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¡ME GUSTA
AXXÓN!
  
 

«En líneas generales, se puede hablar de una clara intertextualidad de Kafka en Borges, la cual no sólo se concentra en una serie de obras concretas y aisladas, sino que planea a lo largo y ancho de toda su producción, si bien es cierto que habrá etapas donde la impronta de Kafka sea más visible que en otras.» Cristina Pestaña Castro, Intertextualidad de F. Kafka en J. L. Borges.

Antes de comenzar quiero aclarar que el presente artículo es una especulación, no hay datos que lo soporten, y dado que ambos autores han muerto, no hay posibilidades de comprobarlo. O sea que lo que sigue pueden ser alucinaciones de mi mente, o puede ser verdad, o una mezcla de ambas cosas, muy en el estilo de nuestro amado Philip K. Dick.

Creo que no sorprendo a nadie cuando digo que gran parte del mundo se está maravillando al descubrir a un autor como Philip K Dick, autor que los amantes de la ciencia ficción hemos aprendido a apreciar, y en muchos casos adorar, mucho antes de que llegase al gran mundo mediante la gran profusión de películas basadas en su obra. Es un reconocimiento ampliamente merecido, que demuestra la extrema calidad de su obra.

Su habilidad para transformar lo cotidiano en preocupante, su capacidad para mostrar la visión de un relato desde otra óptica (que consigue que un relato casual y mínimo se transforme en un relato preocupante y místico), su tremenda habilidad para generar atmósferas opresivas, persecuciones (justas e injustas), su capacidad para mediante la literalidad conseguir describir una vida alienígena en la Tierra que nadie más parece notar como extraña, etc, etc. Todo esto lo define como alguien con mucho mensaje que transmitir, y con una habilidad impresionante para hacerlo.

Sin embargo, sucede que algunas cosas que consideramos esencialmente Dickianas ya estaban presentes en otro autor anterior. El desconocido Rog Philips (Roger Graham Philips, 1909-1965).

Recientemente tuve la oportunidad de leer dos cuentos de Rog Philips, «Impensable» («Unthinkable», 1949) y «Camouflage» («Camouflage», 1959). Ambos cuentos me mostraron una forma de escribir que se aproxima muchísimo a la esencia Dickiana, preocupándose por temas o situaciones muy similares. Pero al contrario de lo que sucedió con Philip K., Rog Philips no fue reconocido por el gran público.

En su relato «Roog» («Roog», Escrito en Noviembre de 1951, publicado en 1953), Philip K. introduce un relato trivial visto y descrito desde la perspectiva de un perro, lo que lo transforma en un excelente relato, preocupante y lleno de visiones extrañas. Este perro cree estar haciendo algo muy importante, sin embargo nadie parece entender su mensaje. Es una situación eminentemente Dickiana, en eso estamos de acuerdo. Sin embargo hay algo aquí que llama poderosamente mi atención, la forma que tiene el perro de denominar a los invasores y de ladrar.

Encuentro que «Roog» no es el sonido habitual de un perro (Guau para nosotros, woof para los estadounidenses). No sé entonces si Dick intentaba hacer al perro aún más extraño, aún más alienado, o si es como supongo, una forma encubierta de homenaje.

De «Roog» a «Rog» hay sólo una letra de diferencia, lo suficiente para disimularlo. Rog Philips tenía cosas que decir, pero nadie lo escuchaba realmente, o tal vez nadie lo entendía en su época. Curiosamente es lo mismo que sucede con el perro de «Roog».

No estoy aquí afirmando que esto sea un homenaje encubierto, no estoy siquiera diciendo que, en caso de que lo sea, haya sido una actitud consciente de Philip K. Tan solo estoy sugiriendo que estas cosas son posibles. No quiero tampoco convencerlos de nada, tan solo quiero hacerlos pensar un rato.

Gustavo Campanelli, 2009

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