Axxón no es sólo una revista; hay una página Web con nutrida información que se actualiza periódicamente. Eduardo Carletti, nuestro editor, trabaja día a día en esta página en Internet.
Abrió una nueva sección de taller literario gratuito y semanalmente está agregando artículos y relatos aparecidos en Axxón, o que sólo saldrán a luz a través de la red a los que no se puede tener acceso de otra manera. Recomiendo echarle una mirada cada tanto.
En este número, sobre el final, hay una nota sobre la ciencia ficción Danesa. El artículo tiene mucha información de interés para el aficionado. Es curioso que estando tan lejos, y naciendo de culturas tan diferentes, los antecedentes sean tan parecidos a los de la ciencia ficción Argentina. Hay coincidencias sorprendentes: su pionero se llamaba Holberg y el nuestro Holmberg. Su pionero escribió "El viaje subterráneo de Nicolás Klim" y el nuestro "El viaje maravilloso del señor Nic-Nac". Incluso hay una coincidencia en el nombre de las asociaciones de aficionados. La diferencia fundamental es que ellos viven un resurgimiento de la literatura de ciencia ficción y Fantasía, mientras que nosotros seguimos agobiados con los problemas del tercer mundo, lamentablemente.
Cada vez que miro televisión me sorprende la cantidad de avisos publicitarios que tienen como eje una historia de ciencia ficción. Noto que esto sucede desde hace unos tres o cuatro años y la tendencia va en aumento. Es interesante ver como poco a poco las ideas que ha enarbolado la ciencia ficción son cada vez más aceptadas. ¿Cómo no va a ser de eso modo? Si estamos en el futuro. Los autos no vuelan, las guerras nucleares no sucedieron, la colonización del sistema solar es aún una idea, los robots inteligentes siguen siendo un sueño de Asimov. Pero... no es necesario que enumere todos los prodigios y miserias que conviven con nosotros.
Así como la publicidad absorbió muchas de las ideas de la ciencia ficción, la literatura de Best Sellers y el cine de Hollywood han tomado prestados también muchas historias y ambientes. Siendo esto muy claro, por lo menos para mí, no dejo de preguntarme por qué las grandes editoriales no han seguido el camino que parece marcar esta tendencia. Sigue siendo imposible publicar ciencia ficción en Argentina y en toda Latinoamérica. Aún en España, si bien hay tres o cuatro colecciones de carácter profesional, a los autores íberos les resulta muy difícil publicar en ellas.
El aspecto comercial de las historias de la ciencia ficción ha pegado de maravillas en el mundo publicitario, en el cine y hasta en la televisión. No entiendo por qué es tan difícil convertir una colección de ciencia ficción en éxito comercial y no me queda más que pensar en la poca voluntad de las grandes editoriales, o la corta visión de las personas que eligen proyectos.