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Fuimos a ver: "X-Men, la batalla final"
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Impactante como sus precuelas, y con mucha más carne en el asador de lo que hubiéramos deseado.
X-Men, la batalla
final
Título original: X-Men: The Last Stand
Direción: Brett Ratner
Guión cinematográfico: Zak Penn y Simon Kinberg
Reparto: Halle Berry, Hugh Jackman, Famke Hansen,
Rebecca Romjin, James Marsden, Vinnie Jones, Patrick Stewart,
Kelsey Grammer, Ellen Page, Daniel Cudmore, Cameron Bright,
Olivia Williams, Bill Duke, Michael Murphy, Shohreh Aghdashloo
Música: John Powell
Productores: Lauren Shuler Donner, Ralph Winter, Avi Arad
Productores ejecutivos: Kevin Feige, Avi Arad, Stan Lee
Productora: 20th Century Fox, Marvel Enterprises, The Donners' Company
Estreno: 25/05/06
La saga cinematográfica de los X-Men se ha caracterizado por ser lo suficientemente entretenida e intensa como para satisfacer los paladares más exigentes,
aún los no comiqueros. En general, X-Men (2000) y X2 (2003) balanceaban el tono (y la lógica) del comic de superhéroes con el costado
humano de los personajes, en especial lo relacionado con el problema mutante. Esto es algo que también vimos en otras producciones de Marvel, como
Spider-Man I y II.
En muchos aspectos, X-Men 3 no es la excepción, pero resulta inevitable pensar que con el alejamiento del director Bryan Singer que prefirió
abocarse a Superman Returns se ha perdido algo por el camino. Y eso es lamentable, porque esta tercera parte fue encarada como un cierre, como el
final de la trilogía.
En esta última batalla, los guionistas Zak Penn (Electra, X2, y la segunda parte de The Incredible Hulk a estrenarse en 2008) y Simon
Kinberg (Mr. & Mrs. Smith), y el director Brett Ratner (el mismo de Red Dragon y Rush Hour) decidieron quemar todas las naves
disponibles y algunas más por las dudas. Y no es que esta contravención a los códigos del comic esté mal por sí misma, pero abusar de ella parece más bien un
golpe bajo, o más bien una apuesta desesperada por dar relevancia y emotividad a la película.
La historia nos ubica inmediatamente después de X2, en momentos en que los personajes todavía están penando la heroica desaparición de Jean Grey.
Es un momento delicado: una compañía farmacéutica promete la cura para las mutaciones, lo que es visto por algunos mutantes como una posible amenaza y
por otros como una suerte de salvación. [OK, no intente encontrarle la lógica científica a esta curación: si usted es de los que no puede aceptar de buen grado
los efectos secundarios de la picadura de una araña radioactiva, vaya a ver otra cosa.] Magneto aprovechará esta circunstancia para acelerar el cisma entre
evolucionados y humanos de a pie, en tanto que el profesor Xavier intentará seguir con su política de tolerancia. Pero algo pasará: un nuevo y poderoso factor
de inestabilidad aparecerá en el escenario, y esta aparición resultará, en muchos sentidos, catastrófica.
X-Men: The Last Stand lanza todas estas piezas del argumento sin cadencia ni profundidad y por ende con una emotividad mínima. Comparada con
sus precuelas, pareciera que a esta película le faltan veinte minutos de presentación de personajes y situaciones al principio, y otros cinco o seis de cierre al final.
En este marco, no hay lucimiento en los nuevos personajes me ilusionaba ver a Kelsey Grammer como la Bestia, pero las circunstancias apenas permiten
apreciar la corrección de su interpretación, ni hay nuevas facetas que interesen de los personajes clásicos, salvo contadas excepciones.
Más allá de estas falencias, paradójicamente, la película resulta entretenida y tan cruda como las anteriores, y aquí se ve el oficio de Ratner & Cía. Incluso se
ponen de manifiesto ciertos eventos traumáticos que la hacen imprescindible para cualquiera que haya visto las dos primeras partes. Los efectos especiales
cumplen con su cometido, e incluso algunos resultan mucho más impresionantes que los vistos en las precuelas.
Dadas las circunstancias de la producción con Bryan Singer renunciando a la dirección y los actores pidiendo más protagonismo, las cosas podrían haber
salido mucho, mucho peor de lo que salieron. Tal vez, una eventual versión del director en DVD si es que tal cosa fuera posible nos muestre parte de lo que
esperábamos ver para darle un cierre un poco más digno a la saga de los mutantes. Y si no es así, bueno, por allí andan diciendo que Wolverine y Magneto
tendrían sus propias películas. Hollywood siempre da revancha.
Alejandro Alonso para Axxón y Garrafex News
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