12/Jul/05

Revista Axxón Axxón en facebook Lectores de Axxón en facebook

Energía alternativa: almacenamiento de dióxido de carbono en el fondo del mar

La ciencia propone confinar CO2 (dióxido de carbono) en almacenamientos geológicos o en el fondo del mar como solución para un futuro energético conflictivo.

La captura del CO2 y su confinamiento en almacenamientos geológicos o en el fondo del mar es una de las posibilidades que la Ciencia ofrece a un futuro energético "difícil" en el que "inevitablemente" se volverá "a retomar" la energía nuclear.

Así lo expuso el catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid y presidente del Comité Científico y Técnico de EURATOM, José María Martínez Val, durante su participación en el curso "25 años del Consejo de Seguridad Nuclear" en el Año Internacional del la Física que se celebra esta semana en San Lorenzo de El Escorial (Madrid)

En su opinión, la energía nuclear "se volverá a retomar" pero antes se deben resolver "problemas sociopolíticos importantes" y subrayó que él no trabajaría en un sector "que permitiera que ocurriese otro Chernóbil".

Uno de los problemas de la energía nuclear es, según Martínez Val, los residuos radiactivos, para los que hay que investigar en su transmutación a sustancias con menor radiotoxicidad y hasta entonces mantenerlos en almacenamientos seguros.

El catedrático repasó en su intervención algunas de las posibilidades para afrontar el futuro energético que "por desconocimiento y por el escollo que supone la comunicación entre la ciencia la sociedad y la política" no se contemplan.

Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta el planeta es, según el catedrático, que "se está perturbando el efecto invernadero del planeta", sin el que la temperatura de la tierra sería de 18 grados bajo cero de media, en lugar de los 15 de media actuales.

Y los remedios a este problema como el Protocolo de Kioto, son, según Martínez Val, una "reacción política visceral" que llevó a la limitación por racionamiento y en la que "se proscribió" el uso de la inteligencia para proponer otras alternativas.

Lo ocurrido en Kioto es según dijo, un ejemplo más del "divorcio absoluto que existe entre la ciencia y la tecnología y la política".