Editorial: «La humanidad fuera de nosotros»
Agregado en 11 diciembre 2016 por dany in 280, Editoriales, tags: EditorialesARGENTINA |
Suelo pensar en la cantidad de universos alternativos que descartamos cada vez que tomamos una decisión. Acercándome al medio siglo de vida en lo que considero mi propia lÃnea temporal, he descartado bastantes. De todos esos caminos, algunos fueron mojones claros, bifurcaciones muy marcadas de las que soy consciente. Pero hay otros que empezaron como leves desviaciones del camino principal de ese momento, pequeños meandros fuera del curso principal que han ido creciendo hasta hacerse un rÃo caudaloso por sà mismos. Como siempre, como creo que a todos nos pasa, hay rumbos que me hubiese gustado abordar, no porque esté arrepentido, sino porque esos caminos hubiesen sido otra forma de enriquecimiento. No hubo opción: yo soy una persona de inteligencia media, ningún genio, y hace siglos que no hay genios cuyo saber abarque la mayorÃa de las ramas del conocimiento humano. Eso quedó atrás hace mucho, y cada vez la especialización en el saber es mayor.
Hace unos pocos dÃas volvà a juntarme con un pequeño grupo de mis ex compañeros de la escuela secundaria, una costumbre que ya lleva algunos años y, aunque nos cueste por razones de distinto tipo, tratamos de mantener dado ese afecto que nos une y que, descubrà hace tiempo, crece aún más cada vez que nos juntamos. Esa noche, después de un comentario a uno de mis amigos, quien siempre se llevaba muchas materias para darlas todas juntas y nunca repetir, recordábamos dos cosas: lo exiguo de mis carpetas al finalizar la cursada (todo lo importante se guardaba dentro de mi cabeza, las carpetas eran para los ejercicios obligatorios y el trabajo creativo) y mi deseo de dedicarme a la biologÃa (estaba entre la biologÃa marina y la exobiologÃa… otra vez hablaremos de esto). Era otra época, claro, allá por los ochenta la informática era una profesión incipiente… que me atrapó casi sin quererlo.
De todas las ramas de la tecnologÃa la informática es la que más se ha extendido, influyendo en nuestra sociedad en todos los sentidos y ámbitos, organizando e invadiendo casi todos los órdenes de nuestra vida y acompañando el crecimiento de una enorme mayorÃa de las restantes ramas del saber. Sin informática yo no estarÃa escribiendo estas lÃneas pues no existirÃa este medio de comunicación y, por supuesto, tampoco estarÃa Axxón. Hay infinitas cosas que serÃan completamente distintas sin informática, ya sea a través de computadoras como la notebook que estoy usando ahora mismo para escribir estas lÃneas, el smartphone que utilizo para hacer casi todo y que mi alter ego ilustrador utiliza para crear sus garabatos (qué feo hablar de uno mismo en tercera persona, je). Sin la tecnologÃa informática que conocemos el mundo serÃa, seguramente, muy distinto: hemos visto algunas versiones de esos mundo, por ejemplo, si visitamos el steampunk.
¿Pero cómo serÃa un mundo mucho, muchÃsimo más informatizado? ¿Debemos caer en un mundo Matrix? ¿Es el mundo hipertecnológico un mundo inhumano, insensible, abocado simplemente a la construcción de poder, tal como nos quiere hacer creer una buena parte del cine del género de los últimos tiempos? ¿Cómo serÃa el mundo si las IA ya hubiesen «despertado», si hubiésemos alcanzado esa singularidad ya muchas veces mencionada? ¿SerÃamos destruidos por un ejército de Terminators?
A mà me gusta pensar que tendrÃamos la oportunidad de conocernos mejor gracias a ese espejo corregido y aumentado que posiblemente serán las inteligencias artificiales. Y ni hablar de la inteligencia mixta de los humanos aumentados (avisen dónde hay que firmar que me anoto) y de las redes de aprendizaje mixto, donde los humanos aportamos saber y la informática aporta potencia de acceso a la base de conocimientos (un ejemplo tosco podrÃa ser un traductor de idiomas que aprende a partir de lo que aportamos sus usuarios). A pesar de todo lo que ha avanzado la informática en las últimas décadas, aún estamos en pañales. ¿Estaremos a tiempo para verla crecer? ¿Estaré yo en este mundo cuando ello despierte por primera vez? ¿Nos ayudará a ser más humanos?
No quiero engañarme, la realidad actual indica que seguimos siendo los mismos monos egoÃstas y con navaja de siempre, aunque esa navaja es cada vez más poderosa. Pero, a la vez, noto en la gente más conciencia de algunas cosas, del deseo general de respetar y hacer respetar algunos derechos que a esta altura ya deberÃan estar garantizados. ¿Qué nos falta para empezar a cumplir nuestros sueños de un mundo mejor (para todos)? ¿Seguiremos optando por la autodestrucción del poder para hoy, hambre para el mañana?
Yo elijo creer en nosotros. Elijo buscar las alternativas que nos empujarán lentamente, sin que nos demos cuenta, a ser mejores humanos. Posiblemente sea necesario un shock que nos obligue a reaccionar, hundirnos un poco más en la mierda que generamos, hacer pie firme en el lodazal y ahà sà pegar el salto. Y quizás ahà estén esos hermanos no humanos, o no del todo humanos, esa humanidad más allá de nosotros, para acompañarnos a hacer la diferencia.
Axxón 280
Editorial
Respecto de un mundo cada vez más informatizado, me pregunto si la «mélange» de las redes sociales no va camino a que nos inmiscuyamos en una vida en donde la frontera entre lo fÃsico y lo virtual quede cada vez menos clara. Facebook ya intentó dar un ejemplo de que hasta nuestras expresiones faciales en el momento podrÃan quedar plasmadas en nuestra huella de nuestra cuenta personal.
Varias ficciones, desde «Tron» hasta gente como Gary Paulsen que lo plasmó en una de sus novelas juveniles, muestran qué tal «real» puede ser una realidad virtual, al punto de amenazar la vida fÃsica si la que se pierde es la virtual. El ejemplo ya dado de The Matrix es mucho más icónico en esas cuestiones.
La creatividad podrÃa ser un sector afectado por una sociedad con cada vez más completos e ilustres archivos por causa de la informatización cada vez más masiva. No en vano, Carlos Gardini habÃa llamado «Nueva Sumatra» a una isla por similitud de forma y boscosidad en uno de sus cuentos.
Y para un ejemplo más completo, «La muerte del poeta» de Alberto Vanasco advierte sobre la ausencia de originalidad causada por un exceso de registros de propiedad intelectual, lo que no sólo mata al protagonista, sino a la poesÃa misma, por ya estar casi todas las frases registradas por otros poetas.
Para completar el tema, queda ver si un cuento ya publicado en esta revista, «Señor Volición», mostrará si la informatización de los seres humanos, llevado a lo biológico casi convirtiéndolos en cyborgs, llevará la respuesta hacia la eterna pregunta sobre qué significa realmente el alma humana, si es que hay un alma o bien qué podemos considerar como tal, tema explorado por todas las ramas de espiritualidad desde la noche de los tiempos.