08/Ago/05!f>
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La NASA elegirá en 2006 el nuevo vehículo espacial que sustituirá a los transbordadores
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La próxima nave no despegará como un avión sino impulsada con grandes cohetes como los Saturno 5, que hicieron posible la llegada del hombre a la Luna.
(NASA) - Houston estima que, en el mejor de los casos, y si superase los problemas actuales con el revestimiento,
sólo podrá lanzar entre quince y veinte misiones adicionales de su envejecida flota de
transbordadores.
La NASA se encuentra embarcada en desarrollar una alternativa más segura, potente y tradicional para hacer posible los planes de la Casa Blanca de volver a la
Luna y eventualmente llegar a Marte. Los transbordadores como el Discovery, en operación desde 1981, recibirán la merecida jubilación, luego de haber
transportado al espacio un total de 1,36 millones de kilos y seiscientos tripulantes.
Los planes que se consideran, inspirados en los esquemas tecnológicos utilizados en el programa Apolo de los 60 y 70, suponen un giro total con respecto al
diseño de los transbordadores, revolucionario en su momento, pero que al final no han cumplido el objetivo para el que se los creó: permitir viajes espaciales
baratos una vez por semana.
La nueva estrategia, además de colocar cápsulas en la parte superior de sus cohetes para evitar los problemas que destruyeron el Challenger en 1986 y el
Columbia en 2003, diferencia el transporte de carga y de astronautas, utilizando diferentes tamaños de cohetes.
Simultáneamente, la NASA quiere aprovechar su actual red de miles de contratistas privados y la tecnología disponible para acelerar en lo posible la producción
de lo que por el momento sólo se conoce por el acrónimo inglés CEV (Crew Exploration Vehicle).
En el mes de junio seleccionó a dos equipos competidores (Lockheed Martin y Northrop Grumman-Boeing) para hacer realidad su nueva generación de naves
tripuladas, aportando a cada uno 28 millones de dólares para avanzar sus proyectos.
Ante la inquietante perspectiva de quedarse temporalmente sin posibilidad de enviar astronautas al espacio durante el lapso entre la jubilación de los
transbordadores y la puesta en funcionamiento operativo del CEV, la NASA ha optado por acelerar el calendario de ese contrato multimillonario y definir un
ganador en marzo del año que viene.
La estrategia recibe críticas por el riesgo de imponer soluciones fáciles a problemas grandes (algo que no es ajeno a la historia de la NASA, lamentablemente) y las limitaciones presupuestarias que supone compaginar sus
operaciones actuales con la construcción de nuevos cohetes y cápsulas.
Frente a estas dudas, los defensores del nuevo CEV insisten en la necesidad de desarrollar una alternativa que permita algo más que dar vueltas a la Tierra. De
hecho, ya está claro que el reemplazo de los transbordadores no se parecerá en nada a un avión sino más bien a los gigantescos cohetes Saturno 5 que hicieron
posible la llegada del hombre a la Luna. Lo que también implica el desarrollo de cápsulas que no aterrizarán como aviones, sino que retornarán con ayuda de
paracaídas.
Con una inversión estimada en 217.000 millones de dólares, Estados Unidos ya empieza a soñar con enviar cuatro astronautas a la Luna para el 2018, y
establecer una base. Reto pensado como el primer paso para algo todavía mucho más ambicioso: un viaje tripulado hasta Marte.
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