El Muro
Localización
En la zona norte de la ciudad se encuentra el Pasaje Utopía: una cortada que nace en la Plaza del Árbol Viejo y termina en un inmenso paredón sobre la calle Sendero de la Torre. Allí había un mural pintado, una pintura en aerosol de una continuación imaginada del barrio, con casitas y la calle del pasaje que seguían hasta el horizonte. La pintura se esfumó. El muro ahora es blanco, muy blanco, como si se tratara de una página virgen y desafiante que espera su iniciación.
Descripción e Historia
El pasaje Utopía tiene su historia, el muro no cede en su protagonismo y se transforma para tener la suya propia.
Todo comenzó de manera espontánea, una frase en grandes letras negras sobre el muro blanco.
DOS ABORTOS Y UN HIJO ABANDONADO, SEÑORA MAGDALENA DE LA CRUZ, NO LE SERÁ FÁCIL EL OLVIDO.
—C. O. N.
Magdalena acababa de recorrer la calle del Sendero de la Torre e iba a la par del muro cuando quedó petrificada de horror al leer el mensaje. Sus ojos se precipitaron al extremo de sus cuencas y la boca se le paralizó en un rictus. Otros vecinos del lugar asistieron involuntariamente a la lectura del graffiti y de manera instintiva giraron sus cabezas hacia Magdalena. La mujer parpadeó repetidas veces para salir del estado en que se encontraba, giró y dio de lleno con un puñado de personas que murmuraban su nombre. Magdalena apresuró sus pasos sin mirar hacia atrás y se perdió por la calle del Sendero de la Torre.
Las letras se fueron desdibujando al cabo de diez minutos. El muro recobró su aspecto original: blanco, sólido e inmaculado.
Ernesto Barrios Tamarindo caminaba distraído por la acera contigua al muro. En la vereda de enfrente, una docena de personas asombradas continuaban reunidas y debatiendo sobre la desaparición de las letras, sobre su contenido y la reacción de Magdalena. Tamarindo se detuvo curioso, dándole la espalda al paredón. Saludó con un brazo en alto a algunos de sus vecinos que estaban en reunión callejera. Cuando decidió cruzar la calle para enterarse del origen del tumulto, alguien desde allí le señalo que girara y viera tras él.
NO ES BUENO ROBARLE AL BUEN JEFE EL DINERO DE LAS VENTAS, ERNESTO BARRIOS TAMARINDO. ¿CÓMO PUEDES VIVIR CON ESO?
—P. S. I.
La voz se corrió por todo Urbys. Habían aparecido los graffiti indiscretos. Meses atrás, un empleado de la torre negra del NARRA, "el mudo", lo había vaticinado antes de morir. Los llamó "de la verdad oculta".
Ya nadie desea pasar por la acera del muro. Este hecho me marca dos cosas muy importantes. Una, que el mudo sabía más de lo que escribió aquella tarde en el bar de Don David y que me debo replantear ciertos aspectos de lo que comúnmente llamamos vida o realidad; y lo segundo, que los ciudadanos de Urbys esconden muchos secretos oscuros en sus vidas.
Pronto me abocaré al intento de dilucidar este enigma. Los graffiti están firmados como "CON" y "PSI". Alguien me sugirió que podía tratarse de Comité Organizador Nacional y Partido Socialista Independiente. Pero a juzgar por la doctrina, no se aprecia una naturaleza política en las frases.
Me abocaré al estudio de esta cuestión y para ello, quizá, me anime a transitar la vereda del muro... Tal vez.