A la ciudad de Nueva York le ha costado 18 millones de dólares en cinco años luchar contra los efectos de la proliferación del uso de toallitas húmedas entre los adultos en los últimos años
A priori, cuando uno arroja por el inodoro las toallitas éstas se ven inocentes e indefensas, pero al combinarse con otros materiales que se encuentran en camino por las alcantarillas, se convierten en algo así como nudos indestructibles que atascan y estropean los sistemas de los centros de tratamiento de aguas residuales de las ciudades.
En la ciudad de Nueva York los problemas crecieron desde 2008, duplicándose la inversión en maquinaria e instrumentos en diferentes etapas del reciclado y tratamiento de las aguas residuales. Desde el Departamento de Medio Ambiente le atribuyen a las toallitas húmedas la mayor parte de la responsabilidad.
Cada vez más usadas entre los adultos
Hasta hace unos años el uso de este tipo de productos se asociada casi exclusivamente en la higiene de los bebés. Pero el marketing de los fabricantes interesados en que su uso se popularizara entre adultos dio sus frutos, y ahora son un producto muy habitual en las casas de EEUU. Sus ventas han crecido casi un 25% en solo cinco años.
El problema de Nueva York con este material no es exclusivo de esa ciudad. En otras grandes ciudades y estados del país norteamericano se han encendido las alarmas. Pese a que en los anuncios de algunas de estas toallitas se dice que son adecuadas para ser desechadas por el retrete, las autoridades reclaman un mayor control en este aspecto, y sobre todo un etiquetado más preciso que deje claro al consumidor qué hacer con las toallitas luego de su uso.
Si la situación no mejora, las autoridades ya advierten cual podría ser la solución: aumentar los impuestos para lograr una disminución del uso y a la vez utilizar lo recaudado para enfrentar esta amenaza en el actual sistema de tratamiento de aguas residuales.
Y no es que estén en contra de su uso, pues a nivel higiénico y de prevención de infecciones son recomendables. Pero reclaman una reacción urgente, pues un análisis demostró que solo un 5-6% de las toallitas están preparadas para que se las pueda arrojar al sistema de aguas residuales a través del inodoro, de modo que la cuestión en realidad es enseñar a los usuarios cuál es el método de descarte correcto: que en su mayoría deben ser lanzadas a la basura.
De toallitas húmedas para bebé a producto de uso masivo
Las toallitas húmedas para bebé que se utilizan para limpiar la piel sensible de los bebés están saturadas de soluciones, desde ingredientes limpiadores suaves a ‘limpiadores’ a base de alcohol. Es una de las razones por las que estas toallitas suelen ser vendidas en tubos o bolsitas de plástico de cierre hermético que mantienen los paños húmedos y permiten su fácil distribución.
Las toallitas húmedas se convirtieron pronto en una parte estándar de los kits de cambio de pañales. El origen de las toallitas de bebé a mediados de la década de 1950 se debe a que más personas viajaban y necesitaban una manera de higienizar sus niños cuando estaban en camino. Una de las primeras empresas en producirlas fue una compañía llamada Nice-Pak. Hicieron una servilleta de papel saturada con un limpiador perfumado para la piel.
Es comprensible que los productos cosméticos aceitosos que aportan el perfume y las adiciones germicidas embebidas en el papel impidan que, luego de ser dispuestos, se descompongan y reduzcan como otros papeles en contacto con las aguas servidas y los microorganismos.
Muchos padres conscientes del cuidado del medio ambiente, o a veces por razones económicas, utilizan toallitas lavables. Estas, típicamente, son pequeños cuadrados de material (algodón, bambú o vellón) que puede estar pre-empapados y listos para usarlos, que se los humedezca según se requiera. Debido a que no contienen productos químicos o fragancias artificiales, como la mayoría de las toallitas desechables, son muy favorables y suaves para la piel. Los estudios reportan a menudo que son más eficaces para la eliminación de sólidos sobre la piel debido a la naturaleza de su textura.
Los productos para adultos, que han sido remojados previamente con agua, alcohol y otros ingredientes activos para un uso específico previsto, son productos de higiene que aportan soluciones simples y convenientes para deshacerse de la suciedad u otros elementos indeseables. Suelen estar saturados de alcohol y agrupados en envases estériles. Desde el estallido de las gripes mutadas, como la H1N1, las ventas de toallitas húmedas impregnadas individuales y geles en bolsitas y flowpacks han aumentado dramáticamente tras el consejo de los gobiernos de mantener las manos y las superficies limpias para evitar la propagación de gérmenes.
Pero los gobiernos han fallado en obligar a las empresas a publicitar sus productos indicando explícitamente que no se deben arrojar por el inodoro, sino disponerlos del mismo modo que los envoltorios y otros productos hechos con materiales plásticos. O en su defecto, realizar campañas propias de concientización.
Fuente: Daily Tech, y otros sitios