CIENCIA FICCIÓN Y REALIDAD por Jorge Korzan y Carlos Daniel Joaquín Vázquez |
Tras leer el Editorial de este número de la revista y compararlo con lo que vemos día a día, surgen algunas cuestiones paradójicas. Es interesante verlas, no solo por la CF en sí, también en cómo pueden repercutir en nosotros.
Ciencia Ficción ¿viva o muerta?
Es cierto que la CF, como género literario, "no vende" y pareciera "estar agotada y/o muerta"; pero a la vez, hoy está más viva que nunca.
Nuestro presente es de CF, los problemas que afrontamos hoy son de CF. Si se quiere entender la realidad actual, muchas obras de CF son mejor reflejo que muchos análisis periodísticos "serios".
Dos ejemplos inmediatos:
Nuestro mundo actual está inmerso en un marco científico y tecnológico cuyos tópicos han sido desarrollados (o al menos, reflejados) en la Ciencia Ficción. Esto la gente lo intuye, porque las películas, revistas, programas de TV que usan tópicos de CF venden. No importa si las características de CF están en el corazón de la trama o solo en el decorado con los efectos especiales. Su presencia, en algún punto, es natural y refleja el hoy.
Esto incluye también a la fantasía. La saga de Harry Potter, mágica y mítica, está repleta de detalles que son de CF aunque estén perfectamente insertados en otra clase de entorno. Todos los trucos de los magos y los implementos que utilizan tienen una analogía científica y/o tecnológica... que se pueden encontrar en muchas obras de CF.
¿Pero si la CF está tan viva entonces por qué se la considera en decadencia? ¿Por qué se la niega, se la desprecia, con sus fans señalados como un puñado de freaks? ¿Qué pasa que se la rotula con términos del tipo "evasión infantil" o "relajación para intelectuales" y los Astros de la Literatura evitan ser relacionados con ella? ¿Qué hace que las obras literarias de CF se tengan que conseguir por Internet o revolviendo polvorientas mesas de saldos?
¿Se quiere matar a la Ciencia Ficción?
Para responder a esta pregunta hay que considerar dos situaciones:
1. En qué entorno socio-cultural se inserta la CF
Lamentablemente estamos en una época bárbara. Bárbara de barbarie, no de fenomenal.
Los productos culturales actuales apelan más a la forma que al contenido, si tienen sentido este no es explícito, y en muchos casos puede sospecharse que su propósito implica alguna clase de inducción (al consumo, a la violencia, al patriotismo,
etc.).
Además y en particular esta es una época de crisis. Las estructuras políticas, sociales, económicas en las cuales la mayor parte de nosotros hemos crecido y que nos parecen "naturales" están resquebrajadas. Todas se enfrentan a cierta clase de cambio, y pareciera que el único resultado concreto es que se estrellan contra algún límite o pared. La atmósfera que se transmite, a todo nivel, es de ansiedad. La única certeza que se comparte, a todo nivel, es que crece la incertidumbre.
Frente a esta situación la política de los medios y/o industrias de difusión cultural (editoriales, estudios de Cine, canales de TV, etc.) es cierto "sálvese quien pueda", en el sentido de preservar la propia supervivencia. Con tal de preservar tanto negocio como ganancias, se han adoptado técnicas de Marketing en las creaciones de modo que se capte y retenga mercado, con el único propósito de vender. "Que venda" o "no se venda" es la única escala que garantiza la vida comercial de cualquier creación, independientemente de la calidad o profundidad artística. Puede acotarse "en ese negocio siempre ha sido así", pero a la vez señalar que en mejores épocas se admitían otros valores y se permitían excepciones, aún afrontando pérdidas económicas. Hoy no es el caso, los límites parecen cada vez más estrechos.
En otro plano, no se puede olvidar que los medios de difusión de masas en nuestra Civilización son vehículo y expresión, por acción u omisión, de pautas de conducta social provenientes de los Poderes que la rigen. Frente a la crisis generalizada de las estructuras de nuestra Civilización, estos Poderes no están para nada al margen, viendo afectada incluso su propia supervivencia. Cómo puede ser su acción o reacción frente a semejante escenario, y cómo repercute eso a cualquier nivel, es un debate que excede holgadamente el propósito de este artículo, pero es un factor que no se puede dejar de lado y a continuación se podrá vislumbrar por qué.
2.Cómo impacta la CF en el escenario de hoy
Como entidad la Ciencia Ficción no es algo pasivo. Su inserción en un medio cultural puede estimarse dinámica, porque tiene características y valores propios que generan efectos o influencias:
Históricamente la Ciencia Ficción nació como canal de esperanza, sosteniendo la fe en que la Ciencia y la Tecnología posibilitarían un mundo mejor para nosotros y nuestros hijos. Esta visión, que podemos llamar positivista, hoy se considera demodé y pueden buscarse muchas pruebas al respecto, sin demasiado esfuerzo.
Sin embargo, en lo profundo de esa fe en lo científico y tecnológico, se encuentra otra fe: la fe en la capacidad humana de crecimiento, de superación, de su habilidad en solucionar problemas, de generar alternativas. Esta es una visión humanista, de fe en el Hombre y la capacidad humana. Y las pruebas al respecto de su justificación también se encuentran sin demasiado esfuerzo: están en cada detalle del mundo de hoy.
Parecería ser que se tiene plena conciencia acerca de la primer fe que brinda la CF ¿pero qué pasa con la segunda? En estos tiempos bárbaros "tener presente" y "existir" se vuelven tan cercanos que parecieran ser sinónimos, así que en primera aproximación, uno podría decir que no existe. ¿Pero esa no existencia es real?
En referencia al punto 1, la cuestión acerca de esta "fe profunda" que transmite la CF es bastante importante pues, por lo menos, es un recurso que brinda energía y entusiasmo para la creación, la elaboración de planteos y alternativas, el desarrollo de cambios. Todos efectos que nos afectan a nosotros, a nuestro entorno, en última instancia al statu quo que nos rodea. Queda en cada lect@r el desarrollo de esta cuestión.
Para este artículo, basta decir que esa "fe oculta" en el Hombre que transmite la CF es un problema, visto desde cierto ángulo:
Todas amenazas para el statu quo y la creencia social comúnmente aceptada.
Entonces...
Considerando que en nuestra Civilización, históricamente, los problemas se ocultan bajo la alfombra, podemos decir que sí, en cierto grado "se quiere matar" a la Ciencia Ficción.
¿Por qué el término entre comillas? Porque muy posiblemente el término matar sea inexacto, implica agresión deliberada y explícita, cuando lo que se tiene es más un actuar sutil y que anula por omisión. Veamos:
Usar la CF para que sea un simple espectáculo, es banalizarla y diluirla quitándole valor y significado. No se la mata en su forma, sino en su sentido.
Restringir el acceso a un género y/o no promoverlo es como encerrarlo en una mazmorra, esperando que muera de hambre.
Esta visión, que podemos llamar "realista" y que ha sido adoptada en la CF por corrientes como el Cyberpunk, indudablemente revitalizó al género y consiguió que "vendiese", ganando popularidad. Pero a la vez, ese éxito terminó encerrando al género en una banda más estrecha que la que anteriormente abarcaba. Ese precio, todavía hoy, se sigue pagando. Muchos creadores, noveles y no tanto, consciente o inconscientemente asumen que ahí "está" la Ciencia Ficción. A la vez, una enorme cantidad de lectores entienden lo mismo, con lo que se hace un feedback que realimenta una situación.
Estilos como la Utopía están descartados. Autores que han buscado e incursionado en campos más allá de la CF (la filosofía, la religión, el análisis social y político) como Olaf Stapledon y Cordwainer Smith, son ignorados. Otros autores como Ursula K. LeGuin quedan (al parecer) lentamente al margen. Provocadores como Robert Heinlein, que planteaban (para bien y para mal) temas de discusión acerca de nuestra sociedad, han sido olvidados.
No puede decirse que autores y lectores estén en un error. Pero tampoco puede dejar de señalarse que la CF habita en un espectro mucho más amplio, abarcando otros escenarios. O mejor dicho, la "fe oculta" en el interior de la CF está presente y es visible precisamente fuera del escenario "realista". Obviamente está en cada autor y lector la decisión de considerarla o no, y sobre todas las cosas no podemos pretender que exista algún deber u obligación de adoptar esa fe difundiéndola y tomándola de alguna manera. Pero llama la atención que esa "fe oculta" esté aparentemente ignorada por el mismo género que la alberga, una suerte de desconocimiento y crisis de la propia identidad. El por qué ha sucedido esto, lamentablemente, es un análisis que merece un desarrollo propio y excede este artículo.
Un género que desconoce su propia identidad se vuelve inseguro, pasivo, en una postura que no implique demasiado riesgo. Visto desde una perspectiva poética, su llama se apaga. No nos sorprendamos entonces que brillen otros géneros como el fantástico, que toman esa llama para seguir la posta a su manera, y ese hecho entre en feedback con las editoriales que, en busca de sus propios fines, privilegian ciertos géneros en detrimento de otros. Suponer a continuación que el género "entró en decadencia" y/o "esté próximo a morir" es algo que aparece de acuerdo a la intuición de cada uno.
¿Todos y cada uno de estos procesos mencionados han sido creados y desarrollados adrede? Queda a consideración del lect@r. Son situaciones que bien pueden haber surgido siguiendo ciclos que han afectado a otros géneros artísticos.
Quizá la tragedia de la Ciencia Ficción es que haya buscado ser el espejo de la Civilización actual, y lo haya conseguido demasiado bien. A muchos de nosotros no nos gusta vernos en el espejo, reconocernos a nosotros mismos. ¿Acaso las sociedades no pueden tener el mismo tipo de resistencia? Eso repercute en muchos planos y escalas, con efectos complejos, y está la posibilidad de que en cierta manera la CF esté cosechando lo que sembró.
Independientemente de esto, lo cierto es que esta situación, tanto para nuestra Civilización como para nosotros mismos, puede considerarse como una especie de umbral que la CF está planteando, nos guste o no. No se puede decir que esto sea literalmente así, pero tampoco podemos olvidar que todo género artístico tiene un significado profundamente simbólico donde el planteo puede existir, y ser muy real.
El desafío está presente.
Reacciones
Muchas veces, tanto o más importante que ver la causa de los procesos, es reconocerlos y tratar de contenerlos o contrarrestarlos. Habiendo vislumbrado algunos ¿la Ciencia Ficción los tiene en cuenta?
En principio puede suponerse que el género de Ciencia Ficción ha entrado en cierta mutación:
No resultan muy extraños ambos procesos si tenemos presente cómo es nuestro mundo actual. La Literatura clásica se ve obligada a afrontar la realidad de hoy para no caer en el olvido, la Ciencia Ficción busca tener "llegada" al público por prácticamente idéntica razón. Cada entidad tiene lo que le falta a la otra. El Tiempo dirá si esta relación naciente se seguirá desarrollando, y si hay esperanza de que florezca a mediano-largo plazo.
Dentro del género hay un despertar de la Ucronía y las historias alternativas, que lentamente se van abriendo espacio y generan replanteos. Puede ser que sean replanteos acotados, lo que no se puede negar es que al menos veladamente planteen cuestiones y posibilidades.
Por otro lado, los fans de la Ciencia ficción están en movimiento. En el campo Editorial "físico", de papel, pareciera que los caminos están restringidos o directamente cerrados, pero está Internet, una creación típica de CF hecha realidad. Una realidad si se quiere acotada, ya que actualmente más de la mitad de la población del mundo no tiene acceso a ella. Pero una realidad burbujeante, donde cada día se generan posibilidades nuevas.
Esa realidad no está exenta de desafíos. Por ejemplo, presentar obras en Internet no es garantía alguna de que se pueda vivir como autor. Pero gente como Cory Doctorow busca crear modos nuevos de vincular autores, lectores y editoriales, a fin de crear marcos donde todas las partes salgan ganando.
Hay una vocación de preservación y resistencia, de forma de evitar que muchas obras de CF se pierdan, que los autores, sus ideas y planteos queden en el olvido. Para hacer realidad esa vocación, se han planteado diversos caminos. Muchos de ellos son discutibles, pero no se puede negar su sentido.
Sobre todo, y en especial, en este ambiente surgen autores nuevos. Y hay mucho hincapié en la calidad de las obras. Quizá sea muy pronto suponer algún "nuevo movimiento" que esté naciendo, o siquiera gestando. El tiempo, como siempre, lo dirá, pero las oportunidades están disponibles y pareciera que están siendo utilizadas.
En definitiva, quizá pueda decirse que hay enemigos de la CF que pueden querer matarla; pero es mucho más importante que haya cada vez más amigos de la CF que buscan que siga viva y también que florezca. Ese trabajo recién está en sus comienzos.
Y todavía no hemos presenciado la mejor parte.