrollan primero en un campo y luego saltan al otro. El mundo de la ciencia es una fuente inagotable de inspiración para la ciencia ficción, pero al contrario también. Hay inventos, como Internet, que surgieron primero en el mundo real antes que en el imaginario, aunque parezca mentira. Y viceversa: hay grandes ideas de la ciencia ficción (las esferas de Dyson, la teleportación, el viaje en el tiempo, la inteligencia artificial auténtica) que todavía la ciencia no ha encontrado la manera de hacerlas factibles. Una persigue a la otra en una rueda sin fin.
AXXÓN: ¿Qué te significó ganar el MINOTAURO?
Víctor Conde con Crónicas del Multiverso |
VC: Para mí significó dar el paso a la edad adulta, como si dijéramos. Era el primer premio que me concedían en mi carrera de escritor y puedes suponerte lo importante que fue, tanto a nivel profesional como espiritual. Me siento muy orgulloso de los dos premios que ganó Crónicas del Multiverso, porque encima fue eso, un suma y sigue para el mismo libro, no se repartieron entre dos obras diferentes. Eso me llevó a pensar: «Uhm… pues parece que sí que les ha gustado la novela, después de todo…», je je.
AXXÓN: ¿Alguna vez probaste de enviar una novela al UPC?
VC: Sí, en diversas ocasiones, pero sin suerte. La verdad es que ese es un premio que me encantaría llevarme algún día, para hacer el triplete: ya tengo un Minotauro y un Ignotus. ¡Ya solo me falta el UPC para sentirme realizado!
AXXÓN: Bueno, hasta aquí llegamos. La redacción de Axxón (y yo en particular) te agradece tu predisposición. Te deseamos que el Multiverso siga creciendo y creciendo. Son tuyas, entonces, las últimas palabras…
VC: A lo largo de toda mi carrera como escritor he asistido al nacimiento y la caída de multitud de páginas web y revistas dedicadas al género fantástico. Muchas de ellas, aunque duraron poco, fueron grandes, y aportaron mucho al disfrute y el análisis de nuestro género favorito. Pero ninguna ha durado ni aportado tanto como esta. Axxón no sólo puede enorgullecerse de ser la revista decana del género en español, sino que a pesar de los años transcurridos sigue ahí, al pie del cañón, trayéndonos todos los meses un poquito del futuro y una pizca más de ilusión. Por eso os deseo una larguísima vida y aún mayores triunfos.
Axxón 228 – marzo de 2012
He leído con interés la entrevista, y Víctor dice muchas cosas interesantes y certeras sobre el pasado, el presente y el futuro de la ciencia-ficción en España en particular. Si la memoria no me falla, aposté por su carrera en la Convención Española de Zaragoza, durante la presentación de la segunda edición de mi trilogía Las Islas del Infierno. Después de haber leído lo que hasta entonces había publicado, de forma espontánea me atreví a afirmar en público que creía en él, en su estilo y en su sincera forma de respetar y amar el género, por lo que le auguraba una excelente trayectoria. Sigue adelante, Víctor. Y no te desanimes nunca. Un saludo, Ángel
Últimamente, las entrevistas de Axxón no tienen desperdicio. No sólo porque podemos conocer al escritor y a la persona, sino por la contribución, los «secretitos» de los autores consagrados que tanto ayuda a los escritores noveles. ¡Excelente nota!
Excelente entrevista a este maestro joven de la ciencia ficción. Lo que más me gustó es que nos contara la «cocina» de su escritura, y los comentarios sobre la publicación cada vez mayor de libros de CF a igual cantidad cantidad de lectores. Te felicito Ricardo Giorno.
Excelente entrevista a este maestro joven de la ciencia ficción. Lo que más me gustó es que nos contara la «cocina» de su escritura, y los comentarios sobre la publicación cada vez mayor de libros de CF a igual cantidad de lectores. Te felicito Ricardo Giorno.
Excelente entrevista. Victor Conde es una persona muy interesante.
[…] visual. Para mí, de hecho, Star Wars es absoluto cine de autor. Para leer la nota completa: http://axxon.com.ar/rev/2012/03/entrevista-a-victor-conde-por-ricardo-german-giorno/ Mario C. Carper, escritor y dibujante argentino Star Wars no es ciencia […]