«Giger: mi pesadilla favorita», Chinchiya Arrakena
Agregado el 18 febrero 2015 por dany en 262, Artículos, tags: ArtículosARGENTINA |
Hans Ruedi Giger
Me asomo a su jardín. Entre las flores veo algo que se parece a una gárgola, y más allá una mujer sugestiva. Esculturas por doquier. Y las vías de un extraño tren que invita a recorrerlo todo. Paso por una fuente cuya agua se vierte por las bases de seres compuestos por sólo dos extremidades: una pierna y un brazo pegados, o dos piernas, o dos brazos.
Estoy paseando por mi pesadilla favorita. Esa que asusta a los incautos, pero que nos fascina a los curiosos.
Tras la puerta de dos hojas con calaveras biomecánicas se encuentra el estudio de donde salen tan espantosos sueños hechos realidad: el taller de Hans Ruedi Giger, en su casa.
Si quisiera escribir sobre su vida, solamente tendría que buscar en la web y aparecerían centenares de sitios hablando sobre ella, ahora que ya ha muerto. Pareciera que la muerte le sienta bien, después de todo.
Li Tobler
No soy crítico de arte ni conozco demasiado sobre técnicas de dibujo y pintura o escultura, pero sí puedo decir qué impresión puede darme su obra, aun desconociendo el «cómo». No quiero hablar sobre su formación ni sobre su recorrido vital, sino sobre el impacto de su trabajo, sobre todo desde el punto de vista de alguien que lo admira mucho. El estilo que tiene en sus dibujos, desde la aerografía (por la cual es más conocido) hasta los crayones de colores, es único. Sus esculturas y pequeñas piezas de metal son únicas. Giger es único.
Desde hace años, uso como avatar en las redes sociales una de sus obras: Li (a decir verdad, son dos: Li I y Li II). Pero, ¿quién es Li? Li Tobler fue su primera esposa, la musa inspiradora para algunos de sus más memorables trabajos en aerografía y también en escultura. Artista y modelo, fue una mujer hermosa. Lamentablemente sufría depresión y se suicidó. Aun después de su muerte se puede ver la influencia que ella tuvo en la obra de Giger. La representación que hace de ella siempre me sedujo: una cara humana casi perfecta, llena de conexiones con tubos y cables, serpientes y huesos.
Giger y la ciencia ficción
Visitada por el Octavo Pasajero
Es inevitable mencionar a Alien, si hablamos de Giger. Él explora la temática de la ciencia ficción o ficción especulativa desde el horror. Porque si bien este ser no fue su primer monstruo, sí fue el que lo catapultó a la fama. El encanto de este terrorífico extraterrestre, que se esconde en los recovecos oscuros de una nave, es la velocidad y facilidad que tiene para matar a sus tripulantes humanos. El xenomorfo no tiene ojos distinguibles y sin embargo es implacable cuando caza. Y no mata sólo con sus fauces y su baba cáustica, sino a través de su progenie, que emerge sangrientamente de los estómagos de sus víctimas. Lo desconocido, lo invencible, lo asqueroso y lo fascinante, todo se mezcla en el Octavo Pasajero.
Luego de este maravilloso monstruo, era difícil superarse. ¿Con qué miedo podía jugar Giger, para una nueva creación? Y apareció la hembra de la película «Species», una alienígena perfecta en su belleza. Sil es creada desde la genética en un laboratorio, bajo misteriosas instrucciones venidas de fuera del planeta Tierra. Pensada por sus creadores científicos como mujer para que fuera «más dócil», en seguida queda claro que no obedecerá ninguna orden de ellos, y se escapa sin que puedan detenerla. Ella está diseñada por una mente fuera de este mundo para un fin muy especial: seducir hombres con buena salud y reproducir su especie. Una mujer libre de moral, con una poderosa fuerza corporal y con deseos de procrear: ¿acaso hay algo más aterrador para un hombre? Heredera de Li en su estética, Sil realiza su tarea sin ningún tipo de remordimientos: si el macho en cuestión está enfermo, lo mata; si es sano, se aparea con él. Pragmática, efectiva, hermosa.
Guiado por su afición a los trenes, Giger diseñó también para esta película uno que formaba parte de una escena que finalmente fue cortada del guión. Lamentablemente, para él y para nosotros, ese tren que iba a ser parte de una pesadilla de Sil, atormentada por su esencia alienígena, no se concretó.
Pero no fue el único plan con el cual se ilusionó para después tener que descartarlo (al menos en su concepción original). Hubo un proyecto realmente ambicioso, para realizar una película sobre la novela de Frank Herbert: Dune. La historia narra las intrigas palaciegas y luchas por el poder para dominar el planeta que es fuente de la sustancia más valiosa del universo: la especia. Esta película uniría el trabajo de grandes artistas: el director Alejandro Jodorowski, Salvador Dalí como actor, Moebius como diseñador y Giger, también como diseñador conceptual de la Casa Harkonnen, la familia oriunda del planeta Giedi Prime. Esta familia, dentro de la historia de la novela original, es caracterizada por su perversidad, y su planeta es un mundo espantoso y violento. ¿Quién mejor que Giger para recrear un ambiente así? Sin embargo, no le convenció la escasa paga que le proponían, y por otro lado, es mi opinión que tantos egos juntos no podían funcionar bien… Por tanto, «Dune» pasó a ser una película grandiosa que jamás se concretó. De ese proyecto, por suerte, sobrevivieron las sillas Harkonnen, que más tarde fueron usadas para el Bar de Giger en Tokio, y que luego se vendieron a coleccionistas y se exhiben en exposiciones.
Giger y un mundo surrealista, variado y «freak»
Giger realizó la serie de obras «un festín para el psiquiatra», basándose en sueños que él anotaba metódicamente. «Mi obra surge de la necesidad de ver plasmadas~cosas que~tenía en la cabeza. Quería crear un mundo que no podía encontrar ahí fuera», dice. Con ellos, mostró que era capaz de abrir una puerta a un mundo que por momentos parece repugnante y digno de rechazo, pero que con la misma intensidad puede atraer y resultar familiar. Al poner en el papel lo que soñaba, comenzó a desarrollar los conceptos que lo llevaron a sus creaciones más famosas.
El Bar de Tokio, cerrado hace tiempo por un desacuerdo por regalías, fue otro de los extraordinarios diseños creados por Giger. Ideó no solamente las sillas, sino la forma del marco de los espejos, las luces y las mesas, y hasta los dibujos de los pisos. Todos los detalles tenían su sello indiscutible. Hoy ese bar, como también el de New York, se reproduce en el Museo que alberga casi toda su obra (y existe otro en su ciudad de origen). La gente que va al bar se encuentra con las sillas Harkonnen y su característica forma compuesta por huesos humanos: vértebras, costillas y cadera y otras con una pila de calaveras, pero me atrevería a decir que son asientos ergonómicos y sumamente confortables.
Por otro lado, no es difícil imaginar por qué las creaciones de Giger han sido tatuadas tantas veces. Alrededor del mundo, su estilo fue imitado y homenajeado a tal punto que a la par de «tatuaje estilo japonés», podemos encontrar la frondosa categoría de «tatuaje biomecánico»: dibujos que insinúan que debajo de la piel existen cables y mecanismos fusionados con la carne y la sangre. Algunos fanáticos incluso se han llegado a tatuar la cara misma de H. R. Giger.
Entre otras rarezas que ha realizado mi querido artista se encuentran tapas de discos, y un horrendo video con Debbie Harry, alias Blondie (de verdad, el video es espantoso de malo); una conocida versión de Li para el videojuego Dark Seed; extrañas joyas con sus esculturas más famosas en miniatura; cartas de tarot; una serie de esculturas representando los signos zodiacales; y hasta un pie de micrófono para el grupo musical KoRn.
Giger y las fantasías sexuales
LI I
Cuando los directores de cine como Ridley Scott eligieron a Giger para diseñar monstruos seductores, sabían lo que hacían. Su obra está repleta de formas de clara connotación sexual. Formas que sugieren partes humanas penetrándose unas a otras, en ocasiones seres apilados o entrelazados en forma muy compleja; lenguas insinuantes, penes y vulvas como protagonistas de aerografías y esculturas de magnífico realismo erótico. Mezclados e inseparables, estos cuerpos nos muestran las variantes del sexo más ligadas a lo sádico/masoquista: correas de cuero, pinches que atraviesan la piel y extensiones como cables que conectan todo, hacen que el espectador se pregunte qué se sentirá estar fusionado de esa manera. Sin adentrarse en lo pornográfico, juega todo el tiempo con lo erótico.
Desde lo explícito a lo sugerido, Giger conoce todos los matices. Paisajes que sugieren personas atadas pero que no las muestran completas, como en su serie NYC; y por contraste, otras obras donde un personaje humanoide femenino es penetrado en forma múltiple. Su serie Passage, donde convierte gradualmente una compuerta mecánica en una vulva, es otro ejemplo.
Ya en su famoso libro Necronomicon aparecían infinidad de figuras de este estilo. Quizás fueron tan incomprendidas en su momento como sus niños atómicos.
Giger y la denuncia social
Junto a esta exuberancia en lo sexual, Giger realiza una denuncia a la hipocresía de la sociedad en su conjunto.
Por un lado, las ataduras moralistas en cuanto al sexo. Giger ata con correas para desatar instintos negados. Las caras de placer femeninas lo dicen todo: parecen estar atrapadas en un éxtasis sensual. ¿Y por qué no habría de ser así? Su obra invita al goce sexual, a llevar a la máxima expresión la conexión entre seres por medios eróticos. Giger transforma a las máquinas en seres vivientes que copulan, y viceversa.
LI II
Por otro lado, tanto en Necronomicon como en otros libros, nos muestra sus niños atómicos. Caras de bebés, deformes como si hubieran sido afectados por la radiación; revólveres donde las balas son niños. Giger confesó una vez que los bebés lo horrorizaban… Y que para él estos niños atómicos eran una especie de chiste, de autorretrato. Quizás quiso expresar la negación a un futuro signado por el mal uso de la energía atómica y sus peligros, por medio de un elemento que socialmente es aceptado como un niño, pero que a él le provocaba rechazo.
Por último, su denuncia a la iglesia cristiana en todas sus vertientes y sus inquebrantables nexos con el poder. Tanto en aerografías donde se ve a una figura demoníaca usando un crucifijo como honda, como en unos afiches que, con todo sarcasmo, relatan situaciones de abuso de personas marginadas.
Giger, más allá
Muchos califican la obra de H. R. Giger como «siniestra», «satánica», etc. Yo me niego a hacerlo. Creo que dentro de lo oscuro y lo surrealista que presenta, se encuentran una belleza y una estética inigualables.
No por nada hay toda una escuela de tatuadores que homenajean su estilo, y piezas de arte que indiscutiblemente tienen su influencia, aunque no logren la fuerza de su impronta.
Con hondo contenido humano, nos lleva a recorrer una realidad de nuestra civilización moderna, tanto desde lo instintivo o primitivo, como desde lo racional y elaborado.
Gracias por tanto, maestro. Nos vemos en mis fantasías.
Chinchiya P. Arrakena (Juana Inés Gallego Sagastume) nació y vive en La Plata, provincia de Bs As, Argentina, pero pasó sus primeros años en Campinas, Brasil. Es guía-scout desde chica, hasta llegar a ser instructora de aire libre; y de ahí su nombre literario. Se recibió de Ingeniera en Electrónica, y luego de ejercer la profesión en la Ciudad de Buenos Aires decidió seguir trabajando en la Facultad de Ingeniería de la UNLP como docente de Física. Por otro lado, tiene su propia empresa de desarrollo organizacional, donde se desempeña como coach ontológico y capacitadora. Tiene diversos intereses: el deporte y el aire libre (wushu con armas, arquería, bicicleta, paintball, campamentos); la divulgación de la física; el estudio de temas como la creatividad y el uso del tiempo; los juegos de rol y de construcción; el feminismo y los estudios de género; el diseño gráfico; la música. Escribe desde siempre: poesía, cuentos con temática fantástica o de ciencia ficción; también reflexiones para sus blogs. Ahora está revisando su (primera) novela. Ha publicado cuentos en Axxón, NM, Próxima, en la antología Tricentenario y en blogs. Está casada y tiene una hija pequeña, que le hace inventar cuentos todas las noches.
Para leer más, sus blogs: 405nm: ciencia ficción en un tono azul-violeta y Desde Lilith al cyborg.
Hemos publicado en Axxón sus cuentos SIRIO 3, LA ESQUINA DE TERESA, EL BREVE ROMANCE ENTRE EL ORCO Y LA ELFA, EXOTECNOLOGÍA y HORÓSCOPO CUÁNTICO (NO TAN) DEFINITIVO.
Axxón 262 – enero de 2015
Artículo de autor latinoamericano (Artículo : Arte : Artes plásticas, Biomecánica : Argentina : Argentina).