Aunque el programa del transbordador espacial esté suspendido,
los investigadores de la NASA siguen soñando con el futuro y ahora buscan
inspiración en los microscopios. Diez días después de que el Columbia
se desintegró al hacer su reentrada en la atmósfera,
los científicos se reunieron en la Universidad de California en Los
Angeles (UCLA) para discutir sobre el desarrollo
de naves espaciales futuristas que tomarán como modelo los sistemas
de las células vivas.
La célula es, de por sí, una máquina muy compleja
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Durante la reunión, que duró un día solamente el reciente 10 de febrero,
se fundó el Institute for Cell Mimetic Space Exploration (Instituto
para la Exploración Espacial Mimética de las Células), que se
sostiene, principalmente, con un subsidio de la NASA de US$ 30
millones que les otorgaron por diez años.
La agencia espacial espera que el grupo de quince investigadores
principales de este instituto, provenientes de la UCLA y de otras
universidades del sudoeste de los Estados Unidos, aporte aparatos
inspirados en sistemas biológicos que servirán para mejorar los
viajes espaciales dentro de unos treinta años.
La idea es investigar con la mente abierta, sin pensar en primer
lugar en qué es lo que se necesita y cómo se puede
hacer como se procede habitualmente, sino en qué es posible hacer con lo que se va
descubriendo.
Los organismos unicelulares pueden ser muy extraños, a veces hasta parecen máquinas
La mayoría de los grupos de investigación de este instituto
están explorando procesos celulares básicos que se puedan aplicar
a mayor escala.
El grupo del ingeniero biomédico Carlo Montemagno de la UCLA, por
ejemplo, está desarrollando unos sacos microscópicos de reactivos
biológicos que el grupo llama 'biobugs', capaces de impulsarse por
un sustrato por sí mismos, como una ameba. Los sacos tendrán unos
filamentos de actin que pueden crecer. El actin es la sustancia de
la que están hechos los esqueletos de las células vivas. De acuerdo
a la teoría de Montemagno, los biobugs se moverán a una velocidad de
varios micrómetros por minuto, extendiendo su filamento y tirando
de él para avanzar.
Algunos organismos no tienen nada que envidiarles
a los estilizados diseños de las naves espaciales
Montemagno dice que la meta es dotar a los biobugs de la habilidad
de "olfatear" y moverse hacia sustancias específicas, avanzando del mismo modo
que crecen los extremos de los nervios, que se dirigen hacia determinadas
señales químicas que hay en el cuerpo. Él sugiere que los biobugs podrían ser
despachados en masa para buscar contaminaciones biológicas o químicas
en una nave espacial.
Las células tienen formas y tamaños muy variados, además de cumplir, en muchos casos, funciones extremadamente complejas |
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Otros grupos de este nuevo instituto están copiando diferentes sistemas del libro de la
vida, tales como redes que recogen la luz del sol, la transmisión de
información a través de señales químicas y la capacidad de auto-reparación
de daños estructurales.
La reunión inaugural se había planeado antes del desastre del Columbia,
pero los administradores de la NASA decidieron realizarla en la fecha que se había
anunciado. Se debe mantener el espíritu de la exploración, que dice
que, a pesar de las dificultades, siempre se debe seguir adelante.
(Traducido y adaptado por Eduardo J. Carletti de Nature News Service y otros sitios en Internet.)